Juan Sebastián Chamorro: Sobre las ideologías dentro de la Concertación Democrática Nicaragüense
A propósito de la formación del Bloque Centro Derecha dentro de la Concertación Democrática Nicaragüense se ha generado un debate sobre si cabe en este momento hablar de ideologías.
Un argumento en contra de las personas que hablan de ideologías, gira alrededor de que el dictador Daniel Ortega es el enemigo a derrotar por la vía cívica y pacífica, mediante la unión de todos, enarbolando juntos la bandera de Nicaragua. En esto, estamos de acuerdo plenamente.
El argumento sigue, sin embargo y sin mayores explicaciones, insistiendo en que no es el momento de hablar de esas cosas que nos diferencian ideológicamente; y agregan que, en este momento, las ideologías son accesorias e innecesarias.
Me ha sorprendido la reacción negativa que generó la decisión de crear dentro de la Concertación Democrática Nicaragüense, CDN-Monteverde, un bloque de Centro Derecha, al cual pertenezco.
Desde que creamos el bloque y lo anunciamos, la decisión ha sido catalogada de falaz, sectaria y peor aún maniquea. Es decir que nos elevamos moralmente como buenos los que somos de Centro Derecha y catalogamos como malos a quienes no piensan igual. Respeto a muchos amigos y colegas de lucha con ideología de izquierda con los que comparto en la CDN-Monteverde, y considero que la acusación de maniqueísmo además de sesgada, es falsa. Si fuera cierto, no habría bloque de Centro Derecha dentro de la CDN.
LEER MÁS: Bloque de Centro/Derecha de Monteverde apuesta a forzar salida de dictadura en Nicaragua
Por decir que aspiramos a que algún día la Centro Derecha gobierne Nicaragua, se nos acusa de sectarios. Pero es lo más normal que un grupo aspire a gobernar, esa la esencia de la política. En ningún momento se mencionó la intención gobernar exclusivamente.
Es obvio que un gobierno de transición deberá contar con el apoyo de muchas fuerzas que no son de Centro Derecha, pero tenemos derecho a expresar lo que aspiramos. De hecho, el comunicado que compartimos dice que la ruta por la libertad pasa por la conformación de una plataforma unificada entre los principales actores opositores. No dice en ningún momento los principales actores de Centro Derecha.
Si vamos a hablar de sectarismo, traigo a colación el programa histórico del FSLN que en 1969 dijo tener el objetivo estratégico de la “toma del poder político…en alianza obrero campesina y el concurso de todas las fuerzas antiimperialistas y anti oligárquicas”.
Como alternativa a esa propuesta, en 1975, el doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal esbozó el programa político de la UDEL, que muestra un contraste:
“La UNIDAD sobre lo que se fundamenta UDEL no solo cubre la etapa de la lucha contra Somoza, sino también la etapa posterior al somocismo, la cual deberá estar regida por el programa de UDEL cuyo contenido esencial es garantizar la construcción de una sociedad democrática, pluralista e independiente, en la cual serán respetadas todas las ideologías y organizaciones.”
El doctor Chamorro no le pidió a los conservadores, liberales, socialcristianos y socialistas que conformaban UDEL que renunciaran a sus identidades, sino que a pesar de sus diferencias ideológicas se unieran y se respetaran. La democracia liberal, la del respeto de las ideologías, debe de construirse en la etapa de lucha en contra de las dictaduras, para cuando éstas caigan, ya estén definidos los principios de respeto y pluralismo.
Catalogar de maniqueo, falso o sectario a quien se defina ideológicamente no cabe dentro del marco de la democracia liberal que la Centro Derecha defiende. Los regímenes autoritarios, de izquierda o de derecha, se han caracterizado por imponer un lenguaje único, un control único, y una narrativa única.
En la lógica del dictador, cualquier identidad fuera de la ideología autoritaria debe anularse, por eso es que Daniel Ortega ha echado preso y exiliado a la izquierda y a la derecha.
Nosotros los opositores no debemos criticar definiciones ideológicas definiéndolas como sectarias, sino celebrarlas. La identidad ideológica no solamente es un derecho humano y político, sino que también una señal de madurez política. Criticar el hecho de identificarse ideológicamente, cuando ni siquiera existe un debate ideológico, es una falta de tolerancia y una práctica autoritaria.
Si queremos construir una democracia, hay que hacerlo en base al respeto y no a la imposición, ni la anulación, ni la homogenización. En este momento lo principal es la lucha contra la dictadura, sí, pero se puede perfectamente enarbolar la bandera manteniendo un debate respetuoso y unitario con las personas que no piensan diferente. Así comenzaremos a construir desde ahora, la democracia y el pluralismo, para que cuando la dictadura caiga, porque en algún momento va caer, todas las ideologías sean respetadas y sometidas al voto popular en elecciones libres y competitivas.
Este artículo de opinión fue publicado originalmente en el sitio web de Juan Sebastián Chamorro.