Enrique Sáenz: Actual descomposición del régimen de Daniel Ortega lo hace entrar paranoia

Para el economista Enrique Sáenz, el régimen en Nicaragua atraviesa una gran descomposición a nivel de las bases fieles a Daniel Ortega, porque “es la primera vez en 16 años de orteguismo que una barrida así ocurre”, asegura al referirse a los más de mil despidos en el poder judicial, empezando por la cabeza de su presidenta, la magistrada Alba Luz Ramos.

“Se trata del poder judicial, uno de los poderes más importantes, y está estudiado y documentado que una de las evidencias de descomposición de un régimen dictatorial es cuando se empiezan a dar fisuras en el bloque de poder y aquí estamos frente a lo que unos llaman un punto de quiebre”, explica Sáenz.

El especialista estima que sin dudas durante algún tiempo Ortega tuvo un respaldo, pero en este momento este se encuentra en el mínimo, producto de los desengaños de muchos de sus seguidores.

“Mucha gente creyó en el cuento del canal interoceánico, del satélite, del puerto de aguas profundas, creyeron que iba a caer el maná del cielo, otros se cansaron de las penurias, sub empleo, desempleo, carestía de la vida, en fin, distintas razones y fueron desengañándose a lo largo de estos años y erosionando la base social que apoyaba a la dictadura”, considera Sáenz.

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Una expresión de la actual descomposición, según Saénz, son las pugnas internas, pero no por posiciones políticas, ni por quien es más decente, “sino para ver quien agarra la tajada más grande y quien se presenta como más servil al dictador y a la cúpula en el poder”.

Tras el desgaste, llega la paranoia

Sáenz opina que cuando se llega a un determinado momento de desgaste, las actitudes paranoicas empiezan a atacar a los jerarcas de estos regímenes.

“La paranoia, según su definición científica es la afección mental en la cual una persona tiene un patrón de desconfianza y recelo de los demás en forma prolongada. Es un trastorno mental que se caracteriza por la aparición de ideas fijas, obsesivas y absurdas, basada en hechos falsos o infundados, generalmente afecta a personas ególatras con conductas marcadamente narcisistas que han enfrentado situaciones de gran frustración”, analiza Sáenz.

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“Ortega se atrinchera, no sale a la calle, menos que salga a un departamento, y este síntoma de atrincheramiento se refleja al trasladar los registros públicos de propiedades a la procuraduría general de la república, y así tener un mayor control, debido a esa desconfianza”, expresa Sáenz.

El momento de la oposición

El especialista estima que esta descomposición no significa que Ortega va a caer mañana, pero indica recomienda a las fuerzas de la oposición que deben aprovechar el momento para implementar varias acciones.

“Una de ellas es ponerle chile a la herida, tenemos que estar picando y repicando alrededor de este resquebrajamiento en uno de los aparatos represivos y de poder de la dictadura, pero además tenemos que aprender a no echar a todo mundo en el mismo saco, pues una cosa son las cabezas, los cómplices de desmanes y tropelías de la dictadura, los verdugos y otra cosa son los funcionarios de otro nivel que no han sido ni arte ni parte en la corrupción ni en la represión”, advierte Sáenz.

Finalmente propone que la oposición debe enviar un mensaje de justicia para quienes son responsables de delitos ya sea de corrupción o de represión y un mensaje de condescendencia a los trabajadores públicos que muchos de ellos también son víctimas. 

“No podemos quedarnos de brazos cruzados, porque la dictadura aquí llego a un punto de quiebre y nos corresponde acelerar su deslizamiento hasta que podamos hacer un cambio democrático en Nicaragua”, plantea el economista desde el exilio.