Vivir con el femicidio de una hija mientras llega la justicia en Nicaragua, relato de madre de Britney
Alicia Herrera ya no llora. Está seca de dolor. Le mataron a su única hija, Britney. Pensó en quitarse la vida, pero su búsqueda por la justicia la mantiene firme. Hasta que su niña descanse en paz. Pese a que el femicida fue condenado a seis años de prisión, por ser adolescente, su familia apeló al fallo y solicitó reducción de sentencia a dos años.
“Prefiero tener una hija presa y no muerta”, respondió Alicia al momento que acudió a las autoridades policiales de San Rafael del Norte, Jinotega para poner la denuncia por la desaparición de Britney Xobelsis Olivas Herrera. Ahí, recibió un trato revictimizante al presentar un mensaje de WhatsApp como única pista para localizarla y le aconsejaron “mejor buscarla donde el novio”. A lo que ella respondió: “Ya la busqué”.
“Queremos aprender desde la escuela a respetarnos, a prevenir abusos, violencia, a fomentarlos valores de nuestra cultura de paz y también a fomentar esos valores que defendemos, las mayorías de nicaragüenses en defensa de la vida desde el vientre materno”, así anunció Rosario Murillo la incorporación de la nueva asignatura ‘Derechos y Dignidades de las Mujeres’, en marzo de 2021.
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Ese año, se reportaron 71 femicidios y 135 femicidios frustrados en el país, de acuerdo con cifras del observatorio de medios de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) y según datos de la Cepal, Nicaragua mantuvo las mismas tasas de feminicidio que en 2019.
Alicia recuerda que, así empezó, su tortuoso camino en busca de justicia. Era mediodía, del 12 de marzo de 2022, tenía dos días sin noticias de Britney. Estaba desesperada y abandonó su trabajo.
Buscó a su hija en casa de su novio, un adolescente de 17 años quien le aseguró que desde hace un mes no la había visto, pero tenía conocimiento que estaba chateando con su mejor amiga y accedió a darle el número de contacto. La amiga le reenvió el último mensaje escrito que le había llegado desde el móvil de Britney.
Al igual que la Policía, Alicia estaba convencida que el mensaje había sido escrito por su hija, decidió seguir las pistas del mismo y hasta empezó a analizar que Britney tenía dos meses de salario ahorrado y quizás los utilizaría para costear el procedimiento. Muchas conjeturas pasaron por su cabeza. Cuenta que después que las autoridades de San Rafael del Note le dijeron que el aborto era penado, le recomendaron buscarla en casa de su novio y remataron diciendo que no podían hacer nada porque aún no habían pasado las 72 horas de su desaparición.
Madre y abuela de Britney se movilizaron a Estelí en busca de las supuestas mujeres con quien se había escapado la adolescente. Pegaron volantes en el hospital, avenidas y paradas de buses estilianas hasta caer la noche al darse cuenta que ya no había transporte público para retornar a su natal Jinotega.
Alguien les informó que el último bus llegaba hasta La Concordia y lo tomaron. Al llegar al parque municipal, se sentaron en una banca esperando que un pariente las llegara a recoger para trasladarlas a Jinotega. Mientras hacían tiempo, Alicia revisó su celular para encontrar nueva información que le llevara a dar con su hija. La encontró.
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Leyó el titular de una noticia publicada como última hora en una radio de Estelí: “Mujer encontrada sin vida con signos de violencia”. El cuerpo de la víctima se encontró en estado de descomposición en el kilómetro 160 ½, comarca La Quinta, zona conocida como cuesta La llorona. Vía que conecta de Estelí hacia el municipio La Concordia, Jinotega.
Alicia supo que se trataba de su hija. Mostró la pantalla a su mamá y le dijo: “¡Es la niña!”. La encontró, con el rostro desfigurado
En el primer cuatrimestre del año, CDD registró 22 asesinatos de mujeres, dos eran adolescentes embarazadas.
Alicia pensó que el aborto había salido mal como lo premeditaba el mensaje que había releído y que, en vez de mujeres, unos hombres la habían terminado de matar. Minutos después, la información fue actualizada y la fotografía publicada confirmó lo que tanto temía. “Le dije a mi mamá es ella. Son los mismos zapatos y el mismo pantalón”, la única prenda de vestir que no reconoció, fue el suéter teñido de sangre. Se trataba de Britney.
