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Jóvenes: más presión a la dictadura en Nicaragua para debilitar los pilares que la sostienen

Valeska Valle y Yaritza Mairena, dos líderes juveniles de Nicaragua, reflexionan sobre la rebelión de abril en el año 2018 y el poder de cambio que tiene la juventud, pese a la represión, muerte, cárcel, exilio, destierro y confiscaciones que impera en la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo

Abril 18, 2024 06:05 AM
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En el contexto del sexto aniversario de la rebelión de abril del 2018, 100% Noticias conversó con las líderes juveniles, Valeska Valle del Movimiento Universitario 19 de Abril y la excarcelada política, Yaritza Mairena, de la Unión de Presas y Presos Políticos de Nicaragua (UPPN).

Ambas reflexionan sobre los aciertos y desaciertos de la oposición política. Coinciden en que siguen teniendo valor, los acuerdos firmados por los representantes de Daniel Ortega en el diálogo del 2019 y que se niegan a cumplir. 

Hablan de presionar a los pilares que sostienen a la dictadura en Nicaragua, fuerzas militares y gran capital, para debilitar al régimen. 

Lucía Pineda Ubau (LPU) ¿Qué valoración y balance pues hace Valeska y Yaritza de esa reacción violenta del régimen en Nicaragua en el año 2018? y ¿cómo ven la situación ahora reaccionarían igual o peor?.

Valeska Valle (VV): Para mí la valoración siempre empieza con los jóvenes. La capacidad que tuvimos, por la manera tan genuina, en que salimos a las calles de inspirar a toda la población a unirse a nuestra causa y a nuestra lucha que después se convirtió en algo de todos los nicaragüenses.

Eso no hubiese pasado si no fuese tan genuino, si no fuese tan noble y real nuestra causa. Esa es una de las primeras valoraciones porque tiene un contexto histórico, porque marca un antes y un después de lo que vemos en nuestro país y marca un antes y un después de cómo vengan los jóvenes también en nuestra sociedad.

Lo segundo, es como nosotros nos involucramos en todo esto al empezar a organizarnos, al empezar a realizar movilizaciones masivas. No estamos hablando de 50, de 100 chavalos, ni de 100 personas. Hubo marchas en Managua hasta de 100.000 nicaragüenses y la capacidad que teníamos todos de pasar horas y horas conscientes de que lo que hacemos es justo y de que queremos un cambio. Eso para mí es algo fundamental y luego como todos también queríamos tomar un rol en las decisiones y en cómo podíamos transformar nuestro país.

Creo que eso para mí es fundamental remarcarlo, que los jóvenes, ya no estábamos dispuestos a seguir desde atrás viendo como otras personas, que no conocen nuestra realidad, tomaban decisiones y creo que eso marcó el paso de por qué las personas a través de las redes sociales de manera espontánea y autoconvocada seguían sumándose y además también por qué la comunidad internacional reaccionó de la forma en que reaccionó.

Otra de las cosas es que, a pesar de la violencia brutal, que fue ejercida con nosotros, la persecución, el encarcelamiento, el exilio forzado, incluso los asesinatos, los jóvenes mantenían una lucha cívica y pacífica. Y eso por supuesto, hoy, nos hace replantearnos a mí desde un destierro forzado y teniendo amigos todavía compañeros presos políticos, algo que la gente siempre nos pregunta, ¿vale la pena luchar por esta nueva Nicaragua que queremos? Pienso que la respuesta siempre es sí.

Creo que una de las valoraciones más grandes que tengo yo es que los jóvenes tienen un poder increíble de cambio. Y que los sectores que entendieron eso, a partir del 2018 y se sumaron a esto, lo entienden también ahora. Yo sigo optimista en que podemos hacer ese cambio y en que la dictadura se va a ir.

LPU: Yaritza. ¿Cuál es tu balance, crees que la dictadura reaccionaría igual o peor si se da un nuevo levantamiento popular, es posible en este contexto donde hay mucha represión y más de 800.000 nicaragüenses en el exilio?.

Yaritza Mairena (YM): Mi balance, retomando todo lo que decía Valeska, es importantísimo mencionar esa determinación y ese papel determinante que tuvo la juventud. Yo creo que la dictadura no puede reaccionar peor en un nuevo levantamiento. Precisamente porque fue, o sea los crímenes que se cometieron fueron atroces, no hay comparación ninguna. 

