Dictadores buscan normalizar sucesión dinástica, delegan a su hijo Laureano Ortega para entregar buses chinos

Los 250 buses de fabricación China, que el régimen sandinista entregó este miércoles 15 de noviembre a 26 cooperativas de buses del transporte público de Managua, fueron entregados en un acto público por Laureano Ortega Murillo, hijo de Daniel Ortega y Rosario Murillo, delegado por la pareja dictatorial.

La primera en tomar la palabra en el acto transmitido en los medios oficialistas, fue la alcaldesa de Managua, Reyna Rueda, quien hizo de maestra de ceremonia y presentó a Laureano como el “representante especial de nuestro presidente para China”.

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Rosario Murillo anunció más temprano el acto y dijo que estaría el dictador Daniel Ortega, pero a última hora cambiaron de planes y delegaron a su hijo, como una especie de comenzar a normalizar la sucesión dinástica. 

Los opositores en Nicaragua han denunciado los planes de Ortega Saavedra de heredar el poder ya sea a su esposa la vicepresidenta sancionada o a su hijo Laureano, también sancionado por Estados Unidos. Un hecho del que ya hay precedente en Nicaragua, como la dinastía de los Somozas, contra la que Ortega luchó y ahora repite al pie de la letra y con más letalidad. 

Transportistas "leales hasta la muerte"

Antes del turno del hijo de los dictadores, el presidente de la Unión Regional de Cooperativas del Transporte Colectivo (Urecotraco), Danilo Sánchez, dijo que “en este día especial, Dios, nuestro comandante y nuestra compañera Rosario, nos vuelven a bendecir entregándonos estas 250 unidades al transporte de Managua y a la población”.

“Como dirigente es un orgullo saber que tenemos al comandante de los pobres, a la compañera, Rosario, ellos dos han hecho posible este cambio, el comandante volvió (al poder) y nos devolvió nuestros derechos, hoy el sector transporte le decimos al comandante leales siempre, traidores nunca”, expresó Sánchez en su intervención.

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Después que hablaron otros funcionarios del gobierno, así como representantes del gobierno chino y de la empresa Yutong, tomó la palabra Laureano para dar por clausurado el acto de entrega de los buses.

Discurso de Laureano 

Durante 8 minutos y medio, el hijo de los dictadores, quien no se auxilió de ningún papel en sus manos ni tampoco telepromter para dirigirse a los presentes del evento, dijo que el ejemplo de China y sus dirigentes del partido comunista, “nos dan una luz de esperanza a Nicaragua y al mundo entero, de como con el socialismo una población tan grande con grandes retos, logra el desarrollo, logra erradicar la pobreza extrema”.

“Eso lo ha logrado China, y nosotros de la mano con la República Popular China, con esta relación tan especial que tenemos estamos seguros que vamos a lograr erradicar la pobreza extrema en Nicaragua y vamos hacerle frente a la pobreza en general para salir todos hacia la prosperidad”, expresó Laureano Ortega.

El hijo de Ortega también dijo que la entrega de estos buses a las cooperativas de transporte, las cuales no son regaladas, sino que serán vendidas, pero aún se desconocen los términos de esa negociación, van dirigidas a un sector históricamente olvidado por otros gobiernos.

“Como decía el compañero Danilo, un sector olvidado por los gobiernos  de derecha, por los gobiernos mandatados por Estados Unidos, que simplemente no les importaban, no les importaban ni los transportistas ni los usuarios, es decir el pueblo que utiliza este transporte, y nuestro presidente se ha dado a la tarea con ese enorme compromiso que tiene con ustedes, con todo el pueblo nicaragüense y nuestra  vice presidenta, de restituir este derecho básico de tener un medio de transporte digno para las familias en Nicaragua”, expresó Ortega.

El presidente de la Urecotraco, Danilo Sánchez, dijo que, con estas 250 unidades, “el municipio de Managua cuenta ya con 1,100 buses nuevos, modernos, cómodos y seguros manteniendo el mismo valor del pasaje”.

Sin embargo, en la vida real, los usuarios del transporte público en Managua se enfrentan cada día al mismo pésimo servicio, al maltrato de parte de los conductores, así como al hacinamiento y la inseguridad en las unidades que circulan en toda la capital.