Monseñor Báez ofrece eucaristía de año nuevo por su “hermano obispo monseñor Rolando Álvarez”
En el primer día del año, monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Managua, ofreció la eucaristía oficiada en la iglesia Santa Ághata, en Miami, por su hermano obispo monseñor Rolando José Álvarez, preso en Nicaragua y acusado por “conspiración” por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Acerca de monseñor Álvarez Lagos, refirió que está “detenido injustamente por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo”, asimismo, oró por el descanso del Papa Emérito, Benedicto XVI .
Monseñor Báez en su homilía exhortó a confiar en que la paz llegará como don de Dios y como fruto del trabajo de buscar la verdad y luchar por la justicia, así como de honrar la memoria de las víctimas. Además invita a seguir el camino “iluminados por una esperanza común que sea más fuerte que la venganza”.
“Desgraciadamente en muchos de nuestros países la injusticia y la represión siguen multiplicando el dolor, robando libertades, aplastando esperanzas y sembrando el terror. Pero hoy el Señor nos da certeza de que la paz llegará también a nuestros pueblos”, resaltó.
“Necesitamos la luz de Dios para decidir siempre según su voluntad, sin quedarnos nunca derrotados por el miedo ni vencidos por el pesimismo. Solo iluminados por Dios podremos ser personas con rostro y corazón luminoso, que encarnen bondad, belleza y paz para regalar a los demás”, señaló Báez.
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También afirma en su homilía que la gracia de Dios es necesaria para que el hombre entienda que él no es un dedo acusador, sino una mano amorosa que levanta.
Por otro lado, resalta la importancia para el cristiano de recibir la paz, que comienza con una mirada respetuosa y con una palabra gentil.
“La paz se construye cuando superamos el egoísmo y la indiferencia, y descubrimos en cada ser humano a alguien que merece ser escuchado y valorado. Hoy el Señor nos da su paz, para que en este nuevo año quienes se encuentren con nosotros no tengan miedo, ni se sientan ignorados o rechazados”, insiste.
Un llamado a la esperanza
Una vez más, el obispo auxiliar de Managua pide al pueblo creyente que confíen en la promesa divina: “iniciemos este año como los pastores: caminando, arriesgándonos a amar, esperando y confiando en la promesa de Dios. No permitamos que nos domine el pesimismo, el miedo o la desilusión”.
El obispo católico también insta a creer sin condiciones, aún cuando el panorama sea oscuro y las tareas que tenemos por delante sean inmensas, “el Señor está con nosotros para indicarnos el camino, darnos ánimo en los momentos duros y preservarnos de todo mal”.
“Caminar desde el primer día del año es disponernos a apostar siempre por la ternura y la compasión, es decidirnos a amar y a estar siempre al lado del bien, la paz y la justicia. No dejemos que se apague en nosotros la esperanza y vivamos abiertos a las sorpresas de Dios. Aunque sea de noche, pongámonos en camino como hicieron los pastores caminando hasta Belén”, insistió en tono esperanzador.