Alvarado se encamina al fin de su mandato marcado por la reforma fiscal
San José, 3 feb (EFE).- Carlos Alvarado, el presidente más joven en la historia reciente de Costa Rica, está a punto de terminar su mandato con registros de bajo apoyo de la población tras cuatro años en los que consolidó proyectos impopulares como una reforma tributaria y un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La agenda de Alvarado estuvo marcada desde el inicio de su Administración por la reforma tributaria, un proyecto rechazado por muchos sectores ante la inminente llegada de nuevos impuestos y que según los expertos era una necesidad para sanear las maltrechas finanzas públicas.
"Había que enfrentar una reforma fiscal porque de lo contrario los márgenes de maniobra del Estado se reducían. Estábamos a las puertas de una crisis económica y de legitimidad, eso era la muerte anunciada y el gobierno que entrara tenía que tomar decisiones impopulares (...) Se hizo bien haber invertido el capital político con el que llegó el Gobierno en establecer una reforma fiscal que dio réditos", explicó a Efe el analista político, Gustavo Araya.
Sin embargo, según el experto, el Ejecutivo llegó al Gobierno sin una agenda más allá del proyecto de ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (reforma fiscal), y no trazó una hoja de ruta para continuar con una estrategia país.
LAS CIFRAS
Costa Rica cerró el año 2021 con un déficit fiscal de 5,18 % del Producto Interno Bruto (PIB), menor a lo proyectado y el más bajo de los últimos tres años, a lo que se suma un déficit primario bajo.
Los resultados de la reforma se han visto poco, también producto de los efectos de la crisis sanitaria por covid-19, pero para las autoridades los números del 2021 demuestran la ruta trazada hacia el saneamiento de las finanzas públicas que, a su juicio, se consolidará con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Entre septiembre y octubre de 2020 Costa Rica vivió un periodo de protestas con episodios violentos en el marco de una negociación de un acuerdo entre el Gobierno y el FMI para un financiamiento por 1.778 millones de dólares, que trae consigo compromisos del Gobierno para reducir gasto y aumentar ingresos que en buena parte están bloqueados en el Congreso.
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El politólogo Araya destacó que otro de los aciertos de la Administración de Alvarado fue haber dejado el manejo de la pandemia en manos de los expertos del Ministerio de Salud, así como la ejecución de obras de infraestructura vial que estuvieron rezagadas durante más de 30 años.
Según una encuesta publicada en noviembre pasado por la estatal Universidad de Costa Rica, el 72 % de los costarricenses tiene criterios negativos sobre la gestión del Gobierno. El único momento en donde las opiniones fueron más positivas que negativas fue en abril del 2020 cuando se le atribuyó un buen manejo de la pandemia.
DEUDAS
Alvarado asumió funciones el 8 de mayo del 2018. Ese año el país cerró con un crecimiento económico del 2,1 %, en el 2019 fue de 2,2 %, mientras que en el 2020 se contrajo un 4,1 % a causa de la pandemia y en el 2021 logró un crecimiento mayor de lo previsto del 7,6 %.
Por su parte, el desempleo se movió visiblemente a la baja a lo largo del 2021, hasta ubicarse en 14,4 % a noviembre, un número que es aún 2,2 puntos porcentuales superior al registro previo a la pandemia, mientras que la pobreza está en el 26 % de los hogares.
"Más que un Gobierno marcado por la pandemia, yo diría que la pandemia salvó al Gobierno. En ausencia absoluta de una agenda y un Gobierno sin capacidad política, la pandemia los salvó de la posibilidad de tener un tema y una hoja de ruta por lo menos apegada al carácter sanitario y que le permitiera mantenerse a flote por lo menos este tiempo", puntualizó Araya.
El analista político indicó que los temas de reactivación de la economía fracasaron, en especial el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, al igual que se profundizó la crisis que se arrastra en educación, así como ciencia y tecnología.
En el ámbito ambiental también faltó más ambición, pese a la propuesta de descarbonización de la economía al 2050, comentó Araya.
"Otro de los grandes desaciertos es que se abandonó el tema de derechos humanos, ciudadanías por diversidad sexual y poblaciones vulnerables. El tema de la mujer y en género no se avanzó en nada. Este gobierno no ha sido para nada progresista y los derechos humanos siguen de capa caída", detalló el politólogo.
María José Brenes
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