Daniel Ortega: "el que ama busca a Dios, no necesita de fariseos", arremete contra Iglesia católica

El dictador Daniel Ortega nuevamente arremetió contra los sacerdotes de la Iglesia católica de Nicaragua, aunque no los menciona directamente, hizo nuevamente alusión al pasaje bíblico donde Cristo tildó de "fariseos" a los religiosos en el templo. Ahora Ortega, dice que "no necesita de fariseos".

"Ni Dios, ni Cristo necesitan a esos fariseos, intermediarios, por eso es Dios, Cristo, nunca dijeron que necesitaran intermediarios. El que ama busca a Dios no necesita de fariseos, ni de celulares, si no que le habla con el corazón y Cristo lo escucha".

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Desde el pasado viernes, Ortega ha arreciado su discurso contra los religiosos en Nicaragua, y se le sumó Rosario Murillo, quien acusó a un "disque sacerdote" de Masaya ordena "lanzar el cuerpo de un policía a un escusado" durante las protestas del 2018, sin ofrecer pruebas.

"Nosotros seguiremos diga lo que se diga" respondió el Cardenal Leopoldo Brenes al ser consultado el domingo sobre las amenazas de Ortega y Murillo. 

Al ser consultado sobre cualquier acción represiva contra los sacerdotes Brenes aseguró "Si llega bienvenido".

Añadió "lo vamos a afrontar a como ya se afrontó en otras situaciones, ya en los 80 vivimos situaciones bastantes difíciles pero el problema es que la iglesia no está llevada por hombre. Nosotros solamente somos instrumentos, la iglesia animada, fortalecida por el Espíritu Santo".

De igual manera el obispo de Managua aclaró que “nosotros en ningún momento queremos asumir un papel político nuestro trabajo es un trabajo de analizador y nuestro trabajo es el trabajo del amor de Jesucristo".

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Las amenazas de Daniel Ortega y Rosario Murillo se dan a un año del atentado contra la imagen de la Sangre de Cristo, que fue calcinada, luego que una persona que nunca fue detenida llegó a la catedral de Managua a lanzar una especie de bomba molotov. Pero la policía del régimen desestimó que hubo mano criminal y concluyó que fue un accidente producto de un raro fenómeno químico donde supuestamente la imagen ardió porque quedó alcohol en el ambiente y que atizó las llamas de las veladoras. Pero en la capilla de la sangre de Cristo, no habían veladoras.