Presos políticos muertos en Nicaragua bajo dictadura de Daniel Ortega
Cuatro personas murieron en Nicaragua como prisioneros políticos del régimen Ortega Murillo entre mayo de 2019 y diciembre de 2023. Tres de ellos perdieron la vida cuando se encontraban bajo custodia y responsabilidad del Estado nicaragüense, y el cuarto poco después de salir de la cárcel con graves afectaciones a su salud que no fueron atendidas en prisión.
Uno de ellos fue asesinado por un guardia en el centro penitenciario Jorge Navarro (cárcel Modelo), mientras que los otros tres fueron llevados a la muerte al no ser asistidos adecuadamente en sus enfermedades mientras guardaban prisión, donde cumplían condenas por delitos que no cometieron.
Esta es la historia de Eddy Montes Praslin, Santos Flores Castillo, Hugo Torres Jiménez y José Modesto Solís Aguilar, prisioneros políticos muertos entre 2019 y 2023.
Eddy Montes Praslin, 57 años
Muerte: 16 de mayo de 2019 en la cárcel Modelo.
Eddy Montes Praslin fue un abogado nicaragüense y estadounidense. Se definía a sí mismo como un pacifista y con esa convicción se sumó a las protestas sociales de 2018 en Matagalpa, ciudad en la que residía durante sus estancias en Nicaragua.
El 7 de octubre de 2018, Montes fue citado a la delegación policial de Matagalpa para aclarar un supuesto problema de propiedades, pero era un engaño, pues lo estaban investigando por la muerte de Lenin Mendiola, acontecida durante una marcha de autoconvocados que fue atacada por policías. Posteriormente fue trasladado a las celdas del Chipote en Managua.
Después de 56 días detenido, fue acusado junto a otros matagalpinos de haber saqueado e incendiado el plantel de la Alcaldía de Matagalpa. Luego fue trasladado al sistema penitenciario Jorge Navarro (La Modelo).
“Por participar en las protestas fue acusado de terrorismo, robo agravado, entorpecimiento de servicios públicos e incendio, sin garantías judiciales alguna”, denunció el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
Según testigos presenciales, el día de su ejecución (16 de mayo) Eddy MontesEddy Montes jugaba con una pelota de trapo cuando el custodio conocido como “Mayorga” le llegó a apuntar con un fusil AK, mientras otros funcionarios le ofendían.
“Uno de los excarcelados reveló al Colectivo que ‘llegó Mayorga cerca del portón a apuntarnos con el rifle. Llegaron a asar carne como manera de insultarnos, ya que no nos estaban dando alimento; nos provocaban’ y luego ‘llegó un grupo de operaciones especiales y tácticas’”.
En un texto escrito para la publicación Divergentes con motivo del cuarto aniversario del asesinato de Eddy Montes, el joven excarcelado político Nahiroby Olivas relató: “No puedo olvidar aquel 16 de mayo, cuando alrededor de 95 personas fueron lesionadas por funcionarios del sistema penitenciario La Modelo. Recuerdo gente corriendo, disparos, piedras, gritos. En medio de todo el caos, después de que sonó un disparo, vi como don Eddy que estaba a unos 200 metros mío cayó al suelo y de inmediato empezó a sangrar”.
“Después de eso solo vi que lo llevaron sangrando a otra parte, hasta que se perdió de mi vista y luego vino la golpiza que nos recetaron a los demás presos, que no empeoró simplemente porque la Cruz Roja Internacional (CICR) llegó a tiempo para impedirlo. Al final del día todos estuvimos juntos, cantando, conversando y llorando por la muerte de don Eddy, así hasta el día siguiente, cuando escuchamos todo su entierro a través de Radio Corporación con un teléfono que habíamos logrado ingresar”, recordó.
