Báez: "No hay ley, ni razonamiento humano alguno que justifique a los poderosos impedir la caridad"
Monseñor Silvio Báez expresó que algunos países de la región están dominados por regímenes inhumanos y crueles, los cuales expulsan a los buenos samaritanos impidiendo atender a los más pobres, sostiene que no hay razonamiento humano que justifique a los “poderosos” impedir la caridad.
En su homilía, Báez hizo referencia a la parábola del buen samaritano, que enseña uno de los mandamientos de Dios que es amarás a tu prójimo como a ti mismo.
“Los mismos ladrones y maleantes que golpearon al herido de la parábola, hoy maltratan, humillan y le impiden hacer la caridad al buen samaritano y hasta lo expulsan del lugar en donde pretendía ayudar”, dijo.
Según Báez, “los maleantes” no solo hieren a la gente, haciendo sufrir y quitando esperanza, sino que impiden que quienes auxilian a los pobres lo puedan seguir haciendo.
"Los mismos ladrones y maleantes que golpearon al herido de la parábola, hoy maltratan, humillan y le impiden hacer la caridad al buen samaritano y hasta lo expulsan del lugar en donde pretendía ayudar. No solo hieren a la gente, haciendo sufrir y quitando esperanza, sino que impiden que quienes auxilian a los pobres lo puedan seguir haciendo. Hoy vemos a tantos buenos samaritanos y samaritanas expulsados y llorando porque se les ha impedido atender a los más pobres"
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El líder religioso dijo que no hay ley, ni razonamiento humano alguno que justifique a los poderosos impedir la caridad. “Expulsar a los buenos samaritanos y dejar en desamparo a los pobres es herir el mismo corazón del evangelio, en donde están Dios y los pobres. Dejar desprotegida y abandonada a la gente más necesitada, a los ancianos solos, a los niños, a los pobres y a los enfermos, no es solo un acto despreciable e indigno, sino una negación de Dios".
Agrega "Quien actúa así, no puede llamarse cristiano, se ha deshumanizado y ha expulsado a Dios de su corazón. No hay ley, ni razonamiento humano alguno que justifique a los poderosos impedir la caridad; peor aún, si se impide la caridad para después poder disfrazar de caridad sus acciones egoístas y de propaganda ideológica".
En este sentido, Báez expresó que es necesario que todos seamos como el Buen Samaritano porque el amor no es un sentimiento vago y pasajero, ni una simple emoción “Todos podemos acercarnos a quien nos necesita, teniendo compasión, como Dios tiene compasión de nosotros, y ayudando con acciones de caridad concreta y eficaz”.
También llamó a los creyentes a detenerse y preguntarse ¿quién me necesita?, ¿qué puedo hacer por quien sufre?, ¿cómo puedo ayudar? “A veces, todo comienza acercándonos a quien está solo, necesitado o sufriendo y hablarle silenciosamente con nuestra presencia, con una sonrisa o una caricia, diciéndole: “estoy aquí para ti, para lo que necesites”. Luego viene toda la fantasía de la caridad, capaz de hacer de todo con tal de socorrer y ayudar al hermano”