Humberto Ortega: “Soy un prisionero político”, de Ortega y Murillo
En un último mensaje grabado hace tres meses, el general en retiro Humberto Ortega Saavedra se declaró preso político del régimen de su hermano Daniel Ortega y su cuñada Rosario Murillo. Y adelantándose a lo que se avecinaba, aseguró que “todo el estrés que mi prisión injusta multiplica, puede producir un desenlace fatal en cualquier instante”.
El medio de comunicación Confidencial, divulgó hoy una grabación de una llamada que realizó el general en retiro a CONFIDENCIAL desde un teléfono celular que guardaba a escondidas en su casa.
En la grabación, que se realizó el domingo 09 de junio del 2024, el general inicia identificándose y pasa a explicar sus condiciones bajo el régimen de arresto domiciliario.
“Soy el General de Ejército retirado Humberto Ortega Saavedra. Hoy domingo (9 de junio de 2024) cumplo tres semanas de estar prisionero político en el régimen de casa por cárcel”.
Agrega “Me suspendieron todas mis libertades. Igualmente a mi pareja, Angélica (Chavarría), que me apoya moralmente, por sus firmes principios libertarios, y me auxilia por ser yo un paralítico de mis brazos desde 1969, como consecuencia del intercambio de balazos, al comandar el intento de rescate de prisión de Carlos Fonseca, el fundador, líder y mártir de la Revolución Popular Sandinista”.
De acuerdo a la grabación, la policía nacional ocupó su vivienda y desapareció al jefe de la unidad de protección, el coronel Johnson Lainez.
“Mi hogar y Unidad de Protección han sido invadidas y clausuradas por decenas de unidades y tropas especiales de la Policía Nacional con armas de guerra, y el jefe de la Unidad (de protección), coronel retirado Johnson Laínez y esposa, dados por desaparecidos”.
En ese momento, denunció que se le impedían las visitas, incluyendo las de sus familiares cercanosdenunció que se le impedían las visitas, incluyendo las de sus familiares cercanos. “Estoy totalmente aislado, sin teléfono, computadora, radio o televisión. Este (teléfono) que empleo lo tengo escondido para emergencias”.
También, denunció que se le impidió continuar con su tratamiento médico en el hospital privado Vivian Pellas.
“Mi condición de salud está muy precaria, y hace unas horas más, por lesiones que han brotado y amenazan en mis piernas, infección que se podría extender a mi corazón. Todo el estrés que mi prisión injusta multiplica, puede producir un desenlace fatal en cualquier instante”, advirtió Ortega, el pasado 09 de junio.
En ese mensaje, el hermano menor de Daniel Ortegael hermano menor de Daniel Ortega, reconoce que el dictador tiene en sus manos la solución inmediata para la libertad incondicional de él. Al mismo tiempo, reiteró su convicción de ayudar en la rápida mejoría de la situación general de Nicaragua.
“Para que busquemos el acercamiento, la reconciliación, los acuerdos que sean necesarios para el bienestar y provecho de cada uno de nosotros los nicaragüenses. Tal como en el pasado histórico, el presidente Ortega y mi persona coincidimos en resolver problemas de guerra, luto y dolor”.
Añade: “Con el espíritu siempre firme y optimista clamo porque este capítulo lamentable finalice ya”.
Hace tres meses, según su voluntad, y para proteger la seguridad de sus comunicaciones, el general solicitó que se publicará una denuncia atribuyendo a “fuentes cercanas a su familia”.
Humberto reveló plática con Daniel
De igual forma, la ex guerrillera Mónica Baltodano compartió una larga conversación que sostuvo con Humberto Ortega Saavedra, días antes de que le impusieran el régimen de “casa por cárcel”.
En un artículo de opinión divulgado en Confidencial, Baltodano asegura que HOS le comentó que en durante su crisis de salud había reabierto comunicación con su hermano Daniel, quien ahora lo visitaba en su casa.
De acuerdo a Baltodano, en esas conversaciones entre Humberto y Daniel, Humberto aprovechó para expresarle que él no estaba contra el Gobierno, pero tampoco contra la oposición; que consideraba que la crisis política de Nicaragua debía tener una solución, como la habían tenido muchas guerras, incluyendo la de los años 80 en el país.
Asegura que Daniel estaba muy claro de sus posiciones y que le había aconsejado el camino del diálogo.
“Mi posición sigue siendo la del centro político. Rechazar los extremismos. Proponer alternativas moderadas, de centro, y de compromiso entre todas las partes. Debemos ser capaces de convivir todos en Nicaragua. Solo así podrá haber paz y estabilidad”, reza el artículo.
En otro momento Humberto reconoció que “Sectores extremistas hay en todos lados, entre los sandinistas, pero también en algunos de la derecha, que recetan pasarles la cuenta a todos los sandinistas, empezando por mí —reconoció— pero hay que tener paciencia”. Recordó que “cada evento tiene su tiempo”.
Enfatizó que era “una locura de la Chayo (Rosario Murillo) querer imponer una continuidad familiar del poder. Ninguno de ellos tiene la autoridad ni el liderazgo que logró alcanzar Daniel. Eso no se puede repetir. Es una locura”.
Baltodano relata que en la llamada, también, participó su esposo Julio López. Ambos le preguntaron “qué decía Daniel Ortega a sus planteamientos y nos dijo que este no dio ninguna respuesta verbal, pero “yo lo conozco y él sabe y está claro que al final hay que buscar un giro, salidas” y afirmó: —“Daniel, como viejo zorro, no dio respuestas directas, pero él sabe que lo conozco y puedo analizar con inteligencia”.
Según Baltodano, HOS dejó claro que su intención era ser un puente y contribuir a la búsqueda de una solución.
Al ser cuestionado de por qué continuar en Nicaragua, HOS respondió que no iba a salir del país. “La fuerza de mis posiciones estriba en que las estoy planteando desde dentro”.
Al tiempo que recordó que “he sido el único de la dirección histórica del Frente Sandinista que he tenido la valentía de llamar las cosas por su nombre”, en referencia a los que están dentro del país.
Sostiene que criticó la cobardía del jefe del Ejército, Julio César Avilés, por no haber realizado las honras militares que correspondían a Hugo Torres, como General (R) y como héroe.