Ortega viola el derecho de sacerdotes a residir o viajar a Nicaragua, denuncian opositores
El destierro forzado de doce religiosos católicos que ejecutó la pareja de dictadores de Nicaragua, no solo vulnera el derecho a la residencia y el tránsito, sino que también coarta la libertad de expresión al intentar silenciar las voces de estos líderes religiosos y sus comunidades.
Así lo expresan en un comunicado miembros de la oposición nicaragüense en el exilio agrupada en el proceso de concertación democrática conocida como Monteverde “Nos unimos al regocijo del pueblo nicaragüense por la excarcelación de los doce sacerdotes encarcelados injustamente por la dictadura Ortega Murillo, por el simple hecho de denunciar la persecución religiosa que vive nuestro país y el derecho de los nicaragüenses a vivir en un país donde se respeten los derechos fundamentales”, indica la comunicación.
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No obstante, agregan que “el anuncio de la dictadura sobre el destierro forzado de estos doce religiosos, constituye una vez más una grave violación de los derechos humanos y de la libertad religiosa en Nicaragua”.
Acusaciones falsas revelan temor de la dictadura
“Si bien este acto los libera de la prisión y de una condena injusta, constituye un atropello a sus derechos fundamentales… la preocupación de la ciudadanía persiste ante la situación de Monseñor Rolando Álvarez, quien sigue secuestrado desde agosto de 2022, con una condena injusta impuesta por el régimen Ortega-Murillo”, destacan los miembros de Monteverde.
Aseguran que “con las acusaciones falsas e infundadas contra los sacerdotes, la dictadura de Ortega revela su temor y debilidad en sus intentos de sofocar y eliminar la Iglesia Católica y a sus líderes, quienes han sido una voz profética, justa y valiente en Nicaragua”.
Además, advierten que esta acción de enviar a los religiosos al Vaticano, “no garantiza el cese de hostilidades contra sacerdotes y líderes religiosos. El régimen no ha dado señales de detenerse, justificando sus acciones bajo la falaz premisa de que estos destierros son soluciones necesarias”.
Este 19 de octubre, la sancionada vicepresidenta Rosario Murillo dijo que la salida de los doce sacerdotes hacia el Vaticano, que de forma injusta y arbitraria habían sido procesados por distintas causas por la dictadura, era una acción necesaria para defender y asegurar la paz en Nicaragua.
“El destierro de estos sacerdotes fortalece nuestra convicción de continuar luchando. No marca el fin de nuestra lucha por la justicia y la democracia. La dictadura no prevalecerá, y es crucial que la comunidad internacional continúe respaldando estos esfuerzos. Juntos, trabajaremos incansablemente para alcanzar la libertad, justicia y democracia en Nicaragua”, indica el mensaje de los opositores.