Monseñor Rolando Álvarez reaparece en templo San Isidro Labrador en Madriz en ordenación de sacerdote

Monseñor Rolando Álvarez reapareció en el templo San Isidro Labrador, perteneciente a la parroquia María Auxiliadora, Las Sabanas, Cusmapa en Madriz, con un mensaje de consagración en el servicio a Jesús. 

Álvarez, quien presidió la ordenación presbiteral del diácono Orlan Antonio López Ramírez, manifestó que el llamado de Dios al sacerdocio es un llamado a participar en la realización del plan de salvación, en referencia al pasaje bíblico en Jeremías 1:5 “Yo había determinado tu futuro desde que te estabas formando en el vientre de tu madre; antes que nacieras te escogí y te consagré como vocero mío”

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“La consagración a Dios es dedicación plena total de por vida a un encargo o misión bajo la acción del espíritu del Señor que unge y envía Orlan Antonio, tu consagración, es para siempre tú vocación no es una decisión sujeta a sentimientos o emociones, implica el verdadero amor, la permanencia en la fidelidad y lealtad inquebrantable e incorruptible a nuestro Señor Jesucristo”, expresó

Asimismo, el obispo instó una entrega sin reservas al servicio de Cristo para convertirnos en instrumento de salvación “no hay lugar para las dudas y los desalientos, estoy contigo, le dice el Señor al profeta Jeremías, (…) sabemos reconocer y confiadamente estamos en las manos de Dios, somos barro en manos del alfarero Jesús”

También señaló que Dios conoce la debilidad humana, pero al llamado que viene de Dios nunca se le tiene miedo “cuándo reconocemos la propia debilidad entonces somos fuertes (...) la vocación sacerdotal es un don del corazón de Cristo, en la vocación sacerdotal se experimenta el contraste entre la fuerza y la santidad del maestro que llama a su servicio a todos sin exclusión ni exclusividad, pero preferencialmente de los más pobres, a los desprotegidos, a los descartables del mundo”

El líder religioso dijo que el amor al sacerdocio no sería posible sin amar hondamente a la iglesia “los principios de la vida sacerdotal (...) si quieres ser grande entonces sé el último y si quieres ser el primero entonces sé servidor se trata de un seguimiento sacrificado (...) en los momentos de dolor, aflicción, sufrimiento y debilidad nos auxilia en nuestras limitaciones fragilidades y pecados”

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La homilía de Álvarez ocurre luego que inició un ayuno, oración y exorcismo indefinidos hasta que finalice el asedio policial que sufre, "una iglesia (Católica) muda", pero que "si la iglesia callara, las piedras gritarían" dijo