Lesther Alemán: “Soy y seguiré siendo nicaragüense, por decreto no me lo pueden quitar. Cristo vence”
Lesther Alemán asegura que los 90 días más tristes de su vida fueron cuando lo tuvieron sin recibir visitas y sin saber nada de su mamá. También recuerda que los oficiales tenían prohibido hablarles y decirles la hora
Lesther Alemán vivió como preso político durante 20 meses. Hoy, desde Estados Unidos, cuenta esa dura experiencia, las torturas a las que fue sometido y recuerda cómo obligaban a los oficiales del Chipote a no hablarles, pues de lo contrario los castigaban o los cambiaban de área. Asimismo, asegura que sigue siendo nicaragüense, pese a los decretos de Daniel Ortega.
El hecho de que le quitaran la nacionalidad, asegura que “no ejerce ningún poder en mí, no tiene lugar alguno, porque tendrán que eliminarme de por vida y estoy hablando de vida, para yo poder dejar de ser nicaragüense”.
“Yo soy y seguiré siendo nicaragüense, porque por decreto no me lo pueden quitar, además, de manera constitucional no es que adquirí la ciudadanía, sino que a mí por derecho me corresponde, porque mi obligo está en Nicaragua, mi corazón está en Nicaragua”, señala Alemán.
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Afirma que Daniel Ortega es malinchista, porque dejó apátridas a 317 nicaragüenses y tiene nacionalizados a prófugos de la justicia internacional que viven como reyes.
“Eso no es valorar al pueblo nicaragüense, eso no es respetar el pueblo nicaragüense, eso es traicionar a Nicaragua. Cuando desterrás a nicaragüenses de manera injusta y le das hospedaje a tantos que han hecho daño en otros países y que huyen de la justicia, le faltás a Nicaragua”, insistió.
Por otro lado, Alemán asegura que la decisión de Ortega de desterrarlos, les ha abierto muchas puertas y agradece a todos los países que les han ofrecido la nacionalidad.
Lo apresaron con lujo de violencia
En julio de 2021, Lesther Alemán fue apresado en su casa. Lo subieron a una camioneta particular que iba rodeada de patrullas. Lo golpearon hasta la saciedad y al llegar a Auxilio Judicial el comisionado a cargo del operativo le dijo que le repitiera las palabras que le había dicho a Daniel Ortega en la mesa de diálogo.
Alemán se negó a hacerlo y de ahí en adelante asegura que vivió los 90 días más silenciosos y difíciles de su vida, porque no tenía noticias de cómo estaba su madre, a quien dejó sumida en el sufrimiento al ver cómo se lo llevaron preso.
“Estaban destrozando el portón, cuando ya me habían sacado a mí de la casa. Abrí y yo le dije que aquí estoy, yo no me estoy corriendo porque era desproporcionado todo el operativo que hicieron para capturar a una persona de 23 años que no opuso resistencia y que no se iba a correr. Recuerdo el sufrimiento de mi madre y al menos tenía que reconfortar su alma y su espíritu, pues en noches anteriores oraba con ella y yo le decía mami la confianza siempre puesta en el autor y consumador de la vida que es Cristo”, recuerda Alemán.
“Cristo vence” fue la última palabra que dije cuando me empujaron hacia adentro, pues Cristo vence en la cruz y como Nicaragua tuvimos que cargar esta Cruz, en términos espirituales, pero sabía que no iba a ser duradero y que yo esté en libertad, que más de 220 presos políticos significa que la resurrección ha sido consumada, pero hace falta la liberación de Nicaragua y es ahí donde Cristo vence”, prosigue.
“Nunca ofendí a Daniel Ortega”
Después de todos los interrogatorios en los que le pedían cuenta de sus bienes, de sus carros y empresas, Alemán asegura que nunca ha tenido nada de eso, pues es hijo de dominio y mantenido por su padre.
“Yo no ofendí nunca al mismo Daniel Ortega lo único que hice fue cuestionarlo como un ciudadano más sobre su gestión porque si se propone para cargo público saben que pueden ser cuestionados o también alabados”, señaló.
Sobre la liberación que en realidad fue destierro, asegura que en el bus que iban los llevaban con la cabeza hacia abajo, pero cuando vio la pista y el avión él dijo con su fuerte voz: “nos van a desterrar”. Esto molestó a los agentes que los custodiaban y le dijeron que guardara silencio.
Él pensó mucho antes de firmar y aceptar el destierro, pero asegura que cualquier lugar es mejor que estar preso en manos de la dictadura, sin embargo, reconoce que cuando el avión despegó sintió que le arrancaban una parte de él, pues atrás quedaba su mamá y también Nicaragua, la tierra que lleva en la sangre y en el corazón.
Alemán pide perdón a su familia por el dolor que les ha provocado por ser firme en sus convicciones y a las personas que han tenido que salir del país simplemente por su cercanía con él.
En medio del dolor, por la expatriación, Alemán reconoce que se sintió feliz al ver a los presos a los que tenía a escasos metros, pero no podía tener contacto con ellos
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