¿Cuáles son las opciones políticas de EEUU contra el BCIE y su continua oxigenación del régimen Ortega-Murillo?
Ryan C. Berg, explica que las aplicaciones de la Ley RENACER y la Nica Act no logran frenar al BCIE sobre los préstamos realizados a Nicaragua debido a que EEUU no tiene presencia en la junta directiva del banco
Ryan C. Berg, director del Programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS por sus siglas en inglés), ha propuesto al gobierno de Estados Unidos ocho acciones para frenar la oxigenación del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua.
En un artículo de opinión, Ryan C. Berg, explica que las aplicaciones de la Ley RENACER y la Nica Act no logran frenar al BCIE sobre los préstamos realizados a Nicaragua debido a que Estados Unidos no tiene presencia en la justa directiva del banco.
“Dado que Estados Unidos no tiene presencia en la junta directiva del BCIE y no tiene accionistas dentro del propio BCIE, restringir los préstamos a Nicaragua es mucho más difícil porque no se aplican ni la Ley NICA ni la Ley RENACER. Para lograr el objetivo de acercar el BCIE al cumplimiento de la Ley NICA y la Ley RENACER, se podría construir una escalera de escalada en la que cada peldaño sucesivo aumente la presión que sienten (Dante) Mossi y sus colaboradores”, explica Bryan C. Berg en un escrito.
Lea: Ryan Berg: ¿Qué puede hacer EEUU para aumentar la presión sobre el régimen de Daniel Ortega?
Opción 1: Ryan C. Berg propone que Estados Unidos asegure que sus agencias de desarrollo como la USAID y la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (DFC) se aseguren de que sus fondos destinados al BCIE no lleguen a Managua o que estas entidades suspendan tratos con el banco a fin de que el banco “esté asociado con dictaduras”.
“La presencia de figuras como el secretario de estado en el directorio de la DFC debería garantizar que las donaciones de la institución se alineen con la estrategia de EEUU. Este desafío también subraya la importancia de un rol de coordinador especial por tiempo limitado para la política de Nicaragua para garantizar que las agencias trabajen en sintonía y no en contraposición con el objetivo general de presionar al régimen de Ortega”, propone Ryan.
Opción 2: El catedrático también propone que “Estados Unidos debería involucrar a Taiwán, Corea del Sur y la Unión Europea (especialmente España), así como a otras partes interesadas en el BCIE, para ayudar a crear conciencia sobre la falta de transparencia dentro de la organización”, señala.
La Unión Europea ha celebrado numerosas audiencias sobre Nicaragua y ha emitido designaciones de sanciones por abusos contra los derechos humanos.
“El próximo paso es cortar el financiamiento del BCIE. Dada la reciente ruptura de los lazos diplomáticos de larga data de Nicaragua con Taiwán y el posterior reconocimiento de la República Popular China por parte de Ortega, es probable que Taiwán sea receptivo a las preocupaciones de Estados Unidos y podría usar su influencia dentro del BCIE para abogar por reformas significativas”, plantea el experto.
Berg también propone convencer a Corea del Sur para que junto con países de la Unión Europea cooperen para impactar con políticas al banco.
Opción 3: El director del Programa de las Américas, plantea que “Estados Unidos debería hacer un llamado a los otros socios fundadores, como Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Honduras, para monitorear cuidadosamente las decisiones y el desempeño del BCIE”.
“El BCIE no ha establecido un monto máximo de préstamos para cada país, por lo que los préstamos excesivos a la inestable Nicaragua no solo reducen la disponibilidad de crédito para otros países, sino que también constituyen un riesgo regional ya que la situación política y económica de Nicaragua impulsa la migración regional y aumenta la inestabilidad”, advierte.
Opción 4: Berg también propone a Estados Unidos tomar medidas que impacten la calificación crediticia del BCIE.
“Actualmente, el BCIE tiene una calificación crediticia sólida y estable en AA , según Standard & Poor's. Sin embargo, si Estados Unidos toma algunas medidas sensatas contra el BCIE o su liderazgo, es lógico que su calificación actual al menos se revise y se rebaje, algo que los bancos multilaterales de desarrollo buscan evitar a toda costa”, señala.
Además, propone “telegrafiar acciones que pueden impactar la calificación crediticia del BCIE podría incentivar a los miembros principales a moverse rápidamente internamente para preservar sus flujos de financiamiento del BCIE mientras recortan los fondos para Managua”, afirma.
Opción 5: Ryan sugiere a Estados Unidos “considerar retirar las visas de los funcionarios de alto nivel del BCIE y emitir prohibiciones de viaje para evitar que asistan a reuniones periódicas de accionistas que tienen lugar en Washington, DC y se reúnan con posibles inversionistas en los EE UU, hasta que el banco acepte dejar de prestarle al régimen de Ortega”, se lee en el artículo de CSIS.
Opción 6: Desde su punto de vista, el funcionario de CSIS, también propone que “Estados Unidos podría abrir una investigación al liderazgo del BCIE, con la intención de imponer sanciones a los ejecutivos del BCIE”.
El docente recordó que ya existen denuncias en torno a la elección de Dante Mossi para dirigir el BCIE, pues se cree que obtuvo apoyo gracias a un acuerdo entre Daniel Ortega y el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, a cambio de una mayor ayuda financiera a Nicaragua.
“Brindar transparencia a la toma de decisiones del BCIE es de interés de sus miembros y de todos los inversionistas en bonos del BCIE. Idealmente, Estados Unidos podría trabajar con los accionistas para evitar que el actual presidente, Dante Mossi, sea reelegido en noviembre de 2023”, expone Ryan.
Opción 7: El director del Programa de las Américas del CSIS, propone que “Estados Unidos podría considerar impedir que el BCIE se endeude en los mercados de capital estadounidenses y presionar a la Unión Europea para que restrinja dicha actividad en sus mercados”.
“Las instituciones financieras multilaterales a menudo hacen esto, aprovechando sus calificaciones crediticias para pedir prestado dinero a tasas más bajas que aquellas a las que prestan a su vez. El “spread” le permite al BCIE continuar financiándose a sí mismo y nuevas iniciativas como organización”, detalla.
Ryan C. Berg expresó que el BCIE depende de esta capacidad para realizar muchos de sus préstamos en Centroamérica. Por ejemplo, los reguladores del mercado de capitales de EEUU podrían impedir que el BCIE emita bonos en los mercados de EEUU.
“Y los reguladores financieros de EEUU podrían prohibir que los bancos de Wall Street emitan dichos bonos. Tal medida podría obligar al BCIE a dejar de prestar a largo plazo, ya que no podría obtener deuda, o considerar la obtención de capital en otros mercados de deuda”, finaliza Ryan C. Berg.
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