Insurrección de abril fue "tocar a Dios con las manos sucias" dijo Rosario Murillo
Rosario Murillo, quien funge como vicepresidenta del gobierno dictatorial de Daniel Ortega, no pierde oportunidad para culpar de todos los males al pueblo de Nicaragua que se levantó en la insurrección de abril del 2018.
En una de sus acostumbrados monólogos que se transmiten por el oficialista canal 4, aseguró que la insurrección popular de 2018 contra Daniel Ortega, y en la que murieron 328 peronas producto de la violenta represión, según la CIDH, fue como “tocar a Dios con las manos sucias”.
“Esta Nicaragua que avanza desde un modelo económico (…) que nos ha permitido avanzar en la restauración de los buenos rumbos que traíamos, esos buenos rumbos que se atrevieron a destruir, es como tocar a Dios con las manos sucias”, dijo Murillo, a través de medios del Gobierno.
El estallido social de abril del 2018, se dió en el contexto de la aprobación de forma unilateral de la deducción del 5% de las pensiones de los jubilados del INSS. Los jóvenes y pensionados salieron a protestar y fueron reprimidos de forma brutal.
Los ataques dejaron cientos de muertos, presos o desaparecidos, y decenas de miles empezaron a huir del país alegando amenazas de la Policía y de las llamadas “turbas sandinistas”.
Según Murillo, el buen desempeño de la economía nicaragüense bajo el Gobierno de su esposo se correspondía con “la voluntad de Dios, eran precisamente los resultados de un plan cristiano, solidario, de opción preferencial por la mayoría”.
La represión y el estado policial que mantiene la dictadura de Ortega hizo que la economía de Nicaragua pasara de crecer en más del 4 % anual, a tener una contracción de -3,8 % y una inflación del 3,89 % en 2018, y un retroceso de -3,5 % con una inflación de 6,13 % en 2019.
“Ese camino que traíamos, un camino bendecido, exitoso, victorioso, fue alterado interrumpido, por el terrorismo, el vandalismo, que gracias a Dios, por voluntad también de la mayoría de nicaragüenses han quedado atrás, salvo unos cuantos hablando locuritas”, dijo la vicepresidenta, sin mencionar a la oposición, que demanda el retorno de la democracia.
Murillo afirmó que el de su esposo, quien lleva 13 años consecutivos en el poder, es “un modelo profundamente democrático”.
Pero diferentes sectores tanto a lo interno y fuera de Nicaragua demandan la restitución de las libertades de los nicaragüenses.