Líderes de la izquierda internacional repudian el actuar de Daniel Ortega
Cada vez son más intelectuales y políticos de izquierda a nivel mundial los que fustigan la represión contra la población civil por parte del gobierno del presidente designado de Nicaragua, Daniel Ortega, y se han sumado a las voces locales e internacionales que le demandan dejar el poder.
Jack Lang, una de las figuras históricas de la izquierda de Francia; Noam Chomsky, uno de los intelectuales más conocidos de la izquierda en Estados Unidos; Gustavo Petro, excandidato presidencial de Colombia fustigaron —en distintos escenarios— la violencia perpetrada por paramilitares y la Policía Nacional por órdenes del gobierno de Ortega en contra de las manifestaciones pacíficas que han dejado 448 muertos en cien días de protestas.
Estos se suman al expresidente de Uruguay, José Mujica —una figura de respeto entre los partidos de izquierda latinoamericana—, quien hace unos días condenó la violencia contra la población y criticó que en Nicaragua se perdió el rumbo de la revolución, a la vez que le recomendó a Ortega dejar el poder.
Lang, exministro de Cultura de Francia, en declaraciones a Efe, afirmó que Ortega ha traicionado los ideales de la izquierda para convertirse “en un tirano que masacra a su pueblo” y le instó a abandonar el poder.
Ortega y su esposa y vicepresidenta designada, Rosario Murillo, enfrentan su peor crisis debido a que la mayoría de la población exige su renuncia y el adelanto de las elecciones por la represión que, desde el 18 de abril pasado, ha dejado centenares de muertos, miles de heridos y desaparecidos, así como cientos de detenidos ilegalmente.
Lang acusó a Ortega de “masacrar a su pueblo, disparar contra los estudiantes, mentir a la población” en una “abominable huida hacia adelante” que le convierte en “un monstruo peor que Somoza”. “¡Que se vaya, que deje libre al pueblo de Nicaragua¡”, clamó el veterano político.
Traicionó idea
En entrevista telefónica con Efe, Lang, actualmente presidente del Instituto del Mundo Árabe de París, se declaró “profundamente enfadado con este tipo, que ha traicionado a su ideal y a su pueblo”.
Lang, de 78 años, contó que conoció a Ortega en los años ochenta. “Venía de un país pequeño que logró derrocar a un dictador como (Anastasio) Somoza y que luego plantó cara a (el presidente de Estados Unidos, Ronald) Reagan. Nadie podía imaginar que tendría esta deriva”, aseguró.
El líder político francés pidió “una coalición de países”, entre los que citó a Francia, España, Italia y Portugal para “aislar a este nuevo dictador” en referencia a Ortega, pero también reclamó “voces de la izquierda, intelectuales, escritores” que se alcen en su contra.
En tanto, el intelectual estadounidense de izquierda, Noam Chomsky, también criticó al gobierno “autocrático” de Ortega y lo exhortó a convocar “elecciones anticipadas y permita que se lleven a cabo sin corrupción y brutalidad”, según publicó el medio digital Democracynow (Democracia ahora).
Otro en criticar fue el excandidato presidencial de izquierda en Colombia, Gustavo Petro, quien expresó en Twitter que “en Venezuela como en Nicaragua no hay un socialismo, lo que hay es el uso de una retórica de izquierda del siglo XX para encubrir una oligarquía que se roba el Estado, una minoría que gobierna para sí misma”.
Tinoco ve mayor aislamiento
Otra de las voces en pronunciarse en contra de la represión del gobierno de Daniel Ortega fue el exsacerdote brasileño Leonardo Boff, un referente de la Teología de la Liberación, quien se expresó “perplejo” de que quien ayudó a derrocar la tiranía somocista en Nicaragua, imite las prácticas dictatoriales.
Boff, en una carta de apoyo a los obispos de Nicaragua por su papel de mediadores en el Diálogo Nacional, urgió que el Gobierno “cese de matar”.
La lectura de Víctor Hugo Tinoco, exvicecanciller del FSLN en los ochenta y hoy opositor a Ortega, el hecho que líderes mundiales de la política de izquierda democrática condenen el actuar represivo y se sumen a la demanda internacional de que el caudillo renuncie al poder, significa “que tiene el aislamiento nacional e internacional más fuerte de su historia política”.