Martha Patricia Molina: “la Iglesia Católica no está dispuesta a adular a nadie”
La abogada Martha Patricia Molina Montenegro, integrante del Observatorio Pro Transparencia y Anticorrupción, denunció que actualmente Nicaragua atraviesa “una dictadura demasiado sangrienta” bajo Daniel OrtegaDaniel Ortega y Rosario MurilloRosario Murillo, quienes usurpan la presidencia de Nicaragua.
También manifestó que la Iglesia Católica “no está dispuesta adular a nadie”.
Molina Montenegro es la autora del informe “Nicaragua: ¿una iglesia perseguida? (2018-2022)”, que recopila 190 ataques contra la Iglesia Católica en el país, perpetrados por turbas a fines al régimen.
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Desde el año 2018, la pareja dictatorial, en su afán de atacar y desprestigiar a la Iglesia Católica en Nicaragua, han tildado a los obispos y sacerdotes de "alimañas", "golpistas", "asesinos", "violadores", "falsos profetas", "diabólicos", "borrachos", entre otros calificativos por haber jugado un papel importante en la defensa de los derechos de los nicaragüenses cuando el régimen reprimió las protestas cívicas del año 2018.
En una entrevista con ACI Prensa, una agencia noticiosa de contenido católico, Molina Montenegro adelantó que posiblemente para este mes de julio tenga una segunda entrega del documento que continúa elaborando.
Para la abogada, los actos de violencia en Nicaragua se deben a que “la Iglesia Católica no está dispuesta a adular a nadie”, insiste.
“Los sacerdotes y obispos han abierto sus puertas”, destacó, indicando que llevan esperanza y consejo a los nicaragüenses, que en los últimos años y con cada vez más fuerza han exigido pacíficamente en las calles un cambio de régimen en Nicaragua.
“La respuesta de esta dictadura ha sido precisamente las hostilidades que hemos recopilado en este estudio, que es un estudio científico basado en pruebas”, agregó Molina, quien se encuentra en el exilio.
La semana pasada, en un mismo día, el régimen, por medio de Telcor, ordenó a las empresas de cables locales de los departamentos de Estelí y Matagalpa, eliminar los Canales católicos de las diócesis de Matagalpa y Estelí, las que son pastoreadas por Monseñor Rolando Álvarez, Obispo de la diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí.
A mediados del mes de mayo, la dictadura ordenó a las cableras nacionales eliminar la señal del Canal Católico de Nicaragua (CCN), canal 51, propiedad de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), después que Monseñor Rolando Álvarez denunciara asedio y persecución por agentes de la sancionada Policía.
Ante estos ataques que han sido bien documentados por la abogada, dijo que han sido recopilaciones de las denuncias realizadas por los ciudadanos, sacerdotes y medios de comunicación.
“Yo no estoy inventando ninguno de los casos que se documentan, sino que han salido de pronunciamientos, de denuncias elaboradas a través de las páginas y redes sociales de las propias iglesias o también comunicados, ya sea de la Arquidiócesis de Managua o de las diferentes diócesis que conforman Nicaragua”, explicó.
“Creo que este estudio va a quedar como muy corto”, dijo, pues “yo sé que existen muchísimos más casos que los que recopilé en este estudio”, señala.
La abogada lamentó que sacerdotes y seminaristas agredidos hayan decidido callar y no hacer pública sus denuncias por temor. “Han decidido callarse, no darlas a conocer, y entonces yo tampoco podía hacerlas públicas en mi estudio”, expresó.
Para la jurista nicaragüense, “al sandinismo y a la dictadura Ortega-Murillo siempre hay que entenderle al revés: cuando ellos hablan de amor significa odio. Y cuando ellos hablan de paz, significa guerra”.
Ataques desde los años 80
Martha Patricia recordó que los ataques de la dictadura contra la iglesia no son de ahora, pues desde los años 1980, cuando Ortega gobernó por primera vez después que el pueblo nicaragüense derrocó a Anastasio Somoza, los ataques contra la Iglesia Católica estuvieron presentes, a tal punto que abuchearon al mismo papa Juan Pablo II cuando visitó Nicaragua en marzo de 1983.
Durante ese ataque de una turba contra el líder católico, Martha Patricia recordó la frase célebre dicha por el ahora santo hacia las turbas sandinistas que vociferaban en altoparlantes de la misa. Fue ahí que el pontífice dijo que “la primera que quiere la paz es la Iglesia”, expresó.
Cuando Ortega retomó el poder en 2007, dijo la abogada, se estableció inicialmente “una paz ficticia entre Estado e Iglesia, pero realmente el orteguismo siempre ha atacado a la Iglesia Católica, a los sacerdotes y obispos, precisamente porque ellos no están de acuerdo con que los sacerdotes y obispos les digan la verdad”.
"Paz ficticia"
Con el retorno de Ortega al poder en 2007, Molina Montenegro explicó que el dictador ha mantenido una paz ficticia con la iglesia. Para la abogada, el régimen ha tratado de establecer “una paz ficticia entre Estado e Iglesia, pero realmente el orteguismo siempre ha atacado a la Iglesia Católica, a los sacerdotes y obispos, precisamente porque ellos no están de acuerdo con que los sacerdotes y obispos les digan la verdad”, sostuvo.
En el año 2014, los obispos enviaron una carta de 16 páginas a Daniel Ortega en la cual le pedían sostener un "diálogo nacional", así como trabajar para un proceso electoral transparente. En ese entonces, los prelados le recordaron a a Ortega que “los años pasan y nadie es eterno”.
La jurista recordó que en ese entonces, a Ortega no le gustó “que los obispos y sacerdotes alzaron la voz mediante un documento que fue unánime y público”.
“Siempre le han tenido odio a la Iglesia Católica y todo lo que refleja la fe cristiana, la fe católica, pero sí creo que desde el 2014, cuando los señores obispos entregan esta carta, es cuando más odio le agarran a la Iglesia Católica”, dijo.
Martha Molina también explicó que Daniel Ortega y Rosario Murillo están buscando “construir una dictadura dinástica, para que después de ello vengan los hijos, los nietos, y así sucesivamente".
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“Realmente el Estado de Nicaragua en sí ya no existe, porque los elementos constitutivos de un Estado, que son la división de poderes, el gobierno, las leyes y todo eso que lo conforman, eso ya es inexistente”, agregó.
“Entonces Nicaragua ahorita no es un Estado, sino un territorio donde manda el más fuerte y el más fuerte es la pareja presidencial”, finalizó la abogada.