“Entré en pánico y me pongo a llorar. Entré en nervios, pero mi hermano que llegó recogernos me compró pastilla en una pulpería cerca. Eran tranquilizantes”. Alicia narra que casi de inmediato le llamaron agentes de la Policía para preguntarle como andaba vestida Britney. Ella les brindó los detalles y le solicitaron que llegara a la estación policial porque el cuerpo encontrado coincidía con la vestimenta y las características descritas.
Antes de ser trasladada a la morgue de Estelí, recibió la advertencia: “el cuerpo está irreconocible”. Al llegar, su familia le dio otro cóctel de tranquilizantes, cuenta que primero la vio su hermano y la reconoció. Su cuerpo conservaba las marcas de violencia. “Con moretones en todas las partes del cuerpo y apuñalada en todo el cuerpo. Era ella. Yo la reconocí y mi mamá también”.
Seguía pensando que su hija había sido víctima de un grupo de atracadores que querían robarle sus ahorros y la mataron para silenciarla. Sin embargo, hasta ese momento, dudaba que la acción violenta fuera cometida por mujeres o por un solo hombre, porque según Alicia “un hombre no hace la salvajada que le hicieron a ella”.
El cuerpo “tenía señas en las manos y en los pies como si estuvo amarrada, pero luego la forense lo descartó y dijo que fue porque el cuerpo estuvo bajo exposición y como se inflama, era de los calcetines y los puños del suéter”.
Fue llamada a entrevista y una policía le pidió que narrara los hechos a detalles. Alicia le habló del mensaje de WhatsApp que había sido la última comunicación telefónica de Britney. Cuenta que la agente preguntó por la hora que fue enviado y después de responderle “el viernes”, le dijo: “El viernes, esa niña ya estaba muerta”.
De inmediato, supo que el atacante de su hija era el novio y que había simulado no serlo.
“¡Ya sé, quien fue!”, respondió Alicia a la policía que la entrevistaba, tras darles el nombre y la dirección. “Ahí me di cuenta que lo que él había mandado no era cierto. Era un despiste para que nosotros creyéramos que (Britney) se había ido con las mujeres”. Las delegaciones de Jinotega y Estelí coordinaron para localizar al agresor y lo capturaron.
Britney nació el 25 de abril de 2004 en Jinotega. Mientras Danfer Antonio Olivas prefirió evadir la responsabilidad paterna de la niña a Alicia no le quedó más opción que convertirse en madre soltera desde los 16 años y entregarse a su cuidado. “Me pidió que abortara y si no, la relación se acababa y se acabó. La diferencia es que mi hija nació. Y yo estoy viva”, dijo al salir del cementerio donde el 13 de marzo la sepultó.
Alicia lavaba y planchaba ropa ajena para proveerle el alimento a su pequeña. Recuerda que, a los 13 años, Britney le pidió llevar el apellido del padre y realizó los trámites, pese a que nunca veló por su bienestar ni estuvo en las noches de desvelo cuando enfermaba.
“En una ocasión una de sus compañeras de escuela le dijo: yo de vos me daría vergüenza decir que ese es mi papa porque alguien que lo ve así a una no merece que le diga papa”.
Danfer Antonio Olivas es taxista en Jinotega y padre de 13 hijos, algunos son reconocidos. La única vez que Britney recibió apoyo económico de su parte fue cuando empezó a usar su apellido. Alicia jamás lo demandó y dice que ni en la vela de su hija estuvo presente.
Más impunidad
La portavoz de la Red de Mujeres Ana Lucila, señaló que el asesinato de Britney es un caso complejo porque el responsable es un menor de edad y uno de los comportamientos que observan últimamente, es que muchos de los agresores son bastante jóvenes.
Dijo que esta situación debería alertar a la sociedad porque se ameritan acciones conjuntas para analizar qué tipo de masculinidades se están construyendo. “Cuando se quieren se aplican esas leyes y cuando no, se saltan y no pasa nada”.
Refirió que, es importante detenerse a pensar el mensaje negativo que se está enviando a la población con esas simulaciones de justicia. Puso de ejemplo las penas y los arreglos de liberaciones a los reos comunes que a la fecha suman más de 26 mil.
Reconoció que la familia del adolescente, también es víctima del sistema, porque deben proteger a un agresor, sin embargo, discrepa con las penas aplicadas. A su juicio las medidas deben ser justas y educativa, es decir que quien infrinja la ley debe ser castigado.
La vocera de la Red de Mujeres Ana Lucila dijo que están dando acompañamiento a una víctima quien desde la cárcel recibe amenazas de su agresor y le advierte que está pronto a salir por su buen comportamiento. “Ahora lo que se está diciendo es que, si sos menor de edad y matas te van a dar menor pena, Si vos violas y matas a una chavala, pero te comportas bien allá adentro, te van a sacar rápidamente”.
