Max Jerez: “Me negaron el derecho a saber que mi madre había muerto”
Ni estar encerrado en celdas de castigo ni las torturas físicas fueron tan hirientes para el ex preso político que no haberse enterado del fallecimiento de su mamá, un hecho que fue noticia pero que a él le llegó 30 días después
Sometido a crueles interrogatorios, recluido en celdas de castigo y víctimas de reprimendas físicas por los torturadores al servicio de Daniel Ortega, el líder estudiantil Max Jerez solo llora cuando recuerda que no le permitieron siquiera enterarse de que su mamá, Heidi Meza, había fallecido.
Todo parecía una cadena de sufrimiento. Max fue apresado el 5 de junio del 2021 y su mamá, de 67 años, alzó la voz por su hijo. Dos meses después, su salud se diezmó. La neumonía y un derrame pleural, que conlleva acumulación de líquido entre los pulmones y el tórax, la obligaron a permanecer en una cama de hospital.
Su salud no parecía mejorar y en medio de su sufrimiento, ella solo pedía ver a su hijo, quien no sabía de su condición médica. Los días pasaron y cuando el final de su vida era inminente, la Alianza Universitaria insistió en la petición de que le permitiera despedirse de Max Jerez.
Sin embargo, la respuesta nunca llegó. Por el contrario, el joven estaba en una celda de castigo y no le permitían visitas.
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No hubo ruego que valiera y finalmente, el 17 de septiembre de 2021, cuando su hijo tenía más de tres meses como reo político de los Ortega Murillo, doña Heidi diosu último suspiro sin ver cumplido su anhelo de abrazar a su único vástago.
Si antes no hubo clemencia, mucho menos después del fatal desenlace. El régimen Ortega Murillo siguió impidiendo las visitas a los reos y no le comunicaron al joven que su madre había fallecido. Fue hasta el 13 de octubre que Max pudo recibir visitas y que la fatal noticia le dio un vuelco a su ya sufrida existencia.
“El enterarme del fallecimiento de mi mamá, ya en octubre del 2021, fue uno de los momentos más difíciles, más duros, no solo en mi encarcelamiento, sino también de toda mi vida”, asegura el joven universitario.
Asimismo, lamenta que no solamente no la pudo acompañar en el momento de su enfermedad y de su fallecimiento, sino que ni siquiera pudo llorarla cuando partió, sino que lo hizo tardíamente.
"Sé que tanto sufrimiento valió la pena"
“Me di cuenta hasta después, cuando se aprobó una visita familiar, me enteré y mi familia me había dicho que mi mamá había hablado mucho, que había alzado su voz por mí”, refirió sin poder evitar la conmoción y el llanto.
Él recibió una carta de su mamá y asegura que fue una mala señal pues luego le confirmaron su deceso.
“Fue muy difícil para mí, porque también estaba en una celda de aislamiento con Róger Reyes, en ese momento una celda de castigo y eso fue muy difícil, pero también agradezco a mi compañero, porque me apoyó en ese momento”, apunta.
El sufrimiento de Max Jerez es innegable, sin embargo, él no se deja agobiar y afirma que está seguro de que todo esto valdrá la pena, tal como se lo había dicho a doña Heydi.
“Espero realmente, cómo le decía mi mamá antes de que me detuvieran, que todo iba a cambiar y que esto iba a valer la pena y eso lo sigo sosteniendo”, afirmó Jerez.
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