Daniel Ortega regala tercera embajada a hijo de mafioso italiano en menos de 3 meses

El régimen de Daniel Ortega oficializó este miércoles el nombramiento de Maurizio Carlo Alberto Gelli, un ciudadano italiano nacionalizado nicaragüense, como su nuevo embajador de la República Helénica, informó el Diario Oficial, La Gaceta.

A través del acuerdo presidencial número 163-2023, Ortega designó a Maurizio Gelli como embajador extraordinario y plenipotenciario de la República de Nicaragua ante la República Helénica, en calidad de concurrente con sede en el Reino de España.

“El presente acuerdo surte sus efectos a partir de esta fecha”, cita parte del documento oficial publicado este 23 de agosto.

En mayo pasado, Maurizio Gelli fue nombrado embajador de Nicaragua ante España y el 27 de junio, Daniel Ortega también lo nombró embajador concurrente ante el Reino de Andorra, sumando tres embajadas en menos de tres meses.

LEER MÁS: Funcionario de confiscada UCA en Nicaragua acusa a los jesuitas de llevarse el dinero de matrícula, cuando cuentas fueron congeladas por régimen

Como si fuera poco, a través de un segundo acuerdo presidencial Ortega lo nombró este miércoles representante permanente de Nicaragua ante la Organización Mundial del Turismo (OMT) con sede en el Reino de España.

Murizio Gelli fue nacionalizado nicaragüense desde el año 2009 y desde entonces Ortega lo ha nombrado en diferentes cargos diplomáticos, aunque su trayectoria representando al país data desde el año 2005 bajo la administración del fallecido Enrique Bolaños.

Padre mafioso

Licio Gelli falleció en 2005 a los 96 años. Se involucró por primera vez en el movimiento fascista de Benito Mussolini, luego fue voluntario para luchar contra el general Francisco Franco en la Guerra Civil española y se unió a los partidos neofascistas.

En la década de 1960 se unió a los mesones y fundó la logia P2 en 1970.

Aunque Gelli fue sentenciado a doce años de prisión por fraude relacionado con el colapso de un banco vinculado al Vaticano, jamás cumplió tiempo de prisión considerable y también fue declarado culpable de obstruir la justicia durante las investigaciones sobre la explosión de 1980 en la estación de tren de Bolonia que mató a 85 personas.