Monseñor Avilés: "nos castigan para que nos quedemos callados, quieren una Iglesia muda", denuncia
El vicario general de la arquidiócesis de Managua, Monseñor Carlos Avilés, denunció el hostigamiento, asedio y espionaje que sufren los sacerdotes y obispos de la Iglesia Católica a manos del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En una entrevista al medio digital Alfa y Omega, Avilés manifestó que en la vivienda del Cardenal Leopoldo Brenes se encuentra permanentemente sitiada por agentes de la policía.
“La casa del cardenal Brenes, por ejemplo, que está cerca de donde me encuentro ahora mismo, tiene una vigilancia constante. Siempre hay varios agentes de la Policía en la esquina y a todo el que se acerca para entregar un documento, o para un encuentro con el arzobispo, le preguntan el motivo de su visita, le piden el documento de identificación, le toman fotos”, dijo Avilés.
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El prelado señaló que hay espionaje contra la iglesia “He tenido información de que la Secretaría Política y el Gobierno han grabado, por lo menos, 40 o 50 homilías para analizarlas y ver qué decimos”
A esto se suma que los fieles son intimidados debido a que les piden su identificación y anotan la matrícula de sus vehículos.
Respecto a la persecución policial contra Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, Avilés expresó «A él no le importa que los agentes le sigan a todos lados», pero «no está dispuesto a aceptar que este acoso afecte a su familia», explica
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Otro de los miembros de la iglesia que sufre persecución es el sacerdote Harving Padilla de la iglesia San Juan Bautista, en la ciudad de Masaya. Al respecto, el vicario general dijo que el religioso fue sometido a un cerco policial, los feligreses temían que la policía lo arrestara.
“Allí estaba corriendo mucho peligro”, asegura Avilés, quien indicó que el arzobispo Brenes, decidió anticiparse.
“Logró sacarlo y decidió enviarlo al seminario menor, que es un lugar más tranquilo, a la espera de un nuevo destino”, confirma el vicario general.
Respecto a la decisión del régimen de eliminar de la parrilla televisiva el Canal 51, propiedad de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, Avilés considera que es para callarlos.
“Nos castigan para que nos quedemos callados y no sigamos caminando con el pueblo, pero no decir lo que está pasando nos convertiría en cómplices. Quieren una Iglesia muda, pero no hablar sería pecado”, sostiene Avilés, quien asegura que Nicaragua vive una situación inédita.
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“Nunca habíamos visto tal descaro, tal abuso de poder. Se violan impunemente los derechos de cualquier persona. De todos”
Agrega “Hay una total inconstitucionalidad y una falta absoluta de institucionalidad. Ninguna institución hace nada si no recibe la orden de arriba. La corrupción afecta a todos los niveles (...) En esta situación, nosotros somos los únicos que estamos hablando, expresando lo que el pueblo quiere, que es que este Gobierno se vaya y podamos vivir en paz”
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