Justicia española solicita 23 años de cárcel para hombre que asesinó a nicaragüense en ese país
La Fiscalía de Zaragoza, en España ha solicitado 23 años y 9 meses de cárcel para el español Rubén Calvo Ropero, quien asesinó de 64 cuchilladas a la nicaragüense Katia Altamirano Blandón, quien era originaria del departamento de Chinandega.
Desde el año 2018, Altamirano de 35 años, vivía en Zaragoza, en España, hasta donde emigró para buscar una mejor vida y garantizar un mejor futuro a su hijo de 12 años; pero su sueño fue truncado la noche del 23 de mayo pasado, cuando Calvo Ropero la acuchilló en distintas partes del cuerpo.
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Según el reporte de ese entonces de medios españoles, el sujeto, luego de cometer el crimen, se lanzó desde el quinto piso del edificio en el que residía con la finalidad de quitarse la vida, pero una furgoneta amortiguó el impacto.
El hombre sobrevivió a la caída y estuvo alrededor de un mes en Cuidados Intensivos, y luego del hospital pasó a la cárcel.
Dos décadas de prisión
El diario Heraldo, de España, informó en su sitio web que la Fiscalía solicitó la pena en noviembre pasado.
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La acusación presentada por la Fiscalía de Zaragoza detalla que el verdugo usó dos cuchillos para matar a la nicaragüense, “contra la que se empleó con tanta violencia que llegó a fracturarle varias vértebras lumbares, las más fuertes y resistentes del cuerpo humano”, reportó el medio español.
Investigaciones policiales revelaron que Calvo citó a Katia a su apartamento diciéndole que no se sentía bien. La víctima fue atacada en un pequeño cuarto del que no pudo escapar. Las heridas mortales fueron tres: en el cuello, una en el hígado y otra en el corazón, indicaron médicos forenses españoles.
¿Enfermo mental?
EL diario español reportó que la única atenuante a favor de Calvo es la de trastorno mental. La abogada defensora del acusado ha manifestado desde el inicio del proceso que su cliente fue diagnosticado con esquizofrenia.
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Katia Altamirano fue sepultada en Chinandega el pasado 13 de junio cuando su familia logró repatriar su cadáver gracias a la ayuda del Ayuntamiento de Zaragoza.