Monseñor Álvarez responde a Ortega-Murillo que enjaulan ideas y falsean la verdad
Monseñor Rolando Álvarez respondió este domingo a los señalamientos del dictador Daniel Ortega, quien llamó “criminales” a los obispos de la Iglesia Católica en Nicaragua. El prelado contestó que “la falsa denuncia, la injuria, la difamación, el enjaular las ideas, y falsear la verdad”, destruye un país.
El pasado viernes Ortega expresó: "Y como algunos líderes religiosos y curas de diferentes municipios, que todos los conocemos, alentaban los crímenes, y alentaban que los restos de asesinados los tiraran en excusados. Son criminales" acusó Ortega sin pruebas a los sacerdotes.
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Añadio "Traicionaron los acuerdos que tenían con el gobierno, claro que traicionaron, no querían nada, está bien, pero de eso a provocar terrorismo...que incluso con ganas le meten 4 balazos a uno que sale hablando en la televisión, idiota, idiota ni siquiera lo mastican y no se da cuenta que con ganas le meten 4 balazos porque esa gente lleva odio, carga odio" expresó virulento Ortega.
Al respecto, Monseñor Álvarez llamó a los creyentes a “extirpar” todo lo que destruye a la sociedad a través de mentiras y difamación.
“Hermanos amadisimos exige extirpar de nuestra mente y de nuestras acciones como si fuera un tumor maligno que destruye el proyecto de un país y una sociedad. No, nos ayuda la deshonestidad, la mentira, la extorsión, la falsa denuncia, la injuria, la difamación, el enjaular las ideas. El octavo mandamiento prohíbe falsear la verdad en las relaciones por el prójimo”, expresó
Sobre falsar la verdad, el religioso manifestó que la palabra de Dios prohíbe el falso testimonio y perjurio “una afirmación contraria a la verdad posee una gravedad particular cuando se hace públicamente, cuándo es pronunciada bajo juramento se trata de perjurio y compromete gravemente el ejercicio de la justicia y la equidad de la sentencia pronunciada por los jueces”
Según Monseñor el respeto de la reputación de las personas prohíbe el juicio temerario “sin tener fundamento suficiente admite un defecto moral en el prójimo. La maledicencia que sin razón objetivamente válida manifiesta los defectos y las faltas de otros a personas que los ignoran”
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El líder religioso instó a los creyentes a seguir las premisas de la solidaridad “La calumnia que con palabras contrarias a la verdad daña la reputación de otros y da ocasión juicios falsos respecto a ellos todo esto anula el proyecto común de ser una sociedad respetuosa de la persona y sus derechos, por el contrario, es fundamental en todas las relaciones humanas según la doctrina social de la iglesia la solidaridad se presente bajo las siguientes premisas como principio social y como virtud moral, la práctica de la solidaridad en una sociedad es válida sólo cuando sus miembros se reconocen unos a otros como personas no como un instrumento”