Eddy Montes tenía 56 años al momento de su deceso. El Colectivo denunció que su muerte es responsabilidad exclusiva de las autoridades penitenciarias, cuyos agentes le dispararon y no le dieron asistencia médica, dejándole desangrarse. “La ejecución del señor Montes Praslin se mantiene en la impunidad pues no se realizó una investigación seria o imparcial y, menos de un mes después de este crimen se publicó la Ley de Amnistía, Ley 996, la cual pretendía borrar todos los crímenes de lesa humanidad que ha cometido el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo”, indicó el organismo humanitario.
Santos Flores Castillo, 52 años
Muerte: 8 noviembre de 2021 en la cárcel Modelo.
Santos Sebastián Flores Castillo, abogado, uno de los primeros presos políticos de la dictadura. En 2013 denunció públicamente a Daniel Ortega de haber violado a su hermana entonces menor de edad, Elvia Junieth Flores Castillo, quien confirmó esa denuncia.
Los familiares de Santos Sebastián Flores Castillo aseguran que fue encarcelado injustamente por haber defendido a su hermana, que además resultó embarazada por la violación, según la denuncia. El abogado fue sentenciado a 15 años de cárcel en junio de ese mismo año 2013, acusado de violación sexual agravada por Lucila Narcisa Cortez García, quien era defensora pública del Poder Judicial y amiga de la jueza sandinista Gertrudis Gaitán.
Tanto el acusado como sus familiares negaron siempre los cargos imputados. Desde la prisión Flores Castillo envió una carta al Cenidh en la que relataba detalles de las torturas que sufría y calificaba su encierro como “una venganza” por haber denunciado la violación de su hermana.
“Daniel Ortega me odia a muerte porque no estuve de acuerdo con la relación de pareja cuando el convirtió en su mujer a mi hermana Elvia Junieth, cuando ella tenía 15 años”, indicó en esa carta.
“Ya no aguanto estas torturas y este encarcelamiento injusto (…) Responsabilizo a Daniel Ortega de cualquier cosa que me suceda en esta prisión o en cualquier lugar de Nicaragua”, agregó la misiva.
A raíz de las denuncias de Santos Flores desde la cárcel, sus seis hermanos y su madre Elpidia Castillo recibieron amenazas del régimen y tuvieron que abandonar el país y exilarse en Estados Unidos.
En 2017, el Cenidh y la Organización Mundial contra la Tortura (OMT) enviaron una carta a las autoridades de Gobernación y del Sistema Penitenciario, reclamando la falta de acceso al detenido por parte de su familia y de sus abogados, así como de la atención de un médico independiente. No hubo respuesta oficial.
El Cenidh denunció que Santos sufría tortura física y psicológicaEl Cenidh denunció que Santos sufría tortura física y psicológica, así como amenazas de muerte mientras estuvo detenido. El Cenidh y la Corte Interamericana de Justicia (CIDH) exigieron al régimen “una investigación exhaustiva” sobre las circunstancias de su muerte cuando estaba bajo responsabilidad del Sistema Penitenciario. Tampoco hubo respuesta.
Santos Flores pasó ocho años en La Modelo. Murió a los 52 años, tras permanecer encerrado en la Galería 300, en una celda de máxima seguridad bajo aislamiento y torturas. Sus familiares no fueron informados sobre las causas de su deceso.
“Ha muerto en la impunidad. Su muerte es responsabilidad de Ortega, que en su momento fue preso político de Somoza y ahora se ha convertido en el verdugo de los presos políticos, pero con mucha mayor crueldad que Somoza. En Nicaragua se cometen torturas de manera masiva y sistemática”, declaró sobre el caso el abogado Juan Carlos Arce, del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
Hugo Torres Jiménez, 73 años
Muerte: 13 de febrero de 2022. Hospital de la Policía Roberto Huembes.
Hugo Torres Jiménez fue el tercer preso político muerto bajo resguardo policial, después de Eddy Montes y Santos Flores Castillo. Al igual que en estos dos casos, el régimen no ofreció una explicación clara de su deceso.
