Un principio del régimen es: si hay que violar algo, se viola
El régimen Ortega-Murillo ha permitido la corrupción de los funcionarios en la medida de sus intereses y la denuncian en ese mismo sentido. No les conviene enterarse de lo que ellos mismos provocan y la revelan cuando les acomoda, siempre que sea a favor de sus intereses.
De todo este espeso caldo es posible derivar que la pareja presidencial y varios integrantes de su equipo cercano sí saben que algo inocultable apestaba mal en las movidas financieras, adquisiciones de bienes y enriquecimiento inexplicable de sus subordinados.
Es sustentable decir que todos miembros del círculo íntimo del poder sabían y saben de las irregularidades que los funcionarios cometen, o no las querían saber, que es cosa distinta y también bastante frecuente entre las sucias prácticas de la política tradicional. En ese ambiente es pecado de inocencia creer que no pasa nada, que priva la virginidad, la transparencia y la honestidad.
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En el increíble hecho de que la pareja presidencial nada supieran, que nada sospecharan, que nada vigilaran, tal vez la conclusión sería peor: demostraría el nivel de estupidez e irresponsabilidad que caracteriza a la dictadura.
Es sustentable pensar como numerosos funcionarios del sistema judicial, teóricos defensores de la ley, han delinquido de mil maneras. Su credo es: si hay que violar algo, se viola. No se le puede suponer una actitud distinta. Es su tarea: le pagan, honran por ello y transforman en cómplices de los crímenes del régimen.
Muchos funcionarios del régimen no han tomado conciencia que no tiene mucha durabilidad el poder autoritario cuando se sigue manteniendo la política represiva. Ortega-Murillo no están dispuestos a resolver el conflicto sociopolítico, su deseo es mantenerse en poder más allá del 2021.
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El coronavirus va a provocar más muertes que la represión ha causado desde abril 2018. Los paramilitares, operadores, seguidores, cómplices políticos de las matanzas orientadas por régimen Ortega-Murillo a partir de abril, van a sufrir también muertes por la política criminal de la pareja presidencial hacia la pandemia, provocando una mayor fractura al interior de los pilares fundamentales la represión: policías, paramilitares y miembros de la fuerza de choque.
Las muertes que se pudieron evitar, pero que no se hizo por la falta de una política responsable para disminuir los contagios del coronavirus hará que el fenómeno de la implosión afecte a su base social.
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