Báez: Quienes ejercen el poder, no se engañen, no serán felices ni alcanzarán la salvación siendo injustos y crueles
El Obispo Auxiliar de Managua en el exilio Monseñor Silvio José Báez advirtió a "los tiranos que cargan a sus espaldas crímenes e injusticias" que no podrán entrar "por la puerta estrecha" de la salvación y enfatizó que no son cristianos "los poderosos" que se valen de la ley para cometer actos ilegales y le llaman "bien al mal y mal al bien".
Durante su homilía dominical desde la Iglesia Santa Agatha, en Miami, Florida, donde oficia desde su exilio, el Obispo Báez, retomando en evangelio de Lucas (13,23) predicó que la salvación para un cristiano es Cristo mismo pero para ello hay que "esforzarse" para entrar por la puerta que conduce a una vida plena y a la salvación eterna, que es angosta.
En ese sentido, el religioso predicó que por esa puerta que conduce a la vida "no pasan quienes se han vuelto 'obesos de espíritu' a causa del egoísmo que los ha hinchado de soberbia, no pasan quienes se han 'engordado' de ambición y de prepotencia, no pasan tampoco quienes dominan con crueldad porque se han 'inflado' de autosuficiencia hasta creerse pequeños dioses".
En su enseñanza, el Obispo Báez recordó que Jesús nos habla de una “puerta” que conduce a la vida, a la plenitud humana y a la salvación, pero también dice que esta es una puerta “estrecha”, “angosta”. Es decir, "por esta puerta no pueden atravesar mentiras, egoísmos y ambiciones; tampoco puede pasar la injusticia, la opresión y la violencia, y mucho menos, las religiosidades hipócritas, hechas de palabras o ritos estériles".
Advirtió que ni siquiera la participación en la eucaristía asegura la salvación. Tampoco escuchar predicaciones religiosas, frecuentar retiros o leer libros de religión, rezar el rosario o frecuentar el templo.
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Asimismo, destacó que a nivel social, "son inútiles y blasfemos los discursos melosos que invocan a Dios y hablan de Él, mientras se lanzan palabras de odio, se fabrican calumnias infames y se hace sufrir a los pueblos", en clara alusión a los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo que llenan sus discursos de supuestas invocaciones a Dios pero al mismo tiempo descargan odio contra religiosos y opositores políticos.
"Y pienso en este momento en los dictadores delincuentes que dominan algunos de nuestros países como Cuba, Venezuela y mi patria Nicaragua", dijo, quienes ejercen el poder, no se engañen: no serán felices ni alcanzarán la salvación siendo injustos y crueles. Entiendan que hacer sufrir a los demás les cierra la puerta que conduce a la vida. Y no olviden que nadie es eterno, solo Dios. ¡Esfuércense en entrar por la puerta estrecha!", predicó Monseñor Báez.
El religioso hizo el llamado a los cristianos a que practiquen el esfuerzo cotidiano por atravesar “la puerta estrecha”, tratando de "moldear nuestra vida y orientar nuestro corazón" para amar con un amor semejante al del Padre del Cielo. "Atravesar la puerta estrecha es acoger el amor de Dios y amar a los demás con compasión, con respeto, con interés por su bien y con espíritu de servicio", subrayó.
Asumiendo las enseñanzas de Jesús, de que todo hijo de Dios puede ser Salvo, el Obispo exiliado recordó que "la puerta" de salvación está abierta también para los tiranos, poderosos y opresores pero los insta que "cambien de vida, dejen que el evangelio de Jesús ilumine su conciencia, asuman la responsabilidad de sus delitos y hagan espacio al amor en su corazón", dejando claro en su prédica que se refiere a las violaciones de derechos humanos, crímenes y la persecución que ejerce la dictadura de Nicaragua contra el catolicismo que impide incluso la evangelización tras las confiscaciones de estaciones de radio y televisión que eran empleadas para difundir el evangelio.
En alusión directa a los dictadores de Nicaragua, Monseñor Báez los exhortó a que, si quieren vivir de verdad y salvarse, "liberen a quienes tienen cautivos (presos políticos), dejen de creerse eternos y actúen pensando en el bienestar de todos, no solo acumulando riquezas y aumentando su poder. Luchen no por oprimir y someter, sino por entrar por la puerta estrecha del amor, la justicia y la verdad".
Al cerrar su homilía, el Obispo resaltó que la buena noticia del evangelio leído este domingo, es que "la puerta es Jesús" y Jesús es una puerta siempre abierta para todos. "Esforcémonos por acoger el amor que Dios nos ofrece en Jesús y amemos a los demás buscando siempre su bien, adquiramos disciplina espiritual para que no se endurezca nuestro corazón ni se vuelva indiferente y luchemos contra toda forma de maldad y de injusticia", finalizó.