Excomandante guerrillero y exgeneral de brigada del ejército de Nicaragua, Torres era vicepresidente del partido Unamos (antes Movimiento Renovador Sandinistas, MRS), formado en 1994 y fuerte opositor al régimen desde el mismo retorno de Ortega al poder en 2007.
Junto a otros cinco líderes de su organización, Hugo Torres fue arrestado en las redadas policiales de junio de 2021 bajo los cargos de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional”. Horas antes de su detención, grabó un video que se divulgó poco después, en el cual recordó su actuación en la guerrilla sandinista y la liberación de Daniel Ortega de la cárcel, mediante el asalto a la casa de Chema Castillo en el cual él participó, el 23 de diciembre de 1974.
“Tengo 73 años de edad, nunca pensé que a estas alturas de mi vida iba a estar luchando contra otra dictadura, ahora más fiera que la dictadura de los Somoza, más inescrupulosa, más irracional, absolutista”, señaló Torres en ese video.
El Ministerio Público confirmó en un comunicado el deceso del mítico exguerrillero y lo atribuyó a “un deterioro en su salud” que, según dijo, ameritó trasladarlo al hospital. El gobierno no precisó qué enfermedad tenía ni dónde ocurrió su fallecimiento, en medio de una ola de rumores en las redes sociales y gran hermetismo por parte de su familia.
Los hijos del excomandante guerrillero (Hugo Marcel, María Alejandra y Lucía Aracelly Torres) simplemente notificaron el deceso en una nota de duelo y anunciaron que por voluntad de su padre “no se celebrarán honras fúnebres ni actividades públicas”. Según fuentes de su partido, no hubo autopsia del cadáver y los hijos recibieron sus restos en una urna, ya cremados.
“Hugo muere siendo preso político de la dictadura“Hugo muere siendo preso político de la dictadura y recae sobre ella la responsabilidad de su muerte, por haberlo apresado y mantenerlo en calidad de secuestrado hasta hoy, fecha de su muerte”, afirmó en un comunicado la dirigencia de Unamos.
“El fallecimiento de nuestro vicepresidente en manos de la dictadura es otro crimen de los tantos cometidos por los Ortega Murillo. Y esta muerte, como todos los asesinatos cometidos por ellos no quedarán impunes”, agregó el documento.
En su libro Destinos heredados, de reciente publicación, el periodista, exdiputado y excarcelado político Pedro Joaquín Chamorro relata cómo fueron los últimos días de Hugo Torres en la cárcel de El Chipote y el sufrimiento que le provocaban sus dolencias no atendidas adecuadamente por su carceleros: ya no podía comer y tenía que dormir sentado en una silla debido a un intenso dolor de columna.
“Caminaba con mucha dificultad. Lo noté muy deteriorado físicamente. Me pareció que tenía alguna enfermedad. Yo le pregunté y me dijo que venía de la clínica, precisamente, donde le estaban realizando algunos exámenes, pues tenía un dolor muy agudo en la región lumbar, en la espalda. Nunca pude saber cuál fue el diagnóstico porque obviamente eso no lo compartieron en la celda”, contó Chamorro al programa de televisión Esta Noche.
Agregó que Torres no padecía enfermedades al llegar a la cárcel, pero cuando lo trasladaron a su celda le dijo que tenía varias semanas de estar enfermo.
“Era sumamente activo y en la celda hacía muchísimo ejercicio hasta que se enfermó. Quizás para darle un mejor trato, lo trasladaron a mi celda que era más amplia y era más cómoda porque tenía cama. Él estuvo conmigo del martes 14 de diciembre al viernes 17 de diciembre de 2021. El primer día, le metieron una silla a la celda como un gesto especial para que él pudiera sentarse, cosa que no tenía ningún reo. La sorpresa mía fue que él no durmió acostado sobre la cama, sino sentado sobre la silla, por el dolor”.