Nosotros, de hecho, cuando salimos a las calles que éramos tan jóvenes, que no teníamos experiencia en política, que no teníamos experiencia en manifestaciones, incluso vivir ese nivel de represión, fue impresionante con secuelas que se cargan toda la vida.

Pero también creo que abril demostró que hay una oportunidad de cambio para Nicaragua y que los nicaragüenses ya no soportan el régimen bajo el que vivimos.

Yo creo que lo más importante, yo retomaría más bien, qué deberíamos haber hecho nosotros como oposición, como un balance crítico a seis años de abril. 

Creo que lo que no hizo falta más que todo es conjugar todas estas fuerzas que estaban en ese momento en 2018 tanto en las calles como en la parte política. Poder configurar una estrategia en las dos vías, en la parte de movilización y resistencia y en la parte política de negociación. Creo que fue una oportunidad que desaprovechamos lamentablemente, que no hubo nunca una disposición al diálogo y sentar las bases de esa construcción de una nueva nación en donde el diálogo sea entre nosotros mismos y que podamos construir en base a eso una Nicaragua diferente.

LPU: El régimen aún no cumple los compromisos firmados en el segundo diálogo del 2019. Metió presos a la contraparte de la Alianza Cívica, se salió de la OEA, expulsó al Nuncio Apostólico y quedó todo eso como un papel mojado los acuerdos. ¿Siguen teniendo vigencia, valor esos acuerdos de libertad, democratización de Nicaragua, aunque el régimen ahora lo desconozca?.

Valeska Valle: Para mí siguen teniendo vigencia, porque es un arma que tenemos para empujar a la comunidad internacional de que estos acuerdos en efecto fueron incumplidos por el régimen y que no fueron llevados a cabalidad.

Recordemos en el 2019, incluso cuando hablábamos de liberación inmediata y de garantías de libertades ciudadanas, lo hablábamos en la totalidad de lo que significa eso desde nuestra Constitución y lo que sacan es una amnistía en ese momento y si notamos desde el 2020 al 2021 cuando se incrementa la represión otra vez había personas, que ya llevaban tres veces encarceladas o algunas, la segunda vez y continuaban los encarcelamientos.

O sea, esto totalmente se incumplió. Esto significa que los garantes que existieron en ese momento, los mediadores que existieron en ese momento también tienen una responsabilidad de seguir presionando esto en la comunidad internacional.

Por la parte interna, volviendo a esta reflexión, después de cuatro años desde los acuerdos, me parece que nos hizo falta a nosotros en buscar algo que fuese más vinculante con nuestro marco legal nicaragüense, porque en efecto esa fue la salida que ellos (el régimen) vieron esto es solo papel. Estas firmas no valen y ustedes son terroristas, ustedes son delincuentes y ya conocemos la narrativa de la dictadura sandinista en estos términos.

LPU: ¿Para vos Yaritza, tienen validez esos acuerdos?. 

Yaritza Mairena: Yo creo que, a pesar de todo, a pesar de todas las debilidades, que tuvo la Alianza Cívica en su momento, creo que jugaron un papel muy importante en la construcción, no de eso acuerdos por medio de la negociación, aunque creo que la dictadura tenía claridad que esta negociación era nada más un tiempo para reorganizar sus fuerzas represivas. Nunca tuvieron voluntad de dialogar. Eso ha quedado demostrado. Eso es lo que yo rescataría de ese acuerdo, la no disposición del régimen de dialogar y de seguir reprimiendo y de no abrir paso a la negociación. 

Y creo que eso se mantiene hasta el día de hoy y hay que seguirlo recordando. Creo que hay que tomar las lecciones aprendidas de esos errores del pasado para no volver a cometer los mismos y no volver a decir que nos vamos a sentar con Ortega de nuevo a dialogar cuando sabemos que no tienen intención alguna de negociar y que van a morir en el poder, porque eso es lo que el Frente es Sandrita quiere morir en el poder.

Creo que al final el camino que nos queda es precisamente unificar todos los esfuerzos que tenemos en la oposición para lograr el desmantelamiento de la dictadura y eso se logra a través del debilitamiento de los pilares. Es momento de que empecemos a hablar sobre acciones más contundentes en contra del Ejército, en contra del gran capital, que está todavía siendo cómplice de la dictadura y que son sus pilares.

