Nicaragua ignora críticas de Bolsonaro y Boric en la ONU y refuerza acoso a templos católicos
El gobierno nicaragüense del presidente Daniel Ortega guardó silencio tras las críticas realizadas en la 77 Asamblea General de las Naciones Unidas por los presidentes de Brasil y Chile, Jair Bolsonaro y Gabriel Boric respectivamente.
Durante la intervención a mediodía de este martes, la vocera del gobierno y vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo no hizo comentarios sobre llamamiento que realizó el presidente Boric sobre los presos políticos en el país; y de la denuncia de Bolsonaro sobre la persecución religiosa.
Bolsonaro denunció este martes ante la ONU la persecución de Ortega a los religiosos en Nicaragua, a los que invitó a refugiarse en su país. Por su parte, Boric instó a las naciones a “seguir trabajando para contribuir la liberación de los presos políticos en Nicaragua”.
En Nicaragua no se informó sobre la asistencia de Ortega en el foro de la ONU, sin embargo en el medio oficialista El 19 Digital se destacó reuniones del canciller Denis Moncada con diversas delegaciones internacionales en Nueva York.
El exembajador de Nicaragua en la OEA Arturo McFields aseguró en su cuenta de Twitter que Ortega se ausentaría “nuevamente del mundo en un acto cobarde” y en su representación estaría el canciller Denis Moncada.
“Daniel Ortega vuelve a esconderse del mundo en acto cobarde y no participa en Asamblea de Naciones Unidas. Denis Moncada dará discurso de la dictadura”, aseguró el exdiplomático en Twitter.
Refuerzan acoso a templos
Contrario a las denuncias realizadas por Bolsonaro por la persecución religiosa, Ortega reforzó los ataques contra la Iglesia católica al impedir la realización de dos procesiones en la ciudad de Masaya, al sur de Managua, alegando razones de “seguridad pública”.
Sin embargo a pesar de la prohibición policial, decenas de personas se agolparon en las iglesias de dicha ciudad para realizar sus festividades religiosas.
“Es absurdo que la dictadura vea como amenaza las celebraciones religiosas de antaño a los santos patronos de Masaya. Aquí no se trata de medir fuerzas, se trata que permitan a los católicos celebrar, y que la policía en vez de una actitud agresiva, garanticen la seguridad”, dijo al respecto el padre Edwin Román, quien dirigió una de las iglesias acosadas en Masaya.
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El sacerdote, quien se encuentra exiliado en Estados Unidos indicó que “ni el asedio, ni la intimidación penetran en las profundidades más sublimes de las creencias religiosas heredadas por nuestros ancestros cristianos”.
Nicaragua vive una grave crisis política desde el año 2018 que estallaron las protestas contra el presidente Daniel Ortega, quien retornó al poder en 2007 tras pedir perdón "por los errores del pasado".