Tejedor de mentiras
Britney estudiaba el quinto año de secundaria en el turno vespertino y por las mañanas locutaba una revista con temas para la niñez y la adolescencia en radio Stereo Libre de Jinotega. Esta emisora comunitaria le abrió las puertas a los seis años tras realizar una prueba que consistía en leer bien y perder la vergüenza ante el micrófono. Le salió natural y desde entonces se quedó en el puesto.
La noche del 10 de marzo de este año, Alicia empezó a preocuparse. Eran casi las nueve de la noche y Britney no aparecía ni contestaba las llamadas de su celular. Era extraño porque conocía la rutina de su hija, de la radio a la escuela y a veces visitaba a su novio, pero casi todos los días, antes de las 8: 00p.m., se encontraba en familia.
Por la mañana, Britney le manifestó a su madre que no asistiría a la radio como acudía de costumbre de 8 a 10 de la mañana. Le expresó que se iría a hacer las cejas. Madre e hija se despidieron esperando volver a verse al final de la tarde. La adolescente dejó escrita una nota que se ausentaría de la revista radial y acudió donde la amiga que le arreglaría las cejas.
Al día siguiente, Alicia imprimió unas volantes y divulgó la desaparición de su hija en redes sociales. Lo primero que se le pasó por la mente fue buscarla en casa del novio del cual su hija le había hablado tres meses antes, un adolescente de 17 años, descrito como callado y estudioso del que solo se sabía que vivía en Jinotega junto a sus padres y cursaba el primer año de la carrera de ingeniería civil en Estelí.
Se acercó a la puerta y llamó al adolescente por sus nombres y apellidos para confirmar que era él, pero le negó mantener una relación de noviazgo con Britney desde hace más de un mes.
El adolescente reafirmó no saber nada de su hija, únicamente se limitó a darle el contacto de la mejor amiga con quien él sabía que Britney seguía chateando. “Llamé a la muchacha como 25 minutos después y le dije que, si por favor estaba con ella que me dijera, porque estaba preocupada. Me dijo, Britney me pidió que le guardara el secreto”. Alicia la interrumpió, “si es por lo que está embarazada yo ya sé”.
Ella había encontrado el examen entre los papeles de la adolescente unas horas antes, la amiga de Britney le dijo que le enviaría el último mensaje que había recibido del número de Britney, diez minutos antes de contactarla.
Para Alicia, ahora todo tiene sentido. El femicida de su hija todo el tiempo la despistó.
Dice que el celular de Britney nunca apareció, aunque la policía lo buscó en casa del agresor, tampoco apareció el dinero ahorrado. “Tenía todo planeado, ese día hasta vistió de negro”.
ONU Mujeres señala que ser mujer es un peligro. Unas 19.2 millones de mujeres fueron sometidas en algún momento de su vida a algún tipo de intimidación, hostigamiento, acoso o abuso sexual. En Nicaragua, la “Ley integral contra la violencia hacia las Mujeres”, o Ley 779 fue creada con el propósito de prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. Una ley que fue impulsada por colectivos feministas.
A una década de la creación de la Ley 779 más de diez organizaciones, dedicadas a visibilizar esta problemática, escuchar y abrazar a las víctimas en su dolor han sido ilegalizadas en el país por la Asamblea Nacional. El Programa Feminista La Corriente ha sido una de las últimas oenegés en sumarse a esta extensa lista despojadas de su personería jurídica por incumplir la “Ley de Agentes Extranjeros”, aprobada en octubre de 2020.
A Britney la mató el novio
El pasado 25 de abril, fue el segundo día más triste para la madre de Britney. Ese día, la adolescente estaría cumpliendo 18 años, pero Alicia no estaba con el pastel que solían compartir, estaba en la tumba de su hija llorando. Se cumplían 45 días de su asesinato.
A la mañana siguiente, Alicia recibió un mensaje de WhatsApp con un archivo adjunto, se trataba de la sentencia del caso de Britney. “Se le impone al adolescente J.P.O.A., un período de medidas de seis años, que deberá cumplir bajo la medida de privación de libertad en Centro Especializado, designándose el establecimiento penitenciario de Estelí. Simultáneamente se le impone 1) La Medida de Orientación y Apoyo Socio familiar”.
Alicia leyó el documento que indicaba que J.P.O.A. de manera espontánea, voluntaria y verás admitió los hechos. Aceptó que, previo al ataque femicida hubo agresiones para presionar a la víctima con la interrupción del embarazo. Aceptó que, se detuvo en un lugar solitario, la atacó por la espalda, le propinó treinta estocadas en diferentes partes del cuerpo, perforó la cavidad torácica, la mató y su cuerpo lo dejó abandonado en un basurero.