Creo que ya viene siendo tiempo de que hagamos una estrategia de salida de la dictadura que realmente responda a la realidad y la realidad es que no hay oportunidad de negociación de diálogo y tampoco mucho menos de unas elecciones adelantadas, pues porque sabemos que el régimen no lo quiere, no es porque nosotros no tengamos la disposición de la Paz de hacer esta lucha cívica, sino que no hay ninguna apertura con la dictadura para para negociar.

LPU: ¿Cuáles han sido los principales obstáculos para la liberación de Nicaragua desde los mismos espacios de oposición que ustedes observan, tanto de las agrupaciones juveniles y de las conformadas también desde el exilio, tras la crisis, precisamente eso que mencionaba Yaritza del tema de replantearse, estrategias para ver la ruta de esa liberación y tocar fuerte los pilares que sostienen a la dictadura?.

Valeska Valle: Claramente hay muchos fantasmas en la oposición que vienen de historias nunca terminadas, nunca bien contadas o al menos, que nunca se han sabido verdades y que vienen también de una política tradicional que sigue impregnada en muchos personajes políticos que ahora se llaman de oposición y creo que también uno de los obstáculos grandes ha sido no dar paso a la nueva generación, sabiendo que esto no significa que se van a tener que desaparecer los demás, sino que debe existir un trabajo conjunto. 

Hay personas que creen que esto se debe solamente a una cuestión ideológica y yo sí soy bastante franca y directa hay personas que quieren reducir lo que sucede en la oposición a cuestiones ideológicas. La situación aquí es que hay muchos intereses que no permiten avanzar. Hay una clase política tradicional que cree que son élites, que creen que merecen continuar y que en su mundo no exista apertura a otras personas.

LPU: ¿Entre los jóvenes existe esa alianza o unidad para las estrategias de ustedes y que ha pasado con los otros grupos de oposición?.

Yaritza Mairena: Yo creo que los jóvenes en esta en estas nuevas dinámicas, de organización, venimos desarrollando diversas estrategias para el cambio que creen. Abril, precisamente, surgió por esa voz de los jóvenes en oponerse a la violencia y en oponerse a la corrupción que existe.

En el en el régimen actual creo que dinámica, esa configuración de la nueva organización de los jóvenes, la nueva forma de hacer política de los jóvenes ha habido ciertas tensiones con ciertos grupos políticos tradicionales. Entonces creo que no hemos logrado todavía superar esas cuestiones, lo que mencionaba Valeska, por ejemplo, de los términos ideológicos. Para nosotros, la juventud, yo creo que la mayoría de los jóvenes tenemos esa visión de que esto no es ideológico. 

Esto no se puede confundir con una cuestión de ideología porque para mí esto es humano, estamos hablando del sufrimiento humano y precisamente eso fue abril una solidaridad humana en contra de la barbarie, la democracia contra la dictadura, pero lamentablemente todavía existen grupos que siguen perpetuando esta esta guerra fría en la que viven en su mente entre izquierda y derecha.

Yo creo que hace falta un diálogo intergeneracional también. Yo he insistido en que se debe hacer ese diálogo intergeneracional entre la juventud y los adultos que han practicado la política desde hace mucho tiempo, que tienen muchos conocimientos, experiencias que valiosa, pero también se debe crear una nueva visión juvenil para para darle una nueva visión a esta clase política.

LPU: El Vaticano y organismo como la OEA, incluso organizaciones de derechos humanos, siempre instan a un diálogo o que el régimen se abra a un diálogo. ¿Ustedes ven posible otro diálogo o ya ven que el régimen no le interesa o nunca le interesó dialogar?. 

Valeska Valle: Creo que si el objetivo es el cambio en Nicaragua nos toca a nosotros analizar también con mucha seriedad desde la opción lo que tenemos sobre la mesa, aprendiendo de lo que ya hemos hecho. Yo coincido que en este momento no existe una apertura real, no existen condiciones reales, ni contraparte que puedan enfrentar semejante contexto en el que pondríamos a nuestro país en este momento. 

Creo que uno de los primeros pasos que la oposición tiene que dar es una opción seria a los nicaragüenses, en la que puedan creer, en la que puedan volver a confiar, en la que puedan volver a querer guiarse.

LPU: El rol de la Iglesia Católica como lo valoran. ¿Puede seguir dando ese servicio de mediadores, testigos, a pesar de esa persecución en su contra?.

