Nicaragua tiene alto potencial para convertirse en la Bielorrusia de América Latina advierte experto
El régimen de Daniel Ortega en Nicaragua tiene alto potencial para convertirse en la Bielorrusia de America Latina, advirtió Vladimir Rouvinski, director del Instituto Colombiano Estudios Superiores de Incolda (ICESI), en un conversatorio con Expediente Abierto.
En el conversatorio “Los retos actuales de la presencia de Rusia en América Latina”, Rouvinski analizó el interés que tiene Rusia en América Latina, en particular con los regímenes autoritarios en Nicaragua, Venezuela y Cuba.
En el caso de Nicaragua, el director del ICESI, dijo que Vladimir Putin y Daniel Ortega tienen una sincronía y coincidencia de intereses, lo que evidencia que Managua sigue un modelo parecido al de Bielorrusia del dictador Alexander Lukashenko.
“Nicaragua es único porque allá hay una sincronía, hay una coincidencia de los intereses en todo lo que básicamente uno puede encontrar yo incluso me arriesgaría a decir que Nicaragua tiene potencial para transformarse en una Bielorrusia del dictador Alexander Lukashenko, pero aquí en América Latina porque tiene un régimen muy parecido a lo que está en Nicaragua y lo que está en en Rusia”, advirtió Rouvinski.
Según el experto, la estrategia de Moscú es crear una dependencia como la que existe entre Bielorrusia y el Kremlin.
“Nicaragua cada vez más tiene unas características muy parecidas a estas relaciones que ha construido Vladimir Putin con Bielorrusia, adquiere dependencia en algunos de los temas muy sensibles”.
Respecto a las constantes visitas de funcionarios rusos a Managua, entre ellas el encuentro entre Nikolái Pátrushev, secretario del Consejo de Seguridad de Rusia y exagente del KGB y Daniel Ortega, Rouvinski dijo que dichos encuentros no hay que pasarlos por alto.
“Pátrushev es una persona que realmente tiene a su disposición las herramientas prácticas de poder implementar la influencia rusa en el mundo, es el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia y que básicamente, por ejemplo tiene a su cargo las operaciones de ciberseguridad y espionaje”.
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Añade que “el hecho que esta es la persona que está en Nicaragua negociando los fortalecimientos de los vínculos sobre el control policial allí es es algo muy significativo que nosotros no podemos pasar por alto, entonces es una de las herramientas que está usando Rusia para poder crear los vínculos de dependencia de Nicaragua sobre ciertos sectores que tiene bastante importancia para la vida política social económica de Nicaragua”.
Aclara que Rusia no está dispuesto a mantener a Nicaragua de la misma manera que mantuvo a Cuba durante más de 20 años cuando desapareció la Unión Soviética.
“En el caso de Nicaragua lo que hace Rusia es crear los vínculos de dependencia sobre ciertos aspectos claves de la vida política, social, económica”, señaló.
Venezuela y Cuba no coinciden en un 100% con Moscú
En el conversatorio, el experto aclaró que aunque Rusia tiene estrechas relaciones con Cuba y Venezuela no coinciden en un 100%.
“Las relaciones rusas con sus otros dos aliados claves en la región Venezuela y Cuba, primero Cuba está teniendo un mayor nivel de la autonomía en las relaciones con Moscú porque está tratando de balancear estas relaciones con Rusia y Washington; y Venezuela encontramos que Nicolás Maduro no necesariamente coinciden 100% con los intereses de Moscú”.
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En este sentido, el especialista señala que Nicaragua juega un rol importante para Rusia y su penetración en Centroamérica y América Latina.
“Desde la perspectiva rusa, América Latina es una región central por su cercanía con los Estados Unidos, el segundo punto del interés ruso hacia América Latina es claramente el atentado contra la democracia”, enfatizó.
Atentado contra la democracia
Vladimir Rouvinski, director del ICESI, insistió en que Vladimir Putin no acepta la democracia, por eso se solidariza con los regímenes autoritarios como el de Daniel Ortega en Nicaragua.
“Putin no acepta la democracia (...) básicamente es la forma de poder gobernar y allí claramente hay una solidaridad natural que le une a los tipos como Daniel Ortega, Nicolás Maduro y otros líderes autoritarios y está dispuesto a apoyar a ellos. ¿Por qué?, porque él sabe que la mayor parte de los países de América Latina y del Caribe todavía mantienen las instituciones democráticas funcionando”.
Subraya que Rusia está buscando fomentar el problema para la democracia en la región “uno puede ver claramente que la democracia es un problema para Nicaragua por eso busca parar los intentos de volver al régimen democrático y Rusia explícitamente manifiesta su interés, no dejar que esto pase”.
Por otro lado, el experto dijo que la guerra en Ucrania si tiene impacto en términos de seguridad en la región latinoamericana porque Rusia busca desestabilizar a EEUU.
“América Latina es este extranjero cercano de los Estados Unidos por su cercanía en geográfica y Centroamérica se destaca porque es una región de América Latina que está muy cerca al territorio de los Estados Unidos porque tienen vínculos históricos, culturales, económicos y Rusia desarrolla una política a mediano y largo plazo que busca realmente hacer un daño a América Latina y el Caribe”.
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Sostiene que Vladimir Putin busca tener el liderazgo en la construcción de un orden internacional distinto al orden internacional que existe después del fin de la guerra fría “es un mensaje cada vez más explícito por parte de Moscú (...) Putin ya tiene experiencia de intentar buscar cumplir con los objetivos a través de una pelea armada que es una guerra claramente y que aparentemente está dispuesto a hacer muchísimo más cosas que anteriormente eran impensables o líneas rojas”.
Por su parte, el excorresponsal español en Moscú, Marcos Marginedas Izquierdo dijo que Rusia lo único que puede ofrecer es propaganda y convertir a los Estados latinoamericanos en una Nicaragua donde no hay alternancia de poder.
“Rusia no deja de ser un régimen fachada que aspira a ser una superpotencia aparentado parecer serlo y la propaganda es fundamental en esto, pero es lo que puede ofrecer propaganda”, dijo Marginedas.