Báez: soñemos con una iglesia "que nunca tenga miedo de proclamar la verdad de Dios"
Este cuarto domingo de Adviento, monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, hizo un llamado al pueblo cristiano a mantener viva la esperanza y a soñar con una iglesia profética que no tenga miedo a proclamar la verdad de Dios.
“Soñemos con una Iglesia tan misericordiosa que se incline ante quien sufre y tan profética que nunca tenga miedo de proclamar la verdad de Dios”, dice monseñor Báez, en un contexto en el que en Nicaragua está encarcelado uno de los obispos y diez sacerdotes, pero la Conferencia Episcopal guarda silencio.
Asimismo, la homilía de monseñor Báez invita a la esperanza y a la fe, al decir que “frente a estructuras y situaciones injustas, delante de las cuales nos sentimos impotentes e indignados, no debemos caer en la desesperanza, pensando que todo es inútil y no hay nada qué hacer”.
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A la vez, invita a no dejarse arrastrar por la prisa y la rabia, porque afirma que las decisiones apresuradas son casi siempre equivocadas, pues “delante del mal que se nos impone y nos quiere someter, no permitamos que se impongan los sentimientos negativos. No nos cansemos de creer en la fuerza de la verdad y de la justicia. Hay que ser lúcidos y serenos, y confiar siempre en Dios que nunca nos abandona.
Monseñor Báez dijo que en el evangelio de este domingo se exalta la figura de san José, un hombre que siempre pensaba en lo que debía hacer y le daba vuelta a las cosas, pero no se quedaba con los brazos cruzados, aunque tampoco se apresuraba movido por la indignación.
Soñemos con una sociedad que respete a todos
Báez recordó que José enfrentó el hecho de que la joven con la que estaba comprometido resultó embarazada y no era de él, pero lejos de acusarla, decidió esperar y al conocer la verdad a través de un ángel, “en medio de la duda y de la indecisión, en el corazón de la indignación y la desesperanza, aparece Dios para orientar la vida de José y llevar adelante sus planes. Dios no actúa solamente a través de los momentos luminosos y las experiencias agradables de la vida, sino que puede hacerse presente también a través de nuestros sufrimientos, de nuestros miedos, de nuestras tristezas y de nuestras debilidades. Hay que aprender a descubrir la presencia de Dios, allí donde parece estar ausente”.
“En medio de la oscuridad, Dios siempre nos abre horizontes nuevos y nos invita a caminar por caminos más hermosos que los nuestros”, exalta, pero también explica que Dios no interviene para resolver los problemas con una varita mágica, “ni nos evita los conflictos, sino que prefiere estar con nosotros dentro de los problemas, sosteniendo nuestra esperanza y dándonos fuerzas en la debilidad. Dios obra a través de nuestra capacidad de razonar y pensar, se manifiesta en nuestro esfuerzo por imaginar y buscar soluciones nuevas, se hace presente en modo eficaz a través de nuestros pequeños esfuerzos y luchas”.
El obispo auxiliar de Managua afirma que la fe da capacidad de soñar y fuerza para hacer realidad los sueños, por lo tanto, “hoy necesitamos personas capaces de soñar, como san José, que no solo soñaba, sino que se comprometía a realizar los sueños de Dios”.
“Soñemos con una sociedad en donde se respeten la dignidad y los derechos de todas las personas, en donde la pluralidad sea riqueza y en donde disentir del poder no sea un delito”, asegura.