Zoilamérica Ortega Murillo: "Ortega quiere hacer de Nicaragua toda una cárcel"
Zoilamérica Ortega Murillo, hijastra de Daniel Ortega a quien en 1998 acusó por abuso y violación sexual, dijo ayer que el mandatario se aferra al poder “para sentirse líder y mesías” y que pretende convertir a Nicaragua “en una cárcel”.
En una entrevista concedida a "CNN en español" en Costa Rica, donde reside desde hace varios años, Zoilamérica analizó la crisis política de Nicaragua y la comparó con su experiencia personal de abuso por parte de Ortega. “El arma más importante que Daniel Ortega utilizó conmigo y utiliza hoy con el país es la manipulación, (quiere) hacer de Nicaragua toda una cárcel que esté a la medida” de sus intenciones, afirmó Zoilamérica.
Aseguró que Ortega que en noviembre cumplirá 73 años es “una persona que no tiene otra razón para vivir más que sentirse el líder y el mesías.
Sobre su madre biológica, Rosario Murillo, opinó que “necesita sentirse la persona que decide y controla todo”, recluida junto a Ortega en su enorme residencia del barrio El Carmen de Managua.“La familia Ortega Murillo vive tras unas murallas (y ahí) se gobierna, se vive, se come, se dirige el destino del país y el de sus hijos. El Carmen es una especie de fortaleza y de prisión para ellos mismos”, señaló.
Sobre la crisis que estalló en abril con protestas estudiantiles, dijo que Nicaragua “rompió el silencio de una manera extraordinaria” es decir, que --en horas-- un país se autoconvocó, se organizó y definió un proceso de desobediencia civil sin un líder evidente"
Además dijo que nunca imaginó que Ortega y Murillo fueran capaces de responder a las protestas con una acción policial violenta, que dejó 512 muertos y más de 2.000 heridos según ONGs de derechos humanos. “Supimos que el régimen se iba a ir deformando, pero nunca imaginamos que Daniel Ortega y Rosario Murillo iban a ordenar dispararle a una marcha de madres de presos políticos (...) Esto ya pasa los límites”, afirmó.
Abusada por Ortega
Zoilamérica manifestó que conoció a Ortega en 1978, siendo ella una niña de nueve años y que su figura le infundió “miedo y desconfianza”. Señaló que nunca lo vio leer un libro, bailar ni cantar. Aseguró que la primera vez que habló con Murillo sobre el abuso que sufría por parte de Ortega, ella tenía 13 años y su madre la culpó “de haber causado” el ultraje sexual. Dijo que luego le prohibieron convivir con sus hermanos y fue “excluida” de la familia hasta hoy.
La hijastra de Ortega lo denunció en los tribunales nicaragüenses por delitos sexuales, demanda que fue archivada por una jueza local hasta que la causa prescribió. DPA.
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