Campaña diamantes de sangre contra Ejército de Nicaragua
Varios nicaragüenses radicados en Estados Unidos han iniciado una campaña contra varias empresas estadounidenses para que no sigan manejando el dinero de las pensiones del Ejército de Nicaragua por ser quienes le facilitaron armamento de guerra a los grupos paramilitares y parapoliciales que reprimieron las protestas en contra del dictador de Daniel Ortega.
Este es otro mecanismo que los nicaragüenses implementan para sancionar al gobierno de Nicaragua, utilizando el riesgo reputacional de las empresas, es decir que, si los negocios no cortan la relación con el Ejército nicaragüense, la diáspora se encargará de demandarlos públicamente por ser firmas que apoyan al “régimen asesino de Daniel Ortega y sus benefactores en el Ejército”.
Los nicaragüenses se han organizado para enviar una carta a los gerentes de las firmas Russell Investments, Reverence Capital Partners y TA Associates, las que fueron contratadas por el Instituto de Previsión Social Militar, IPMS, mismo que administra el capital del Ejército de Nicaragua.
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“Están sentados sobre el dinero empapado en la sangre de nuestros hermanos y hermanas nicaragüenses, -y se lo dejan saber- para que puedan romper su relación con el régimen asesino de Daniel Ortega y sus benefactores en el Ejército (…) Creemos que ningún buen ciudadano corporativo quiere condonar los crímenes de lesa humanidad, pero ahora que se ha informado, estamos preparados para escalar esto públicamente si los lazos no se cortan de inmediato”, manifestaron en el comunicado llamado “Operación Diamante de Sangre”, haciendo referencia a otra campaña que recomendaba no comprar diamantes africanos por ser extraídos de una zona de guerra.
En la carta además agregan que “el dinero que Russell Investments paga en dividendos a estos asesinos, se está utilizando para financiar el asesinato de personas inocentes (...) Russell Investments está sentado en el dinero de sangre nicaragüense”, señalan.
Para el exdiputado liberal, José Pallais Arana, el propósito de la campaña es que “estas empresas se abstengan de hacer negocios con sujetos o actividades que están siendo cuestionadas por sus violaciones a las leyes o a los derechos humanos. Por lo cual las empresas estadounidenses están siendo presionadas, para que se retiren y protejan su reputación”.
Asimismo, indicó que si la presión de los nicaragüenses continúa las firmas estadounidenses se verían en la obligación de “devolver los recursos al Ejército y ese sería el resultado de la campaña” por lo que el Ejército “tendría que tomar una decisión de en qué país invertir o dónde meterían sus fondos, y ese es un problema, porque a cómo está la situación económica en Nicaragua, no veo factible regresar ese dinero al país o invertirlo”, explicó Pallais.
El pasado 29 de octubre, la exembajadora de Estados Unidos en Nicaragua, Laura Dogu indicó que las empresas que trabajan de la mano con el gobierno de Ortega corren el riesgo de ser mal vistas y esto afectaría su reputación empresarial.
“Las empresas no pueden permitirse asumir riesgos de reputación. Ya he visto campañas en los Estados Unidos preguntando a las empresas por qué están comprando productos de Nicaragua. Estas campañas son similares a las campañas de los “diamantes de sangre” que provienen de África”, dijo.
Desde hace varios días otra campaña circula en redes sociales. Se ha viralizado un video en el que recomiendan no comprar productos de la marca deportiva Under Armour, ya que parte de su mercadería es hecha en Nicaragua.