Rosario Murillo ataca a iglesia y a obispo Báez por pedir que dictadores reconozcan sus delitos
Este marte al mediodía, Rosario Murillo usó su discurso para acusar a la iglesia católica de tocar las campanas para "mandar a matar" durante la insurrección de 2018 y dijo que uno de los que daba las órdenes “ahora se pronuncia sacrílicamente”, en clara alusión a monseñor Silvio José Báez, quien en su homilía del domingo instó a los dictadores y militares para que cesen la violación a los derechos humanos.
Murillo habló sobre el derecho a la movilidad que tienen los nicaragüenses y que fue violentado por los tranques en 2018, sin embargo, se olvida que la dictadura impide a los nicaragüenses entrar a su propio país, lo que fue destacado en el informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
“El deber y el derecho que tenemos los nicaragüenses de defender la seguridad, el derecho al trabajo, el derecho a la movilidad, cuando pusieron esos tranques de la muerte, los perversos, los diabólicos, cómo nos impusieron la zozobra, en este país, cuánta muerte sembraron ellos y todos juntos, y otros que preferimos no mencionar pero que todo el mundo sabe quién tocaba las campanas para que llegaran a asesinar a los hermanos y hermanas”, señaló Rosario Murillo como introducción a su ataque a monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua.
Murillo imputa "crímenes lesa humanidad" a sacerdotes
Ella asegura que todos saben “quién mandaba a tocar las campanas y ahora se pronuncia sacrìlicamente, porque el que manda a matar es sacrílego, los que están haciendo sacrilegios, sin embargo, ya sabemos que esos son los protegidos, los preferidos de los imperios, para su desgracia”.
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Murillo acusa de "sacrílegos y de perpetradores de crímenes de lesa humanidad" a los sacerdotes, aunque en realidad son ella y Daniel Ortega los acusados por estos delitos en cortes internacionale.
“Son criminales de lesa humanidad al usar los instrumentos de la paz, de las pastorales, de las concordias, para mandar a matar. Qué sacrilegio por partida doble y por eso custodiamos celosamente la paz, para que el dolor no vuelva a Nicaragua en forma de atrevimiento mortal y de ataque a la vida”, pronunció.
También dijo que la insurrección de hace cinco años fue “sencillamente por el egoísmo y la codicia de los mismos de siempre, que en el 2018, desgraciadamente fueron respaldados por quienes ya sabemos aquí localmente y fueron dirigidos, financiados por quienes ya sabemos externamente, bueno, agentes del imperio son al fin y al cabo todos ellos, todos incluidos, por eso reiteramos y trabajamos todos los días para reafirmar que con la paz no se juega”.
Homilía de monseñor Báez
Rosario Murillo y Daniel Ortega han prohibido las procesiones como manifestación de fe de la iglesia católica en Nicaragua, sin embargo, ella asegura que confían en Cristo y en el Dios de las Victorias.
“Vamos adelante con mucha fe y esperanza, con confianza en Cristo Jesús, con confianza en el Dios de todas las victorias, que moviliza el amor y el buen corazón desde la buenísima esperanza, para que la concordia se instale definitivamente entre un pueblo que la merece, porque la practica”, concluyó.
Cabe recordar que monseñor Silvio Báez dijo en su homilía dominical que “la voz profética se alza hoy para hablarle a los dictadores, invitándolos a reflexionar y a cambiar de vida: ¡Reconozcan sus graves delitos contra la vida y la justicia, respeten los derechos humanos, no priven al pueblo de sus libertades, liberen a los presos políticos, no atenten contra la educación y la cultura del pueblo, cesen en su criminal intento por destruir a la Iglesia, bájense de sus tronos de barro y permitan que la gente decida su futuro y construya su historia! Conviértanse a la justicia, vuelvan a Dios, pidan perdón y cambien de vida”.
También dijo que la voz profética se alza hoy también “contra los militares altaneros, corruptos y culpables de crímenes de lesa humanidad: ¡Dejen de amenazar las voces libres que claman por justicia y, si alguna vez tuvieron fe, vuelvan a Dios, pidan perdón por sus delitos y cambien de vida!”.