Desterrados agradecen apoyo, denuncian abusos del régimen y aseguran que seguirán lucha por Nicaragua

A un mes del destierro de 222 ex presos políticos del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ellos emitieron un comunicado para denunciar que la dictadura no permite que sus hijos salgan del país para reunirse con ellos, asimismo, piden que se les regularice su situación legal en Estados Unidos y ratifican su compromiso con la lucha por la libertad de Nicaragua.  

Los ahora despatriados desconocen el pretendido despojo arbitrario de su nacionalidad y aseguran que su nacionalidad nicaragüense, “otorgada por Dios al momento de nacer en nuestra bella Patria de Lagos y Volcanes, de hombres y mujeres valientes, cobijados por la bandera azul y blanco, jamás podrá sernos arrebatada por un régimen ilegítimo, criminal y corrupto, que tiene secuestrado por la fuerza de las armas a todo nuestro Pueblo”.

A un mes de haber salido de las mazmorras sandinistas dan gracias a Dios por haberles dado fuerzas para soportar lo que califican como injusto e ilegal secuestro, que implicó torturas físicas, sicológicas y tratos denigrantes para ellos y sus familias. También agradecen a sus familiares que pasaron por revisiones inmorales cada vez que les permitían visitarlos en los penales.

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“Nuestro espíritu se alza agradecido hacia el Pueblo y Gobierno de los Estados Unidos de América por los ingentes esfuerzos que condujeron a nuestra excarcelación, así como por la solidaria bienvenida que nos brindaron desde el abordaje del “vuelo hacia la libertad” y el otorgamiento de un Parol Humanitario especial”, resaltan.

No dejan salir de Nicargua a los hijos de desterrados

Un punto de vital importancia es que solicitan apoyo con acciones que cesen las arbitrariedades del régimen contra la familia que han dejado en Nicaragua, pues afirman que “el régimen continúa con sus acciones de intimidación, amenazas y asedio en contra de nuestros seres queridos; incluyendo a nuestros hijos menores de edad, con discapacidad u otras condiciones de vulnerabilidad; al impedirles la obtención de los documentos oficiales necesarios para adquirir pasaportes válidos para poder salir legalmente de Nicaragua; exponiéndoles a mayores e innecesarios peligros y constante revictimización”.

Por otro lado, piden la liberación de los presos políticos que continúan en el país y denuncian la persecución a la iglesia católica, que viola “de manera reiterada el derecho a las libertades de culto, de conciencia, de expresión y tantos otros derechos que han sido conculcados a nuestro Pueblo”.

Desde su condición de apátridas, ellos solicitan a Estados Unidos estadounidenses, que “consideren aprobar mecanismos legales para que las y los 222 pasajeros del vuelo a la libertad, así como a los 94 hermanos y hermanas que posteriormente también fueron ilegítimamente arrebatados de la nacionalidad nicaragüense, podamos recibir la condición de refugiados o asilados políticos de manera expedita, para recibir la asistencia necesaria por parte de las agencias federales correspondientes, y lograr nuestra pronta inserción social y laboral”.

Agradecidos y comprometidos

Los excarcelados y despatriados agradecen a todas las naciones que siempre estuvieron pidiendo la liberación de todas las presas y presos políticos. De manera particular, “a los pueblos y gobiernos de: España, Chile, Argentina, Colombia, México, Panamá, Honduras y Brasil, que nos han ofrecido la posibilidad de recibir su nacionalidad o asilo,  así como  las facilidades migratorias anunciadas por Ecuador y Costa Rica”.

También agradecen a las distintas organizaciones de la diáspora nicaragüense, tanto en los Estados Unidos de América como en otros países; a los medios de comunicación independientes, nicaragüenses e internacionales; a las organizaciones religiosas, gremiales, políticas y de derechos humanos.

Invitan a los trabajadores del estado y a los funcionarios públicos para que se sumen a la lucha y se liberen de la dictadura que ni siquiera les permite obtener pasaportes para viajar con libertad.

Finalmente, anuncian que seguirán aportando “a la unidad de todo el pueblo nicaragüense, dentro y fuera del territorio nacional, con el objetivo común de lograr la definitiva liberación y democratización de nuestra Patria, que no sólo implique el fin de la criminal y corrupta dictadura familiar Ortega Murillo, sino la reconstrucción de una nueva nación, sustentada en principios de gobernabilidad e institucionalidad democrática, justicia, rendición de cuentas, transparencia, honestidad, irrestricto respeto a las libertades y a los derechos humanos, así como la facilitación de oportunidades para el desarrollo integral de todas y todos los nicaragüenses”.