Denuncian secuestro de 5 sacerdotes en las últimas 48 horas en Nicaragua
En las últimas 48 horas, el régimen de Daniel Ortega a través de la Policía sandinista ha secuestrado a cinco sacerdotes de la Iglesia Católica en Nicaragua, denunció la investigadora y abogada Martha Patricia Molina.
Entre los religiosos secuestrados están: Marcos Díaz Prado, vicario de la iglesia Santo Tomás Apóstol del Puerto de Corinto, Héctor Treminio de la parroquia Santo Cristo de Esquipulas de la Arquidiócesis de Managua, Fernando Calero, Párroco de Nuestra Señora de Fátima Rancho Grande, Carlos Avilés, vicario general de la Arquidiócesis de Managua y Monseñor Pablo Villafranca de la Parroquia de Nuestro Señor de Veracruz, municipio de Nindirí, Masaya.
Molina señaló que se desconoce el paradero de los sacerdotes secuestrados.
“Policía sandinista secuestra al sacerdote Fernando Calero, Párroco de Nuestra Señora de Fátima Rancho Grande. Se desconoce su paradero”, denunció Molina, autora del estudio titulado 'Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?', a través de su cuenta de la red social X (antes Twitter).
Agrega “Continúan los secuestros de la dictadura Ortega Murillo en Nicaragua contra sacerdotes. El padre Marcos Díaz Prado de la Diócesis de León ha sido secuestrado esta mañana y se desconoce su paradero”.
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Ante el recrudecimiento de la represión contra el prelado nicaragüense, Monseñor Silvio José Báez condenó detenciones.
“Me indigna el injusto secuestro de tres queridos sacerdotes de Managua de parte de la criminal dictadura sandinista: P. Pablo Villafranca, Mons. Carlos Avilés y P. Héctor Treminio, pastores y profetas. ¡Le pido a Dios que los proteja y sean liberados de inmediato!”.
De igual forma, el sacerdote exiliado, Uriel Vallejos, lamentó la persecución. “Creo que los feligreses Católicos y personas de buena voluntad, tenemos que defender nuestros pastores y liberar el pueblo de las garras diabólicas. Es hora de despertar dentro y fuera. No más adormecidos, la oscuridad avanza! Queremos unidad y estrategias, Ya!”.
También la defensora de derechos humanos, Haydee Castillo señaló que Ortega-Murillo continúa descabezando a la iglesia, pidió a la ciudadanía buscar opciones cívicas.
“Esto es inaceptable. En tres días ya son 4 Sacerdotes secuestrados: Pablo Villafranca, Sacerdote Héctor Treminio y Sacerdote Carlos Avilez. Pontifex ¿hasta donde vamos a llegar?”, escribió Castillo, cuestionando el silencio del Papa Francisco.
Añade “Hago un llamado a toda la ciudadanía de buena fe y a las conferencias episcopales a que nos auto convoquemos para buscar más opciones cívicas pero efectivas ante tanta barbarie. Son más de 100 presos políticos, miles obligados al exilio, que más vamos a esperar para actuar juntos”.
Zarpazo represivo
La opositora Unidad Nacional Azul y Blanco también denunció la detención del sacerdote de la Arquidiócesis de Managua, que dirige el cardenal nicaragüense, Leopoldo Brenes, quien aún no se refiere a esa denuncia.
"Otro zarpazo represivo de la dictadura contra la Iglesia católica. Su secuestro se suma al encarcelamiento del obispo Isidoro Mora, dos sacerdotes y dos seminaristas en los últimos días", indicó la Unidad Nacional en una declaración.
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Mientras tanto, el Monitoreo Azul y Blanco alertó a la ciudadanía nicaragüense sobre la intensificación de la persecución y agresiones a miembros de la Iglesia Católica, por parte de la policía de la dictadura.
“Las redes del Monitoreo Azul y Blanco han recibido reportes de múltiples detenciones arbitrarias en los últimos días. Hacemos un llamado a las autoridades a respetar la integridad física y derechos humanos de las personas detenidas. Estamos atentos ante la información que se continúa recepcionando”.
La Alianza Cívica reiteró que la “iglesia siempre ha visto pasar el féretro de sus perseguidores”, por lo cual condenó la persecución, hostigamiento, asedio y criminalización de la que está siendo objeto la iglesia católica por parte de la dictadura Ortega-Murillo.
“Observamos con profunda preocupación los recientes acontecimientos que no solo afectan la libertad religiosa; sino también ponen en riesgo la labor pastoral y evangelizadora”.
Demandaron el respeto a su integridad física, psíquica y exigieron libertad inmediata e incondicional, porque no han cometido ningún delito.
“La iglesia católica, a lo largo de la historia ha desempeñado un papel vital en la promoción de los valores fundamentales de justicia y paz. Nos solidarizamos con el pueblo católico ante el asedio constante en los templos religiosos”.