Yaritza Mairena: Yo creo que la Iglesia tiene su rol bien, claro. La Iglesia es un guía espiritual ha acompañado muchísimo el sufrimiento de los nicaragüenses precisamente porque están del lado del sufrimiento humano, están del lado de las almas para guiarlas por un camino espiritual religioso. Su papel en toda esta lucha, en estos seis años ha sido totalmente íntegro y llamando precisamente a la paz a la justicia, al bien común. 

Creo que su papel como mediador ha estado más que claro, ellos han llamado, simplemente a que se acabe de la violencia y la violencia ha sido ejercida por parte del régimen, eso ha quedado claro y precisamente por ese llamado a la no violencia, es que el régimen ha perseguido y encarcelado a los sacerdotes y ha demostrado esa voluntad de no permitir a la iglesia hacer su labor cristiana.

Creo que es importante también mencionar que al final es a la a la clase política, a quién le compete de alguna forma, forzar la salida de la dictadura y forzar la salida de la dictadura implica también esto que yo mencionaba anteriormente de crear una estrategia que genere una correlación de fuerza efectiva para la salida del régimen.

Valeska Valle: Yo coincido que la Iglesia ha tenido un gran rol, que ponerlo en ABC nos quedamos pequeños. Ha sido protectora, acompañante espiritual, se ha puesto al servicio también de todos los nicaragüenses para abrazar ese dolor que hemos atravesado todos. Ellos mismos han atravesado ese dolor a través de persecución, de encarcelamiento de muchos sacerdotes y obispos. 

Creo que exigirle más, no podríamos, han estado abriendo las puertas todo el tiempo, han estado insistiendo en este llamamiento a la paz en que pensemos en nuestra sociedad en los núcleos familiares que se están destruyendo, no solo dentro de Nicaragua sino incluso cuando salen desterrados, continúan esta misión evangelizadora.

Para mí personalmente como católica, la iglesia me ha dado una lección de sacrificio increíble que a pesar de la persecución continúan dando este mensaje de paz. Continúan dando este mensaje también de que debemos hablarnos, de que debemos comunicarnos, de que debemos dar un paso siempre adelante en contra de la injusticia y creo que los nicaragüenses lo han entendido también perfectamente.

LPU: ¿Se puede debilitar a la dictadura ustedes como organizaciones desde el exilio?.

Yaritza Mairena:  Para mí es importante y le toca la oposición política nicaragüense, el hecho de provocar este debilitamiento de la dictadura para lograr una rendición de la dictadura misma el desmantelamiento posterior de esta y uso la palabra desmantelamiento porque me parece que lo que hay que hacer es volver a reconstruir todas las instituciones del Estado y hacer que ese Estado sea capaz de responder a las necesidades del pueblo.

Creo que para lograr eso, es que tenemos nosotros que crear una correlación de fuerza efectiva y eso se logra no solamente con los esfuerzos o la incidencia internacional, sino también con una claridad y una voluntad de unidad de unificar todos los esfuerzos y de coordinar todos los esfuerzos y también de mantener el contacto con la gente en Nicaragua.

Creo que es sumamente necesario mantener las redes dentro del territorio, mostrando también la solidaridad que tenemos con ellos, porque en el exilio sí podemos pasar muchas penurias, puede ser muy difícil, pero definitivamente no es lo mismo que estar en Nicaragua y estar en Nicaragua es sumamente complejo y doloroso.

LPU: ¿Rendición de la dictadura?, ves eso Valesca con presiones, con esa estrategia que ha mencionado Yaritza de que se debe de ejecutar entre los grupos de oposición para precisamente debilitar a la dictadura y llegar a ese terreno me rindo. ¿Ves a una dictadura que diga eso?. 

Valeska Valles: Creo que ahorita hay muchas propuestas interesantes que se están haciendo dentro de los espacios de oposición para incrementar muchas medidas que pueden presionar y sofocar a la dictadura, que no se han hecho hasta el día de hoy. Eso es lo que queremos que suceda, de que estas medidas se eleven a tal punto de que la dictadura de un paso atrás.

Yo coincido con Yaritza. Se debe tener un accionar conjunto de todas las voces que están en este momento, porque son medidas que son bastante fuertes. Yo coincido que el ejército debe ser sancionado, sus activos deben ser congelados, deben ser perseguidos por ser copartícipes de muchos crímenes de lesa humanidad cometidos en contra de los nicaragüenses y esos son momentos, que sí, creo que van a suceder. 

Tanto Valeska Valle y Yaritza Mairena se encuentran exiliadas en Costa Rica. 

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