Confidencial: Covid-19 en Nicaragua no tiene comparación: curva subirá por cuatro o seis semanas
Salubrista Carlos Hernández alerta: crecimiento de curva no dependerá de dinámica del virus, sino de las medidas de prevención que ejecute el Gobierno
En el mejor de los escenarios, el crecimiento de la curva de covid-19 en Nicaragua perduraría entre cuatro a seis semanas más, según el salubrista nicaragüense Carlos Hernández, quien acertó al proyectar, en abril pasado, que el incremento exponencial de casos se vería a partir de la segunda semana de mayo.
Sin embargo, el especialista advierte que la prolongación del crecimiento de la curva no dependerá de la dinámica del virus, sino de las medidas de prevención que ejecute el Gobierno, que hasta ahora persiste en minimizar la pandemia. El Gobierno, además, aseguró esta semana que “la situación de la pandemia está bajo control”, según su libro blanco: Informe sobre el covid-19 y una estrategia singular.
Mientras tanto, entre el 12 al 26 de mayo, la cifra de contagios de covid-19 en Nicaragua se elevó de 25 a 759, según los mismos datos oficiales. Y aunque representan un incremento de casi el 3000%, los datos están muy por debajo de los 2687 que reporta el monitoreo independiente del Observatorio Ciudadano COVID-19, basado en denuncias de la población y el seguimiento de fuentes médicas independientes.
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Hernández alerta que el escenario para las próximas semanas dependerá estrictamente de las medidas que se adopten en el país, y explica que “ya no podemos hacer proyecciones con (los datos) de los países vecinos”.
“Nicaragua –detalla– se alejó mucho de la realidad de la región. En la región hay confinamiento, medidas de distanciamiento bastante contundentes y aquí todavía propiciamos multitudes, aumentamos el contacto social y por lo tanto el contagio”, advirtió el salubrista, durante una entrevista con el periodista Carlos F. Chamorro, en el programa Esta Noche.
Muertes por “otros padecimientos” atribuibles a covid-19
Oficialmente, la letalidad del nuevo coronavirus bajó del 32% al 6%. Sin embargo, la mención de otros decesos de pacientes sospechosos y confirmados de Covid-19 —provocados supuestamente por tromboembolismo pulmonar, diabetes mellitus, infarto agudo de miocardio, crisis hipertensivas y neumonías bacterias— en los informes semanales del Ministerio de Salud (Minsa), son el reconocimiento de que estas muertes serían atribuibles a la pandemia.
“Este es el clásico caso en que responden lo que nadie les está preguntando. Ellos mismos están aceptando que hay muertes asociadas que no incorporan en los números de muertes por covid. A mí me da la impresión de que están modificando un poco porque se estaban dando cuenta, que estaban tratando de ocultar lo inocultable”, dice el doctor Hernández.Otro dato que revela un incremento de fallecimientos son las estadísticas de neumonías. Según dijo el mandatario, Daniel Ortega y el Minsa, este año la tasa de mortalidad tuvo un leve incremento en relación a los últimos seis años. Sin embargo, cuando se calcula por mil casos, el incremento es dos veces mayor.
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“Cuando sacas el indicador de fallecidos por 1000 casos, entonces te das cuenta que en el año 2018 las muertes por neumonía son de 5.7, en 2019 son 6.1 y en lo que va del 2020, el indicador es de 10.8. Es decir, se duplica la letalidad de las neumonías con respecto a los años anteriores”, señala Hernández.
Hay evidencias de transmisión comunitaria
Según la información publicada por el Minsa, los casos de neumonía han aumentado. Hay varios Sistema Local de Atención Integral En Salud (Silais) que muestran un comportamiento anómalo en las neumonías, que apuntaría a brotes del nuevo coronavirus.
“Empiezan a aparecer Silais en donde en una semana se duplican o triplican los casos respecto a la semana anterior. Eso es el típico brote en racimos y ellos (el Minsa) lo mencionan. Dicen “casos en brotes”, pero el problema es que cada vez vamos avanzando y con la movilidad que tenemos, los brotes se combinan entre sí y empieza el crecimiento acelerado de la curva”, dice.
A más de dos meses desde que se detectó el primer caso de Covid-19 en Nicaragua, el Gobierno continúa afirmando que no hay transmisión comunitaria. “Se han presentado casos en brotes a través de contactos claramente establecidos”, dicen. Sin embargo, los médicos independientes y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señalan que el país hace semanas está en la fase de transmisión comunitaria.
“Lo que nosotros estamos viendo es que ya en la mayoría de los casos no saben dónde se contagiaron. Y cuando uno no sabe dónde se contagió es porque ya no es posible darle seguimiento. Entonces hay que trabajar de otra manera”, explica.
En este caso el Minsa debería acudir a los lugares donde se han reportado los brotes, investigar, realizar pruebas para determinar cómo es el comportamiento de la pandemia en esos territorios, para controlar el avance del virus.
Hospitales saturados envían a pacientes a sus casas
El incremento de los casos de Covid-19 ha provocado la saturación de varios hospitales, entre ellos el Hospital Alemán Nicaragüense y Hospital Manolo Morales. Esto indicaría que el Minsa no distribuyó correctamente la atención médica para enfrentar la pandemia.
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“No pueden seguir siendo los hospitales los únicos que tienen roles de responsabilidad. Parece que el primer nivel de atención no está jugando el rol que debería estar jugando. Ese es el mismo error cometió España”, advierte el especialista en entrevista con Esta Noche.
Esta sobrecarga está provocando que muchos pacientes sean enviados a sus casas con recetas de medicinas que no pueden comprar, porque no las venden en las farmacias. En consecuencia, los casos se acumulan y cuando regresan están peor. Eso satura más los hospitales y provoca el aumento de muertes por Covid-19.
“La curva va para arriba (…) y con una verticalidad que nos debería asustar”, dice el experto.
Nicaragua no es Suecia
Según el Gobierno de Ortega, la “estrategia singular” que adoptó Nicaragua para combatir el Covid-19 es un modelo a seguir; parecido al de Suecia, en donde no hubo un bloqueo total de las actividades económicas. Pero la realidad es no tiene punto de comparación entre un país y otro.
“No hay manera de comparar. Si empezamos a comparar los modelos, a restablecer las diferencias estructurales, son abismales, son de años luz. Las condiciones de vida, el nivel de escolaridad, el modelo político y la cultura son totalmente diferentes. Suecia es conocido en Europa como el país del consenso”, añade Hernández.
Comparar a Nicaragua con Suecia significaría asumir que este país europeo no tomo medidas para detener la Covid-19. Pero esto es falso, pues desde el principio prohibieron las actividades de más de 50 personas, suspendieron las clases de los últimos años de secundaria, la universidad y establecieron fuertes medidas de restricción en la movilización. Nuestro país, por el contrario, ha promovido las aglomeraciones.
“Suecia tomó muchas medidas, incluso económicas. Subsidia el 90% de los salarios de las personas que han perdido el trabajo total o parcialmente, porque es mentira que la economía no ha sido golpeada. (A pesar de eso) tienen una de las más altas tasas de letalidad de Europa y del planeta”, explica.
En Nicaragua las cifras de contagiados ascienden a 759, de esa cantidad 370 se recuperaron, 35 fallecieron y 354 están activos. Se desconoce la procedencia de los casos y el número de pruebas que habrían hecho. El Observatorio Ciudadano de Covid-19, que lleva un monitoreo sobre casos sospechosos registra hasta el 23 de mayo 2687 casos, de los que fallecieron 598 personas.
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