Despacho 505: Pasquier: “En Nicaragua estamos al garete frente al Covid-19”

El doctor Roger Pasquier considera que las autoridades en Nicaragua deben dejar de gestionar la crisis del Covid-19 como un problema político y dejar que sean los expertos quienes se encarguen de guiar a la gente.
Uriel Velásquez
Mayo 12, 2020 02:17 PM

En Nicaragua es “urgente” que las autoridades dejen de gestionar la crisis del Covid-19 como un problema político y empiecen a tomar decisiones basadas en la ciencia, advierte el doctor Roger Pasquier. Para eso es necesario conformar un panel de expertos para tratar de frenar el crecimiento de los casos y ejecutar medidas drásticas en ciudades como Managua y Chinandega, donde ya se han identificado focos de contagios.  

“Me da una tremenda tristeza ver que en Nicaragua estamos al garete”, dice el experto sobre el silencio oficial que impera desde el pasado 5 de mayo, la última vez que el Ministerio de Salud actualizó las cifras del coronavirus en el país. 

Según Pasquier, miembro de la Comisión de Riesgos Profesionales de la Confederación de Sociedades de Anestesiología, una de las problemáticas que se deben atender con mayor urgencia, es evitar los contagios entre el personal de salud. Si no se toman medidas ya, los casos podrían llegar a alcanzar al 40 por ciento del personal. 

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Según el último reporte del Observatorio Ciudadano, en Nicaragua hay 122 profesionales de la salud con sintomatología asociada o presuntiva de Covid-19.  

¿Cuál es el impacto que tiene en la atención médica cuando vemos que los casos se están incrementando entre el personal de salud? 

El impacto es enorme. Si nosotros tenemos un sistema de salud que tiene cierta capacidad, tanto en personal como en infraestructura, y comenzamos a ver que la infraestructura se va llenando; que las áreas de hospitales que no se ocupaban para una enfermedad específica como es el Covid-19 se van llenando; y de repente empezamos a ver que, en vez de tener a 20 personas dispuestas a trabajar para eso, solo tenemos 10, la atención al paciente sufre.  

Esto tiene que ser vasado en las estadísticas. Si se tiene un buen plan de prevención y protección al personal de salud, entre el 10 y el 12 por ciento se va contagiar. Pero si no se cuenta con un plan, se puede llegar a contagiar hasta el 40 por ciento del personal sanitario. Entonces, entras en una tremenda crisis porque muchos pacientes que están requiriendo atención cuando vos tenés cada vez menos médicos y menos enfermeras.  

Es muy grave que el personal se esté enfermando. No sabemos hasta dónde va llegar esto porque las condiciones de prevención y protección si acaso se están dado ahorita, son muy tardías. Recordemos que el primer caso fue hace seis semanas y desde entonces el virus ha venido poco a poco expandiéndose por todo el territorio nacional. 

En el caso del personal médico además de proporcionarles mascarillas, guantes y capas protectoras¿qué otras recomendaciones hace falta que se apliquen? 

Para empezar, es básico separar al paciente Covid del paciente que no es Covid. Mientras más aislada esté la atención por Covid-19, la posibilidad de contagio cruzado entre el personal es mucho menor. Después de eso ya debería haber aquí una disposición de que el único que entre al hospital sea el paciente, tener a camilleros recibiendo solo a los pacientes.

Si se deja entrar a los dos o tres acompañantes que vienen con el paciente, estás provocando mayor posibilidad de que el personal se contagie. Luego está la disposición de materiales para proteger al personal en dependencia del caso, que hay casos en los que necesitan equipos muy especializados.  

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En el caso de los hospitales donde se viene una saturación o un crecimiento exponencial de los casos, ¿usted ve viable que todavía se siga atendiendo a gente de consulta externa y haciendo cirugías que no son meramente urgentes? 

En el Hospital Roberto Calderón (antes Manolo Morales), por ejemplo, la mitad de sus instalaciones está siendo ajustada para la atención pacientes Covid-19. Eso significa que va haber un montón de cirugías electivas que se van a tener que posponer. En algunos hospitales han tenido que usar los quirófanos como cuartos de Cuidados Intensivos, eso va venir en relación con el grado de colapso que tengamos.  

