Nicaragua con el salario mínimo más bajo de Centroamérica
Nicaragua abre 2025 con el salario mínimo promedio más bajo de toda Centroamérica, apenas US$221.9, a pesar de un incremento del 10.1 % durante el 2024. Este aumento representó entre US$14.2 y US$32, dependiendo de la categoría laboral, un ajuste insuficiente frente al alto costo de vida que enfrentan los trabajadores nicaragüenses.
En contraste, otros países de la región han logrado salarios mínimos significativamente más altos, marcando una gran brecha en términos de poder adquisitivo.
Por ejemplo Costa Rica, lidera la región con el salario mínimo promedio más alto, equivalente a US$728. Un trabajador no calificado gana US$23.3 por jornada ordinaria, mientras que un licenciado universitario recibe como mínimo US$1,496 mensuales.
A partir de 2025, en Guatemala el salario mínimo en actividades no agrícolas subirá a US$483, en actividades agrícolas será de US$466, y en maquila y exportaciones llegará a US$425 tras un incremento del 6 %.
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En el caso de Honduras, el salario mínimo promedio es de US$538.5, con ajustes que oscilan entre el 5.5 % y el 7 % según el tamaño de la empresa y el sector. Y El Salvador tiene un salario mínimo promedio de US$365.
Nicaragua sigue en la cola
En una entrevista a 100%Noticias, el economista Marco Aurelio Peña explicó que el salario promedio de un nicaragüense está muy por debajo del costo total de la canasta básica que supera los 550 dólares.
Explica que el salario mínimo más alto, correspondiente al sector de construcción y servicios financieros, es de aproximadamente 12,803 córdobas, es decir unos 355 dólares. Por otro lado, el salario mínimo más bajo, en la actividad agropecuaria, apenas alcanza 5,721 córdobas, menos de 160 dólares al mes.
Estas cifras colocan a Nicaragua entre los países con los salarios más bajos de América Latina y Centroamérica. Según Peña, el problema radica en la productividad y competitividad total de los factores de producción, algo que no se puede resolver con decretos o fuerzas represivas.
“Nicaragua no presta las condiciones para que las familias lleven a cabo su propio proyecto de vida, ¿por qué? porque se trata de un país en el que 4 de cada 10 empleos se trata de un sub empleo”, expresó.
En Nicaragua, cerca del 75% de la población ocupada trabaja en la informalidad laboral, lo que significa que no tienen garantías laborales ni estabilidad. Además, cuatro de cada 10 empleos corresponden a subempleos, trabajos inadecuados que no garantizan ingresos suficientes para cubrir las necesidades básicas.
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“El subempleo no es otra cosa que un infra empleo, un empleo inadecuado donde la gente está sujeta a explotación o simplemente está trabajando medio tiempo porque cerca del 75% de la población ocupada se desempeña en la informalidad laboral, eso significa que no tiene garantizado un contrato de trabajo con prestaciones laborales y por tanto los salarios son demasiados bajos”, explicó.