“A la mañana siguiente que se levantó a bañarse, él me manifestó que tenía tres días de no poder defecar y yo le cerré la puerta del baño para que tuviera privacidad. Al poco tiempo, hubo un grito de auxilio proveniente del baño. Yo fui y lo vi tirado sobre la ducha, en el piso, con el agua corriendo sobre su cuerpo, y me dijo que le ayudara a levantarse porque no podía hacerlo por sí solo. Fue cuando decidí pedir auxilio, para ver si lo podían llevar a algún hospital, pero no me hicieron caso. Golpeé lo más fuerte que pude la puerta y los presos políticos que estaban en la celda vecina se percataron, comenzaron a golpear también la puerta y se armó un alboroto, hasta que llegó la comisionada Johana Wilford y, con mucha violencia, abrió el cerrojo de la ventanilla (…) Al tiempo lo llegaron a sacar de la celda y lo llevaron a la clínica a hacerle más exámenes.”
Y prosiguió Chamorro: “Cuando a él lo sacan de mi celda y lo llevan al hospital, después de haberle realizado unos exámenes con un aparato supuestamente de última tecnología, un ultrasonido portátil, él prácticamente no podía ingerir alimentos. Comía muy poco porque había perdido el apetito. Tenía seis o siete días de no defecar. Eso es grave. Se estaba envenenando internamente. Y padecía unos dolores tremendos. Le habían prohibido alimentos que tuvieran sodio porque tenía una inflamación tremenda. Yo pensaba que era nada más en los pies, pero después me di cuenta que las piernas las tenía también bien inflamadas”.
“Yo me alegré mucho cuando lo vi partir de mi celda (...) porque pensé que finalmente le iban a dar el tratamiento médico que su caso ameritaba”, contó Chamorro, sin sospechar entonces que no volvería a verlo nunca más.
José Modesto Solís Aguilar, 54 años
Muerte: 21 de diciembre de 2023, en casa de familiares.
El preso político José Modesto Solís Aguilar permaneció en prisión en la Galería 16 de la Modelo en graves condiciones de salud, José Modesto Solís Aguilar permaneció en prisión en la Galería 16 de la Modelo en graves condiciones de salud, hasta que fue excarcelado el 19 de septiembre de 2023 tras insistentes denuncias sobre su delicada situación. Su recuperación no fue posible y falleció tres meses después, el 21 de diciembre, en casa de sus familiares.
“La dictadura ordenó ponerlo en libertad y fueron los mismos custodios del Sistema Penitenciario quienes lo llevaron a casa de sus familiares para que fuese atendido en su lecho de muerte”, denunció en un comunicado el “Grupo de Secuestrados Políticos Unidos”, que el 24 de diciembre recibió la noticia de su deceso.
Solís Aguilar permaneció “muchos días en agonía debido a los múltiples padecimientos y al recrudecimiento de éstos en los días que permaneció en las mazmorras de la dictadura, donde lejos de ser atendido fue abandonado a su suerte”, señaló el documento.
“Los custodios del SP hicieron caso omiso ante el llamado constante que hacían los presos políticos demandando la atención médica oportuna” para Solís Aguilar, insistió.
La abogada Yonarqui Martínez dijo que actualmente muchos reos políticos se encuentran enfermos y carecen de asistencia mínima. “Es evidente que esta muerte es consecuencia de una falta de atención médica especializada que en su momento se solicitó. Sin embargo, tengo entendido de que hasta que vieron que no tenía otra alternativa de poder recuperarse, fue que se lo entregaron a los familiares”, comentó.
Tampoco en este caso las autoridades realizaron una investigación sobre las circunstancias de su muerte.
Existe poca información sobre la vida de José Modesto, de quien solo sabe que era habitante del barrio Altagracia, de Managua. Por su parte, sus familiares expresaron que nunca supieron las razones de su detención, cuya fecha exacta tampoco se conoce.