Joven mecánico construye su propio vehículo de colección en Nicaragua
El icónico carro elaborado de forma artesanal recorre 100 kilómetros en una hora, según el relato de su propietario.
Todos los días, Andrés Arsecio Herrera Pineda, un ingeniero mecánico profesional se roba las miradas y los aplausos de los jinoteganos, quienes tienen el honor de verlo circular en un vehículo de colección que él mismo diseñó y construyó. El automotor, según él, no tiene nada que envidiarle a los vehículos modernos que actualmente se venden en el mundo.
“El carro lo hice para no andar a pie. Este es un vehículo con bastante prestaciones. Este no es un vehículo Gastón es muy económico. No son como los carros modernos que están saliendo ahora”, expresa muy contento Andrés Arsecio.
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El icónico carro recorre 100 kilómetros en una hora, según el relato del jóven.
Consciente de los altos niveles de contaminación ambiental, este joven de 27 años de edad creó su vehículo “amigable con la naturaleza”.
“Este vehículo es muy amigable con el medioambiente porque no lo contamina”, añade, mientras se recuesta sobre su vehículo que le costó dos años de elaboración.
Soldadura profesional
Cada pieza metálica fue diseñada con cautela, tomando en cuenta que el vehículo iba a desplazarse por las calles de Jinotega, Andrés soldó profesionalmente cada parte del vehículo bautizado como AR.
“El primer proceso fue diseñarlo, después tuve que calcularlo de forma física a ver si iba a funcionar en el terreno, posteriormente diseñé todas las estructuras y los mecanismos. Fui diseñando cada mecanismo hasta que quedó perfeccionado y así comencé a hacer el carro a base de un plano y un diseño, siempre respetando la física y la termodinámica”, comparte el talentoso mecánico.
Este es el primer vehículo artesanal que se construye en Nicaragua en un taller de mecánica y no en grandes industrias.
“La soldadura es profesional. El vehículo está bien soldado y diseñado para soportar todos los golpes de la carretera”, explicó Andrés Arsecio, quien afirma sentirse contento, pero a la vez nervioso.
Frustrado
Como todo emprendedor que inicia su propio proyecto, Andrés dice que el momento de frustración llegó y por casi abandona la elaboración del vehículo que hoy es una realidad.
“Este vehículo terminó de fabricarse el 25 de enero de 2019, ya para esta fecha estaba listo. Llegó un momento en el que estaba frustrado, porque es un proceso largo, decidí relajarme y llegar con más energía, no me di por vencido, aunque casi lo hago”, cuenta el joven.
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“Cuando uno comienza algo, lo tiene que terminar”, dice muy sereno, mientras abre las puertas de su vehículo para mostrar los asientos y el tablero.
Con el paso del tiempo, y con la confianza en su talento, Andrés cambió el diseño del carro, el que primeramente tenía forma de deportivo. “Este vehículo ha evolucionado, primero era de tubería, tipo Fórmula Uno, era bien bajito”, señaló el joven, quien lleva ocho años armando motores de vehículos en un taller.
El joven mecánico dice que seguirá callando la boca de quienes no creyeron en su talento y que planea diseñar otros vehículos.
“Tengo otros diseños, otros modelos que no sé si los iría a hacer, quiero hacer otros carros y vender este”, expresó.
De acuerdo con Herrera Pineda, el carro está valorado en cinco mil dólares y planea venderlo en un futuro.
“Este es un vehículo de colección y está fabricado con tuberías angulares, tuberías redondas. Todas estas piezas son nuevas”, cuenta.
“Hubo un montón de gente que me dijo loco, pero el detalle es que ahora todo mundo se está retractando. Todos hablan bien de mí, esa es la diferencia cuando opinan sin saber lo que uno hace”, añade Andrés.
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“La gente habla porque no sabe, caen en la ignorancia, quieren que uno sea igual a ellos, quieren mandar a hacer lo que ellos dicen. Cuando haces un proyecto y lo terminas, el que termina beneficiado es uno”, añade.
“Me motivé solo”
Andrés Arsecio dice que el vehículo es resultado de si propia motivación. “Nadie me motivo. Me motive yo solo, nadie me ayudó. La única persona que me ayudó y a la que le agradezco fue mi abuela, quien siempre creyó en mí. A veces yo no tenía ni un córdoba y ella siempre me ayudó y por eso nunca dejé del proyecto abandonado”, finaliza el joven.
El taller donde fue elaborado el vehículo está ubicado en el barrio La Curva, en Jinotega, del Inac, 200 varas al sur.
De acuerdo con el relato de Andrés, actualmente está en proceso de legalizar su vehículo para tener sus documentos en “regla”.
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