Policía descarta mano criminal en "acto terrorista" de Catedral de Managua

El incendio en la Capilla de la Sangre de Cristo en la Catedral de Managua no fue “intencional” se produjo supuestamente por la combinación de elementos físicos y químicos  que se combustionan en el interior de la capilla, así concluyeron las investigaciones de la sancionada policía sandinista y la Dirección General de Bomberos.

En una conferencia de prensa a medios oficialistas, el comisionado general Jaime Antonio Vanegas insistió en la existencia de un candelabro con una vela encendida, pese a que el Cardenal Leopoldo Brenes descartó la presencia de veladoras en el lugar.

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“Su origen se debió por diversos factores físicos y químicos, por la presencia de vapores de alcohol, que se combinaron con la llama de una veladora que era encendida todos los días a partir de las 7 de la mañana y se apagaba a las una de la tarde, además de materiales de fácil combustión como una alfombra color rojo, una alfombra plástica de color verde,  flores artificiales, la Santa Túnica, un material plástico que protege la imagen de la sangre de Cristo, de fácil combustión e inflamable”, indica el peritaje de la sancionada policía.

Al mismo tiempo, Vanegas descartó que el siniestro se produjera por algún artefacto explosivo o “acción criminal” “se descarta que haya habido cortocircuito o recalentamiento del sistema eléctrico y también se descartó que el incendio se haya originado por explosión, ya que no se encontró ningún artefacto explosivo industrial o artesanal, ni fragmentos de vidrio, metal o papel”.

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Para esta hipótesis, la sancionada policía sandinista ofreció dos testimonios de testigos identificados como como Manuel Salvador Bravo Alvarado, de 70 años de edad y la señora Xiomara de Jesús Castro, de 57 años de edad, que se dedica a vender veladoras.

Según la policía, la señora Xiomara señaló que don Manuel Salvador estaba dentro de la capilla rezando, mientras ella contaba el dinero de la venta de veladoras y observó que había fuego en el entorno de la capilla por lo que pidió al feligrés que saliera e inmediatamente llamaron a los jardineros de Catedral.

Ambos supuestamente señalan que en el momento que se origina el siniestro solo ellos dos estaban en el lugar y que no escucharon ninguna explosión.

Respecto al atomizador con alcohol que supuestamente provocó el incendio, el análisis de laboratorio que presentó la policía detalla que el alcohol utilizado en dicho atomizador era de 96% de pureza altamente volátil e inflamable.

“Al ascender los vapores de alcohol al techo de la capilla, llevados por las corrientes de aire que ingresan por las puertas de acceso, y su posterior descenso por un orificio en la parte superior de la cúpula de la Sangre de Cristo, donde se acumularon. Los vapores de alcohol acumulados en el interior de la cúpula de la Sangre de Cristo, al mezclarse con el aire caliente (Temperatura de 36.1 °C), produjeron el fuego, en un proceso conocido científicamente como de solvatación. El fuego producido se propagó en el ambiente incendiando las alfombras, la vestimenta de la Sangre de Cristo y la cúpula de plástico, todos estos materiales susceptibles a la combustión, además de la veladora encendida ubicada a una distancia de 70 centímetros de la cúpula de plástico que protegía la Sangre de Cristo” señala el supuesto peritaje de laboratorio.

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Pese a la versión policial, la semana pasada las autoridades católicas señalaron que hubo un “acto terrorista” debido a que otros testigos que no ofrece la sancionada policía indicaron a medios de comunicación que un hombre encapuchado llegó a la catedral para lanzar el artefacto explosivo. Hasta el momento, la Arquidiócesis de Managua no se ha pronunciado sobre las conclusiones de la investigación policial.