Monseñor Rolando Álvarez: “La unidad es vital para la sociedad”

Monseñor Rolando Álvarez en su homilía destacó que la unidad es vital para la sociedad, la iglesia, en el matrimonio y para Nicaragua, además señaló que eso se logra únicamente con humildad, respeto y perdón

“Amadísimos guardando la humildad, el respeto y el perdón vamos a experimentar también la unidad que Cristo hoy le pide al padre para todos nosotros, la vamos a experimentar en el matrimonio, en la familia, en la comunidad, en la sociedad, en Nicaragua y por supuesto en nuestra iglesia qué es una Santa, católica y apostólica” dijo el religioso en su homilía.

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De igual manera explicó que la oración que Jesús elevada al padre ruega por la unidad, se trata en primer lugar de la unidad de la iglesia del pueblo de Dios, esa unidad se funda en un solo señor, una sola fe, un solo Dios y padre que está, sobre todo, por todos y en todos y que Jesucristo vino para restablecer la unidad perdida para que hubiera un solo rebaño, un solo pastor cuya voz conoce las ovejas y lo sigan, pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él la unidad.

De igual manera señaló que las consecuencias de desobedecer esa unidad “son las guerras, los odios, los conflictos de toda clase entre unos y otros, recordemos las palabras de San Pablo VI para la iglesia católica nadie es extraño, nadie está excluido, nadie está lejano, somos una sola familia humana qué en la multiplicidad de sus diferencias camina hacia la humanidad, así como en una familia debe reinar la unidad, el orden también en la sociedad, también en Nicaragua, en estos ninguno debe tener más derechos de ciudadanía que el otro” recalcó Álvarez.

 Asimismo, detalló que el único modo de que una persona, una familia, una sociedad crezca y de que la única manera de que la vida de los pueblos avance es con la cultura del reencuentro, una cultura en la que todo el mundo tiene algo bueno que aportar y todos pueden recibir algo bueno.

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“Esta actitud abierta a firma del Papa Francisco disponible y sin perjuicio la definiría como humildad social, por aquí va el camino fecundo, una humildad donde aprendamos a escuchar en efecto dice el papa estamos perdiendo la capacidad de escuchar a quienes tenemos delante sea en la trama normal de las relaciones cotidianas, sea en los debates sobre los temas más importantes de la vida civil” señaló.