Sepultan en Ticuantepe a doña Lilliam Solórzano, madre del Cardenal Leopoldo Brenes
El cuerpo de doña Lilliam Solórzano de Brenes, madre del Cardenal Leopoldo Brenes Solórzano fue sepultada en el cementerio del municipio de Ticuantepe, en donde descansan los restos de su esposo Leopoldo Brenes, padre del religioso.
Este viernes se realizó la misa de cuerpo presente en Catedral de Managua, en donde estuvieron presentes los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), quienes además mostraron su cercanía con Brenes.
Doña Lilliam falleció la mañana de este jueves 29 de septiembre en su casa de habitación, ubicada en el barrio Altagracia en Managua.
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Durante la misa que duró unas dos horas, en la cual estuvieron presentes seminaristas, diáconos y sacerdotes, se leyó el mensaje que el Papa Francisco envió a monseñor Leopoldo Brenes, quien sufre la pérdida de su mamá.
“Querido hermano, en este momento de dolor y tristeza, te aseguro mi cercanía y mi oración. Rezo por tu mamá, por vos, por tus familiares, por favor no dejes de hacerlo por mí, que Jesús te bendiga y la virgen santa te cuide”, dice el mensaje enviado por Francisco al Cardenal Brenes.
Recuerda a su madre
Monseñor Leopoldo Brenes, agradeció a su Santidad por el mensaje enviado en este duro momento, en el que aprovechó para inmortalizar a su mamá con el cariño que el obispo de Roma tenía hacia doña Lilliam, a quien recordó como una mujer de fe.
“Los sentimientos del papá Francisco para con mi mamá fueron muy especiales desde el momento que fui creado cardenal, y él nos dio la oportunidad, como familia, de saludarlo y agradecerle”, expresó Brenes.
“Mi mamá se ganó el cariño de él cuando, en vez de decirle santo padre, le dijo ‘panchito, yo quería conocerte y abrazarte’. Creo que ese encuentro fue único y desde ese momento, siempre, él ha estado pendiente de ella, mandándole saludos”, puntualizó el Cardenal Leopoldo Brenes, quien se mostraba fuertemente golpeado por la muerte de su mamá.
El máximo jerarca de la Iglesia Católica en Nicaragua también agradeció la solidaridad de los feligreses y aprovechó para relatar los últimos minutos de vida de su madre, quien murió a eso de las 7 de la mañana de este jueves.
“Por mi parte, comencé a besarle la frente”, relató Brenes muy sereno.
“Me sentía triste y muchas lágrimas me salieron, pero en ese momento recordé algo que le había pedido hace un año al Señor y a la virgen, mientras estaba hospitalizado del covid, ‘señor y madre mía, permíteme salir con salud del hospital para acompañar a mi mamacita hasta el último momento de su vida’; y ese momento, mientras yo besaba la frente de mi mamá, mientras he participado sintiendo su último respiro, pude escuchar y sentir el sentimiento del Señor que me decía: ‘mi compromiso está cumplido'”, expresó Brenes.
El cardenal también explicó que el pasado 27 de agosto tuvo que ausentarse del consistorio realizado por el Papa Francisco porque fue el mismo pontífice quien le pidió que se quedará al cuidado de la salud de doña Lilliam.
“Recuerda el cuarto mandamiento de la ley de Dios, amar a padre y madre, tienes que quedarte a lado de ella”, manifestó Francisco a Brenes, explicó.
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“Gracias a Dios y gracias a ustedes por acompañarme en este momento hermoso, triste y doloroso, pero donde también sentimos el cariño de nuestro buen Dios”, concluyó el cardenal.