La sentencia agregaba que el “adolescente J.P.O.A, fue declarado responsable en calidad de autor de hechos calificados de forma definitiva como el delito de Femicidio con la Agravantes de delito de Asesinato y Asesinato Agravado que se encuentran claramente establecido en el Artículo 203 Código de la Niñez y la Adolescencia, como delito privativo de libertad, si bien, el tipo penal de femicidio como tipo penal no está contemplado en el referido artículo, pero debe de analizarse que en el momento en que fue aprobado el Código de la niñez y la adolescencia entre las conductas tipificadas no estaba el privar de la vida a una mujer, sino que se circunscribía en el Homicidio o en el Asesinato, según el caso”.
En el expediente judicial, el adolescente J.P.O.A. declaró que el jueves 10 de marzo llamó por teléfono a Britney quien se encontraba en Jinotega y la invitó a hablar en persona en Estelí donde él se encontraba. A eso de las 3:30 p.m. ambos acudieron al centro comercial Metrocentro para comer y ver una película. Como a las 6:30 p.m. ambos decidieron irse a Jinotega. En el trayecto se detuvieron dos veces, una porque se les ponchó una llanta y otra para tomarse fotos. Ella tocó el tema del embarazo.
“Me dijo que ella quería tener al niño y no sé, era un tema que a mí me daba un poco de miedo porque pensaba en mis padres y en mi carrera y no sabía como iba a hacer con esta responsabilidad”.
El adolescente cuestionó a Britney quien para entonces tenía cerca de seis semanas de embarazo. “Ella no me decía nada y solo se quedó callada”, narra que se molestó porque la víctima no respondía sus preguntas. “En eso me metí mis manos a la bolsa y andaba la navaja. La saqué y se la ensarté por la espalda y ella solo se cayó y no me dijo nada”.
Aseguró no saber porque actuó de esa manera. Contó que se marchó desesperado y con miedo del lugar, pero se regresó porque pensó que había dejado algo. “Y ella venía arrastrándose para subirse a la carretera y en eso la agarré y la seguí apuñalando. Y la dejé ahí tirada no sé si todavía estaba viva”, insistió en no querer acordarse porque ese momento representa una pesadilla en su vida.
Femicida es femicida
“Hablamos de un famicida adolescente, pero no significa que no sabía lo que hacía o que estaba inestable emocionalmente. El femicida es femicida, sea quien sea”, explicó la coordinadora nacional de la Red de Mujeres Contra la Violencia (RMCV), Maricé Mejía.
Señala que el caso de Britney ha conmocionado al país porque también ha evidenciado el sistema “deficiente y blandengue” que se tiene en Nicaragua.
En este punto, Mejía agrega que se cometió un delito y de aceptarse la apelación a los seis años que es la pena máxima para el agresor se estaría marcando un indicador de injusticia. “Sería lamentable que se sigan viendo estos casos donde las víctimas ni siquiera descansan en paz al ver de como pisotean su dignidad incluso después de muertas”.
Seis años
Cada mañana Isidra Meza levantaba a su nieta para que llegara temprano a la radio. “¡Niña ya es hora! Le decía con amor y mientras Britney se bañaba, ella le preparaba el desayuno. Luego, ambas se despedían y se volvían a ver al final de la tarde. “Cuando vuelvo y ya no la veo siento que mi corazón se parte en dos”, dice esta abuela de nueve nietos y antes de terminar de contarlos, ella misma se corrige ahora le falta una.
Cuando conoció del asesinato de una mujer, rogó a Dios que no se tratara de su nieta. Se negaba a creer que una niña educada, inteligente, obediente, juguetona que la alegraba hasta cuando estaba muy triste tuviera un final tan trágico. “Me dolió profundamente y desde ese momento no me he sentido bien”. Aunque ha querido soñar a su nieta no lo ha conseguido.
“A veces yo donde trabajo es un garaje y deseara que ella me saliera, me pongo a llorar, pero es imposible”.
Isidra se seca las lágrimas para pedir justicia. Desea ser escuchada por la Asamblea Nacional para que se modifique el Código de la Niñez y la Adolescencia. En su opinión, si un adolescente actúa como adulto debería ser procesado como adulto. “Nosotros pedíamos la máxima, pero dicen que las leyes así son”.
