Nicaragüenses en Miami y Costa Rica condenan secuestro de Monseñor Álvarez
Exiliados nicaragüenses en Costa Rica y Estados Unidos se pronunciaron este domingo repudiando y condenando el secuestro al que está siendo sometido el Obispo de la Diócesis de Matagalpa, Monseñor Rolando José Álvarez Lagos a quien la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo le montaron una investigación policial y le decretaron arresto domiciliario de facto, acusándolo de un supuesto complot para desarrollar actividad de violencia contra el régimen.
En Miami, EEUU, al grito de "Cristo ayer, Cristo hoy y Cristo siempre" y "Rolando (Álvarez), amigo, el pueblo está contigo", los nicaragüenses exiliados en esa ciudad sentaron su posición de repudio y condena a la escalada represiva que está ejecutando el régimen Ortega-Murillo contra la Iglesia Católica.
En un mitin organizado por los exiliados en esa ciudad norteamericana, la exrea política Irlanda Jerez advirtió que el pueblo de Nicaragua está pasando momentos en los que "satanás está desatado contra nuestro país. Las hordas del mal quieren gobernar nuestra nación y acabar con la religión cristiana, a los católicos y evangélicos".
Por su parte Milton González, integrante de la iniciativa conocida como "tranque de Miami" también señaló que en Nicaragua se libra una lucha que no es política sino "contra huestes del mal, gobernadores de las tinieblas y demonios "que se manifiestan de manera roja y negra en Nicaragua".
"No estamos desarrollando una lucha política, es una lucha contra un sindicato del crimen y por ello debemos seguir denunciando los crímenes de lesa humanidad (de los que acusan a Daniel Ortega), hay que seguir denunciando las violaciones a los derechos humanos", sentenció González.
La escalada represiva desatada por el régimen Ortega-Murillo se puso de manifiesto a partir del pasado primero de agosto cuando la dictadura ordenó, a través de Telecomunicaciones y Correo (Telcor), el cierre y la confiscación de equipos de 7 emisoras católicas. Seguidamente la Policía al servicio de los dictadores inició asedios contra el sacerdote Uriel Vallejos de Sébaco y el Obispo de Matagalpa Rolando Álvarez.
El clímax del ataque se dio el viernes cuando finalmente la dictadura dejó ver su verdadera intención que, según analistas, es llevar a la cárcel al Obispo Álvarez para acallar a una de las voces más críticas contra la dictadura.
Monseñor Álvarez está "secuestrado" con una ilegal orden de arresto domiciliario que fue decretada por la Policía, sin tener facultades legales para ello, el pasado viernes. Con el Obispo se encuentra retenidos en la Curia Episcopal de Matagalpa los presbíteros Ramiro Tijerino, Oscar Escoto, José Luis Díaz, Sadiel Eugarrios, el diácono Raúl Vega González, además dos seminaristas y 4 laicos. En total, son 12 personas las que están cercadas por la Policía Sandinista en el edificio episcopal.
En tanto, en San José, Costa Rica, en un mitin presidido por la dirigente campesina Francisco (Chica) Ramírez, el Movimiento Campesino Anticanal se sumó a las expresiones de condena contra la persecución a la Iglesia y el secuestro al Obispo Álvarez, ordenadas por la Dictadura.
"El Movimiento Campesino Anticanal nos solidarizamos con la iglesia católica de Nicaragua, con nuestros pastores y nuestros laicos, de manera particular con el Obispo Monseñor Rolando Álvarez y el pueblo de Matagalpa, por el sufrimiento derivado de los recientes actos represivos del régimen dictatorial Ortega-Murillo", indica el comunicado emitido por la organización campesina en el exilio.
Agregan que los miles de campesinos exiliados se sumamos a la denuncia y repudio a las violaciones de derechos humanos que la dictadura continúa aquejando a Nicaragua y ahora "irrespetando la dignidad de nuestros pastores espirituales que por años han promovido la justicia, el amor y la verdad".
Los trabajadores del campo reconocen "la valentía de estos líderes religiosos que continúan acompañando a los oprimidos, y por lo mismo, en coherencia con los valores cristianos, esperamos manifestación alguna del Papa Francisco respecto de la difícil realidad que vivimos sus fieles".
El Movimiento Campesino coincide con los otros grupos de exiliados en señalar que “el conflicto no es entre la Iglesia y el Gobierno. Es entre el gobierno y el pueblo. La iglesia está con el pueblo y el pueblo con la iglesia”.