Rosario Murillo: “cada uno recibe lo que merece”
La sancionada vicepresidenta Rosario Murillo repitió este 19 de abril el discurso “con odio nunca más”, pese a mantener un Estado policial para infundir miedo entre la población nicaragüense y disolver rápidamente cualquier intento de protesta, a tres años de la conmemoración de la insurrección cívica en abril 2018, que dejó 328 asesinados por la represión gubernamental de Daniel Ortega.
En su intervención Murillo pregona el discurso “el amor es más fuerte que el odio”, “con amor todo podemos” o “caminos de paz”, palabras que se contradicen con la realidad, pues hoy la sancionada policía sandinista agredió a medios y periodistas en una protesta cívica que organizó la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.
“Aquel que no quiere ver es digno de lástima, aquel que se llena de odio al fin y al cabo es digno de lástima, aquel que pierde la vida rezumando, amarguras, rencores es digno de lástima, aquel que vive de resentimiento, de envidia, de frustraciones es digno de lástima, aquellos que juegan a destruir son dignos de lástima”, dijo Murillo en su acostumbrada alocución este mediodía.
Murillo que se llena la boca hablando de “Dios”, sostiene que cada uno recibe lo que merece “Dios sabe que es justo y que cada uno recibe lo que merece, Dios es justo y eso nunca debemos olvidarnos, vamos adelante por los caminos de paz y vamos adelante luchando con la misma fortaleza y la misma fuerza y vamos adelante con amor todo podemos”, dijo.
En 2018, las manifestaciones contra Daniel Ortega y Rosario Murillo le costaron la vida a 328 personas entre abril y julio de 2018, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que señala al régimen de Ortega como responsable de "crímenes de lesa humanidad".
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Organismos locales contaron hasta 684 víctimas mortales hasta 2020, mientras que Ortega ha admitido 200.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) recordó la frase "vamos con todo", con la que la esposa de Ortega, vicepresidenta Rosario Murillo, habría ordenado los ataques armados contra los manifestantes, de acuerdo con un audio y una testigo que, al igual que más de 103.000 nicaragüenses, ahora vive en el exilio.