Alicia coincide con Isidra, seis años es muy poco para el daño que cometió el adolescente y se opone a que la sentencia sea reducida. Dice que el agresor en este tiempo recibirá estudios en la cárcel y saldrá con una profesión. Es decir, una situación contraria a la de su hija y su nieto que les fueron arrancados de golpe. “Mi mayor temor es que pueda quedar en libertad, sale de 23 años. No sabemos si salga a matar a otra muchacha”.
Sin embargo, los padres del adolescente J.P.O.A apelaron a la sentencia dictada por la jueza María Elsa Laguna Herrera de Juzgado Distrito Penal de Adolescentes de Estelí Circunscripción Las Segovias y solicitaron reducción a la condena de seis años.
“Esta situación me preocupa porque la verdad yo no creo como padre que mi hijo hiciera esto solo es algo muy difícil de creer”, expresó el padre del victimario en prueba de lesiones psicológicas.
Agregó sentir preocupación porque su hijo es un muchacho muy tímido y sabe que encerrado su futuro se le complica. “Como padres solo queremos que él esté bien y que no vaya hacer una locura contra su vida”.
Alicia tampoco cree que el asesino de su hija haya actuado solo. Como madre comprende que no es fácil estar en la situación que se encuentran los progenitores del agresor, pero condena que inciten a evadir la responsabilidad y el castigo por sus actos. Puesto que, en las mismas pruebas presentadas en el expediente por el Ministerio Público se evidencia que previo a ser capturado se disponía a abandonar el país para burlar la justicia.
A diferencia de la parte acusada que contrató defensa privada, Alicia se limitó a la representación del Ministerio Público. Cree que si tuviera los recursos hubiera contratado un abogado adicional de Jinotega para estar en comunicación constante, pero se siente satisfecha con el papel de defensoría porque está consciente que el caso no es tan fácil y dice que el Código de la Niñez y la Adolescencia favorece al acusado por ser menor de edad.
Reformar la Ley
“Con la situación que ella vivió como víctima cualquier abogado puede presentar una iniciativa a petición de ella para reformar la Ley del Código de la Niñez y la Adolescencia. Le tocará hacer una lucha titánica para reunir cinco mil firmas, así como hicieron para aplicar la cadena perpetua”, dijo el abogado Manuel Nicaragua.
Según la sentencia fiscal, Alicia e Isidra como víctimas colaterales del femicidio de Britney recibirán atención psicológica en el hospital Victoria Motta de Jinotega para superar el trauman sufrido por la violencia ejercida en contra de su hija y nieta, respectivamente.
Una experta en temas de violencia de género que desea no ser identificada está de acuerdo que es necesario una a reformar la Ley del Código de la Niñez y la Adolescencia que fue creado previo a la Ley 779, sin embargo, discrepa que cualquier tipo de reforma esté a cargo del gobierno actual.
La experta recomienda que se continúe alzando la voz en los pocos espacios disponibles como redes sociales y anima a la población a seguir pronunciándose, por ejemplo, cuando se conceden indultos a delincuentes dejando en impunidad los delitos y en completa inseguridad a quienes fueron sus víctimas. “Ya que el Estado mantiene en completo abandono el tema de derechos de las mujeres, niñas, niños y adolescentes, no lo soltemos nosotros y denunciemos”.
El dolor no pasa
El psicólogo Erick Jarquín explica que en el caso de Britney no se ha procesado un duelo porque la muerte de la víctima no ha sido natural. “La mamá no está sufriendo un duelo porque ha perdido una hija, está sufriendo porque no pudo hacer nada para evitar que su hija fuera víctima de femicidio. Son muchos traumas que vienen desde el pasado y causan lesiones psicológicas”.
En este sentido, el especialista explica que los femicidios siguen un patrón porque la violencia es aprendida, pero la agresión es opcional porque el paciente puede controlarse.
“Los niños no aprenden lo que nosotros les decimos, ellos aprenden por lo que ven en sus padres y en la familia. Si la niña ve que su madre es violentada va aprender a ser violentada y el niño que ve abuso, también va a querer abusar en el futuro”.
Britney fue sepultada en un ataúd blanco como previamente se lo había solicitado a su madre cuando sintió un dolor que terminó siendo una gastritis. Le dijo que sentía que se iba a morir joven como Selena, su cantante favorita.
“Si en un caso yo llego a morir quiero que mi ataúd sea blanco y que me lo firmen mis amigos, mis familiares, toda la gente que me quiso”, le cumplió, pero cree que aún le falta cumplirle su última voluntad: justicia.
A dos meses de la muerte violenta de Britney, Alicia sostiene que el dolor no pasa.