Jasson Salazar: La excarcelación "es como volver a nacer, salgo con una fuerte conexión con Dios"

El activista político juvenil Jasson Salazar, liberado en el grupo de los 135 presos políticos desterrados de Nicaragua a Guatemala,, describe su excarcelación como "volver a nacer". Salazar permaneció 18 meses preso en el Sistema Penitenciario Jorge Navarro, conocido como La Modelo, en Tipitapa, Managua.

Salazar relató que desde el módulo 17/2 pudo observar la llegada de camionetas con ropa y zapatos marcados con los nombres de los presos, lo que él y sus compañeros interpretaron como una señal definitiva de su liberación. 

"Luego fuimos trasladados en un autobús ruso con cortinas para una revisión médica y nos tomaron fotos antes de ser devueltos a los módulos, allí nos reunimos con otros presos políticos de diferentes penitenciarías del país, muchos no sabíamos que estaban presos y eran compañeros de lucha", relata Salazar.

Desde el fresco clima de Guatemala, recuerda los peores días vividos en su presidio político. Durante su tiempo en el Distrito 3, Salazar soportó condiciones inhumanas en celdas pequeñas con colchonetas en mal estado y un calor insoportable. Solo tenían acceso a un pequeño hueco para sus necesidades fisiológicas y una pila con poca agua. Recuerda que a pesar de que intentaban mantener a los presos políticos separados de los comunes, en ocasiones se mezclaban, lo que generaba situaciones complicadas debido a la falta de experiencia de los presos políticos en un entorno carcelario.

En el sistema penitenciario, las condiciones no mejoraron mucho. Salazar sufrió plagas de zancudos, cucarachas y hasta culebras, junto con baños obstruidos y malos olores constantes. Además, las dificultades para dormir eran frecuentes debido a la alta temperatura, la luz constante y la dureza del concreto, lo que aún le causa problemas lumbares.

Aunque en algunos momentos perdió la esperanza, Salazar afirma que su fe en Dios fue clave para mantener el ánimo. "Salgo con una conexión espiritual muy fuerte con Dios", dijo el activista.

A pesar de las horas interminables en el penal, Salazar buscaba actividades que le permitieran sobrellevar mejor las noches, que aunque calurosas, le resultaban más relajantes. 

Ahora, con la libertad en sus manos, su prioridad es descansar, actualizarse y trabajar en su reubicación en los Estados Unidos. Confía en que contará con el apoyo de amigos para su transición y, sobre su futuro en la política, comentó: "Ya veremos qué es lo que está pasando".