Al final de cuentas todos los sistemas de salud han colapsado por el Covid-19 y el de Nicaragua no va a ser una excepción. Las cirugías electivas, en determinado momento, van a tener que pasar a segundo plano porque también van a ver cirugías que no son electivas como una cesárea, o un politraumatizado que va tener Covid-19 también y que va haber necesidad de operarlo también.  

En lo que se refiere a la consulta externa es bien complejo el tema porque la población nicaragüense necesita. Hay muchos pacientes crónicos, esto tiene que trasladarse a los centros de salud porque el abastecimiento de medicamentos tiene que continuar, ese tipo de cosas no se pueden cancelar.  

Habrá que hacerse una reunión donde se definan los roles que debe desempeñar cada unidad de salud en todo el territorio nacional para no paralizar completamente el sistema. Lo que se necesita ahorita es organización. No veo que haya una cadena nacional donde se hablen de estos temas y se den estas orientaciones.  

Este 12 de mayo se cumplen siete días de silencio oficial en la actualización de las cifras del Covid-19. ¿Cómo interpreta este silencio? 

Me da una tremenda tristeza ver que en Nicaragua estamos al garete frente al Covid-19. En Chile, en Cuba, vemos a los presidentes hablando casi como médicos. El informe cubano es perfecto. Es una cosa que da gusto oírla. En Nicaragua solo vemos lo que sale en las noticias, que están enterrando gente en las noches, en las madrugadas y las autoridades no dicen nada.  

Estamos viendo que hay un incremento de muertes por “neumonía adquirida en la comunidad”, pero a los muertos los entregan en cajas selladas o los entierran directamente sin la presencia de familiares. ¿Esto es normal en un caso de neumonía? 

No. Si una persona muere de neumonía la familia tiene derecho a ver a su deudo, a una vela, a su entierro. Pero en este caso toda neumonía atípica es sospechosa de Covid-19 hasta que no se demuestre lo contrario. Si vos tenés un comportamiento de una patología como la neumonía atípica y ves que hay un incremento de las muertes sin haber ningún factor de cambio más que la pandemia, no hay necesidad de ser un gran científico para darse cuenta que algo no está funcionando bien. El Covid-19 se nos está colando por ahí y no nos estamos dando cuenta.  

¿Entonces qué es lo que hace falta ahorita para poner orden en la casa o al menos intentar dirigir mejor a la gente? 

Hay una necesidad urgente de un panel de expertos que se siente a explicar a la población todo lo que está pasando. Este es el momento que aquí debería haber una cadena nacional de expertos, que es lo que hemos pedido las asociaciones médicas. Tenemos que colaborar todos. Esto no es un problema político, este es un problema eminentemente científico.

En este caso que a la ciencia la dejen evaluar y hacer y deshacer en cosas que nosotros manejamos mejor que los políticos. Los políticos deben dejar que sean los expertos los que se encarguen de esto. Aquí debería haber un grupo de personas de todas las condiciones científicas haciendo ese análisis diario y presentando diario un reporte para ir guiando a la gente. Si se encuentra un foco en Masaya, por ejemplo, ahí llevar todas las acciones necesarias para tratar de frenar los contagios.  

¿En el caso de Chinandega, que se sabe que es uno de los focos, qué acciones deberían estarse implementando? 

Lo que hemos visto en el mundo es que cuando ya tenés tres muertos en tu cuadra algo está pasando. Hay que guardarse. La gente tiene que hacer su parte, pero necesitamos del Gobierno para que regule algunas cosas. Toda aglomeración en este momento no es buena. Las aglomeraciones son muy dañinas.  

Finalmente, en este contexto que ya vemos un aumento de los casos, ¿cuál es el llamado a la gente? Ya no basta con solo usar la mascarilla…  

La campaña de aislamiento social responsable es lo que se tiene que hacer. Quedarse en casa no es no ir a trabajar, sino no ir a una fiesta, a una cuestión multitudinaria, no ir al cine, no ir al estadio; las misas están responsablemente suspendidas. Eso es quedarse en casa. Quien tiene que ir a trabajar para llevar el sustento a su casa, tendrá que ir, pero tendrá que extremar sus medidas en el bus, en la calle, en el trabajo.  

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