Registran acumulado de 870 agresiones a la iglesia católica en Nicaragua, 92 son de enero a julio 2024
La más reciente investigación de la abogada y activista derechos humanos, Martha Patricia Molina, llamando “Nicaragua: ¿Una iglesia perseguida?”, detalla las escalada represiva de la dictadura sandinista en contra de la iglesia Católica y sus líderes, pues entre abril de 2018 hasta julio de 2024, se registraron 870 agresiones, además de 245 religiosos están en el exilio y el destierro.
Este año, de enero a julio 2024, Molina documentó 92 "hostilidades en contra de la iglesia católica de Nicaragua", detalla el quinto informe.
"Esa cifra es una aproximación debido a que han existido ataques que por su naturaleza (robos, profanaciones, amenazas de muerte, empujones, entre otros) no han sido denunciados por los sacerdotes porque la iglesia de Nicaragua vive en este momento un silencio impuesto con la esperanza de que la dictadura sandinista detenga por completo la persecución o cambie su actitud agresiva", indica el informe.
Además el informe destaca que 9,688 procesiones fueron prohibidas a nivel nacional por la Policía sandinista, a la vez han advertido a obispos y sacerdotes de que cualquier actividad de piedad popular las realicen al interior del templo, y ante esta situación son pocas las parroquias que hacen procesiones alrededor de los templos. De tal manera, que si los sacerdotes no acatan esas restricciones, son amenazados con ir a la cárcel inmediatamente.
Las represión estatal contra la institución católica en Nicaragua y sus pastores, entre otros números, precisa que 19 propiedades fueron confiscadas precisa que 19 propiedades fueron confiscadas y 14 congregaciones religiosas han sido vulnerados.
Sobre el tema del cierre de iglesias y la ausencia de sacerdotes en las parroquias, sobre todo de la Diócesis de Matagalpa, Molina comentó que esto ha tenido un impacto "negativo en los fieles católicos, en obras de iglesia católica en las que se ayudaba a personas que no profesa ninguna religión", incluso añade que había comedores infantiles, estos quedaron en total desprotección sobre todo al interior del país.
“Ha sido negativo porque en este momento se prohíbe a delegados de la palabra que celebren la palabra porque como no hay sacerdotes en la zona, son los laicos previamente formados quienes están asumiendo cierto rol que tienen los sacerdotes”, añadió la abogada.
Temor para asumir sacerdocio en Matagalpa
Molina contabiliza "72 mensajes de odio emitidos por la pareja dictatorial, para que funcionarios y autoridades de Policía Nacional, Ejército de Nicaragua, jueces, paramilitares, tengan luz verde para cometer delitos en contra los religiosos".
El régimen se ha enfocado en desmantelar la Diócesis de Matagalpa, dirigida por Monseñor Rolando Álvarez, esto ha provocado mucho temor de sacerdotes en asumir iglesias de dicha diócesis.
“Algunos sacerdotes, cuyos obispos están pensando a enviarlos a misión a la diócesis de Matagalpa, tienen miedo para asumir los roles porque están en la mira de la Policía y la dictadura Ortega Murillo, y podrían ser detenidos por el hecho de apoyar a esta diócesis", reveló Molina.
Actualmente, estima que el 70% de los religiosos de diócesis Matagalpa están en el exilio y cada uno de ellos era cabeza de la iglesia, 70% de los religiosos de diócesis Matagalpa están en el exilio y cada uno de ellos era cabeza de la iglesia, "de ahí podemos sacar una idea de cuántas iglesias están cerradas”, precisó Molina.
Agregó que mientras las iglesias están cerradas y vigiladas tras el destierro o encarcelamiento de sacerdotes, “supongo que es para que no lleguen a abrir los delegados de la palabra, las iglesias".
Alertó de la falta de relevo en las iglesias, en cuanto a la formación de nuevos sacerdotes, ya que las cuentas de la iglesia están congeladas y es imposible que reciban donaciones externas, "lo más probable es que estas instituciones tiendan a desaparecer, me refiero a las casas de formación, porque no hay dinero".
"Los seminaristas viven en casas de formación y ellos ahí almuerzan y cenan. Si no hay financiamiento para alimento (...), lo que la dictadura pretende es que caigan por su propio peso, esas casas de formación, colegios parroquiales". E invitó a los laicos a ser más creativos para aportar financieramente a las iglesias y las casas de formación, sobre todo las de Matagalpa y Estelí.