Obispo Báez pide abandonar "veneno" de "intolerancia, ideología, idolatría" porque matan la libertad y verdad
El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez llamó a los creyentes a no desanimarse porque el mal no tiene la última palabra, por eso instó a denunciar el mal en todas sus formas, y evitar caer en la tentación de vender su conciencia por dinero, siendo cómplices de la corrupción.
Desde la Iglesia Santa Agatha en Miami, Estados Unidos, Báez se refirió a la misión de los discípulos, quienes tenían que continuar su obra pregonando el evangelio de la Salvación, en un mundo hostil, que no creerá en la verdad y en el amor.
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“La misión se realiza en medio de dificultades, tentaciones, trampas insidiosas y persecuciones. Por eso, Jesús promete a sus discípulos unas señales, unos signos que acompañarán a los que crean y que son manifestación de su presencia protectora y eficaz: “Expulsarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos” (Mc 16,18)”, refiere.
Según el Obispo, los creyentes deben rechazar el mal no con su fuerza y con sus habilidades humanas, sino con el poder de Jesús. “Cada uno de nosotros, viviendo el evangelio, le quitará fuerzas al mal y hará que el mal se repliegue y retroceda, hasta erradicarlo de la vida y de la historia. Con nuestro testimonio y nuestra oración expulsaremos los demonios más terribles que nos acechan, el demonio de la mentira y del egoísmo, el demonio de la violencia y del poder”
En segundo lugar, los creyentes “hablarán lenguas nuevas”, Báez expresó que es urgente aprender la lengua de la solidaridad, del respeto y de la compasión. “Hay que erradicar las agresiones verbales, las palabras hirientes, las ofensas y las habladurías denigrantes. Si queremos una sociedad nueva, comencemos por aprender “lenguas nuevas” que hagan posible la cercanía, promuevan el encuentro y busquen el bien común”
En tercer lugar, los creyentes “cogerán serpientes en sus manos y, aunque beban veneno, no les hará daño”, porque el Señor los protegerá, el Obispo manifestó que hoy hay serpientes insidiosas y venenos mortales todavía más peligrosos.
“Pidamos al Señor que nos libre del veneno de las cuatro : la indiferencia, la intolerancia, la ideología y la idolatría. Son venenos que pueden matar en nosotros la libertad y la verdad y arrancarnos la generosidad y la alegría”, dijo
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Los creyentes “impondrán la mano sobre los enfermos y estos quedarán sanos”, Monseñor Báez considera que es necesario sanar el mundo y la vida a través de la oración y testimonio de Jesús.
“Debemos propiciar una convivencia más sana entre las personas, contagiando el deseo de servir sin interés, (...) Debemos colaborar a sanar las estructuras de la sociedad, denunciando el mal en todas sus formas, liberándonos de la tentación de vender nuestra conciencia por dinero, no siendo cómplices de la corrupción, trabajando por los intereses de los pobres y promoviendo la justicia social”, manifestó en su homilía.
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